Los siete sigmas del pecado

El saber oscuro o, las artes oscuras, fue creada por el mismo dios de la oscuridad, Hergal, siendo uno de los saberes más poderosos de entre todas las artes y también los más volátiles e inestables. Muchos magos cayeron en desgracia a causa de su mal uso, transformándose en horrendas criaturas o provocando terribles maldiciones a su alrededor, por lo que su práctica se convirtió en un tabú y fue prohibido por los nuevos reyes de Agria.

Los pocos magos oscuros, que aún eran fieles a sus artes y a su dios, huyeron hacia los puertos del este y suroeste, en donde se autoexiliaron en inhóspitas islas. Nadie nunca mas los volvió a ver, por lo que se presume que murieron en soledad. Pero a pesar de toda la represalia y persecución, el culto al dios de la oscuridad nunca se extinguió y por consecuencia el saber oscuro siguió presente en el continente de Agria. 

Se construyeron capillas en adoración al dios de la oscuridad, se fundaron nuevas sectas de la magia del saber oscuro y surgieron nuevos magos oscuros, quienes al no tener una guía correcta, cayeron en la locura y en el hedonismo en una oscuridad pagana que comenzó destruir la tierra.

Monstruos surgieron de las sombras, los muertos se levantaron de sus tumbas y enloquecidos magos realizaron terribles rituales en busca de más poder.

Los reinos aun era pequeña y el primer gran amanecer hace años que había terminado, por lo que nada detuvo a al oscuridad pagana, creciendo sin control, consumiendo todo a su paso, en un evento conocido como, La noche más oscura, nadie estaba salvado y no había donde esconderse. Pero, una noche de luna roja, siete barcos misteriosos llegaron a las costas del continente de Agria, aquellas naves emanaba una aura oscura muy poderosa, pero calmada y tranquila como una noche de luna llena.

Los sabios de la iglesia del amanecer cuentan que ante tal situación de crisis, el dios de la oscuridad, Hergal, y la diosa de luz, Hiska, dejaron aún lado sus diferencias y se unieron para salvar el continente de Agria. Ambos usaron sus magias en siete mujeres de gran potencial mágico. Hergal, desmembró su alma para darles mas poder y Hiska realizo lo mismo para darles mas sabiduría.

De esta forma las elegidas de la oscuridad y la luz, conocidas como, Las siete brujas del pecado, estuvieron listas para restaura el equilibrio.

En las costras de Agria, desembarcaron las siete brujas del pecado, todas con sus propios ejércitos de hombres, bestias y monstruos. Con su poder militar y divino asesinaron a cada mago oscuro y destruyeron cualquier culto pagano que propagara el desenfreno de la oscuridad, acabando con millares de monstruos oscuros y acólitos enloquecidos, devolviendo el equilibrio y convirtiéndose en las salvadoras de toda Agria.

Cuentas los sabios de la iglesia del amanecer, que cuando Hergal vio el poder de las siete brujas del pecado, traiciono a Hiska sellando todo el poder de las siete brujas en sus propios cuerpo mortales, surgiendo de esta forma los siete estigmas del pecado. Una gran batalla entre dioses se libró en el cielo, Hergal devoró las almas de las siete brujas, pero Hiska destruyó sus cuerpos y luego extrajo su sabiduría de los restos. Sin cuerpo y sin alma, Hergal tiro los siete estigmas del pecado al mundo mortal, esperando que nuevas brujas tomen su poder y lo ayuden a someter a Hiska.

Al terminar La vieja noche, solo unos cuantos acólitos lograron sobrevivir, sin los poderes de la oscuridad y rechazados por su propio dios, depositaron toda su fe y sus esperanzas en la alquimia, desarrollando un nuevo poder que sumado a su locura fundaron un nuevo culto.

Las siete brujas del pecado fueron las responsables de su caída, pero también sus salvadoras y sus nuevas deidades.

El culto de las siete brujas, fundada por los acólitos de La vieja noche, es una organización de alquimistas, en su mayoría mujeres, obsesionadas con tener, aunque sea uno de los siete estigmas del pecado, haciendo los más terribles y espantosos experimentos en niños, mujeres y en ellas mismas. En su locura, heredada a los pocos niños y niñas que lograban sobrevivir, transformaron la imagen de las salvadoras de Agria a temidas brujas odiadas por las nuevas generación, al igual que sus estigmas, los siete pecados capitales.