El poder en el continente de Agria siempre fue decidido y repartido de tres formas, por influencia política, por guerras civiles o por conspiraciones traicioneras. Antiguamente, todas las familias nobles eran leales hacia un ser superior, alguien que los sometió a su voluntad y a sus deseos, pero cuando ese ser desapareció cada reino tuvo que volverse independiente. A todo esto surgieron varias agrupaciones de mercenarios, sectas de la magia oscura, gremios de ladrones y grupos de asesinos, pero de entre todos ellos hubo uno diferente y especial, eran los adoradores de El gran amanecer ,liderados por Argentum el iluminado, fundador de la iglesia del amanecer.
Después de El gran amanecer, surgió un nuevo saber mágico que fue brotando en ciertos humanos con mayor vinculación hacia la luz, de esta forma luego de años de estudios y peregrinación nacieron los primeros magos de la luz, paladines y clérigos, quienes usaron sus poderes para curar a los enfermos y purgar la corrupción de la oscuridad, cazando monstruos y bestias oscuras, siendo los héroes de sus respectivas aldeas o ciudades.
Argentum Manibus, noble de la casa de Manibus, fue el primer mago de la luz en surgir y el fundador de los paladines del amanecer. Se cuenta que su nacimiento fue misterioso y extraño, su madre dio a luz en el jardín de su palacio, en un altar especial en donde le rezaba a la diosa de la luz, temerosa de perder a un nuevo bebe. Sus primeros años no fueron fáciles, aquel niño nació débil y frágil, hasta que un día escuchó una voz divina que le dio fuerza y curó su enfermedad, nadie sabe con exactitud lo que le dijeron, pero desde ese día inició su adoración a la luz y hacía una persona en especial quien era su misión.
En algún lugar del mundo, nacerá una niña especial, alguien de buen corazón y de inmenso poder divino, lo suficiente como para hacerle frente a la oscuridad y ser una santa.
Una santa prometida.
Conforme la iglesia del amanecer iba ganando más fieles, muchos reinos voltearon su mirada hacia ellos, en especial el rey de Nagglis, quien ordenó tener una audiencia con su líder. Ante la solicitud de uno de los reyes más poderosos de Agria, Argentum viajó hacia Cerenia, la capital de Nagglis, donde tuvo una audiencia con el actual rey. En la sala del trono, en frente de la alta nobleza y de sus consejeros, el rey exigió que la iglesia del amanecer le jurara lealtad a su reino y que usará su magia para darle un hijo varón.
Por años el rey intentó tener un heredero, pero no importaba con cuántas concubinas se acostará ninguna quedaba embarazada, a excepción de una que dio luz a una niña de ojos azules hace ya quince años, debido a todo esto el rey comenzó a volverse loco y paranoico, recurriendo a la magia oscura y a ritos prohibidos para obtener a su tan ansiado hijo varón.
Argentum, sereno y calmado, afirmó amablemente que la iglesia del amanecer solo le es leal a la diosa Hiska y a su santa prometida, que no permitirá que su gente sea sometida por ningún gobierno o institución, porque esa no era la voluntad de la luz. El rey de Nagglis se rio de forma burlona, cambiando luego aun mirada enojada, ordenó a sus guardias lo arrestarán, pero entonces Argentum dio un fuerte pisotón que hizo temblar todo el palacio, su luz cegó a todos los presentes y como si fuera un destello desapareció. Una vez a salvo, a las afueras de la ciudad, Argentum supo que la iglesia del amanecer se encontraba en peligro.
Ahora que los reyes de Agria voltearon su mirada hacia el poder de la luz, muchos paladines y clérigos serían secuestrados y torturados, forzados a ser esclavos, lastimados inocentes y manchado el nombre de la iglesia del amanecer. Los paladines del amanecer son fuertes y el poder mágico de los clérigos también, pero son muy pocos y aún tenían a su santa prometida.
Argentum tenía una gran responsabilidad sobre sí, una otorgada por la diosa y la que no podía fallar, así que decidió reunirse con sus hermanos y prepararse para una batalla que no podían ganar, hasta que unos gritos detuvieron su concentración y vio que una carroza estaba siendo atacada por un grupo de bandidos, de inmediato Argentum salto desde lo alto de la montaña en donde se encontraba y con un gran impacto de su martillo asustó a todos los bandidos. Sin enemigos cerca, Argentum fue a revisar la carroza para ver si había sobrevivientes, pero casi todos habían sido asesinados, a excepción de una niña y su madre, quien estaba al borde de la muerte.
La magia de Argentum, aunque milagrosa, tenía un límite, por lo que no curar las graves heridas de aquella mujer. Se sintió inútil al no poder ayudarla, pero luego sucedió un milagro.
Del cielo cayó una poderosa luz blanca sobre la niña, ella de pronto dejó de llorar y sus ojos comenzaron a brillar, aquella niña miró a su madre y con un solo toque de su dedo la revivió. Luego la luz se detuvo y la pequeña niña cayó desmayada sobre los brazos de su confundida madre. De inmediato Argentum se arrodilló y comenzó a llorar de alegría, esta era la señal que tantos años había estado esperando, por fin la santa prometida había llegado y su misión se transformó en uno nuevo.
Inmediata madre e hija fueron llevadas hacia la principal iglesia del amanecer, en el camino, Argentum escuchó la historia de la santa por parte de su madre. Aquella niña había sufrido muchos abusos y había visto cosas horribles en la ciudad de Cerenia, pero ella se mantuvo firme en sus creencias, siendo la única luz de esperanza en tanta oscuridad, fue gracias a la buena bondad de un viejo amigo que madre e hija pudieron escapar antes de que iniciara otra guerra civil en donde seguramente serían asesinadas. Además, la madre era una hija no legítima del rey de Caelum, quien al no tener ningún heredero su padre la nombró la nueva reina y su hija la primera princesa.
Argentum, viendo que la madre de aquella niña no una persona cualquier, le contó todo lo que la voz divina le dijo, con la esperanza de que ella descubriera la verdad por sí misma. La madre se detuvo para pensar, descifrando la voz divina y descubriendo el destino que le esperaba a su hija.