Libro 2. No te dije adiós, el diario de Susan

9. El lago

El Lago🤍
 


Llevamos más de 40 minutos pasando entre las calles de Hannah que nos guían hacia las afueras de la ciudad, no sé qué camino tomara al llegar a la doble vía que nos sacan de la ciudad y nos alejan de todo, está el camino hacia la granja, donde ahora vive mi mamá junto con mis abuelos, la granja donde viví un año, aunque estuve muy agradecida con el clima del campo, la sombra grande de los árboles y la brisa en la cara por las mañanas y sin dudar el aroma del café de mi abuela que me despertaba y me guiaba directo a la cocina a coger un vaso de aluminio con orejitas y sentarme con mi taza llena bajo uno de los árboles más alto del lugar, amaba meditar en ese lugar, escribir, quizas leer y por supuesto escuchar música, y una que otra noche cuando ya todos dormían salía a llorar a papá en silencio, solo así podía levantarme al día siguiente con todas las fuerzas que necesitaba para seguir adelante.

El otro camino es hacia el lago viejo, que me trae tantos recuerdos, siempre solíamos ir ahí, cuando era pequeña, en cada verano, recuerdo ese columpio de madera con las hojas y flores decorando, la naturaleza ya lo había tomado como suyo, papá me columpiaba de un lado a otro mientras mamá nos grababa con una cámara antigua que yo usaba para jugar, recuerdo que aún funcionaba, algo borrosa, al menos capturaba muy bien las risas que nos invaden el alma, esas risas contagiosas, cómo decía papá, de una pequeña calabacita.

Ha girado a la izquierda, temo que vayamos al lago, al restaurante a almorzar, de solo ir a ese lugar con tantos recuerdos y sentimientos es inevitable no sentirme nostálgica, y que se me empañen los ojos, por ahora no quiero que él me vea así, y menos en lo que sería nuestra primera cita, aunque sería la segunda, en la primera estuvo nuestro pequeño chaperon cómo ha de ser. "Así se evitan los malos comentarios" mi consciencia, no sé si se burla.

15 minutos más en la carretera y hemos llegado, el lago viejo, lo imagine y más que imaginarlo lo sentía, hace ya dos años que no venía a este lugar, me había cerrado a él, ya que era aquí donde habíamos decidido venir, hace más de un año el día del accidente para comer algo, debido a eso me sentí culpable durante meses, fue mi idea devolvernos y aunque papá estuvo de acuerdo a mamá no se le veía muy convencida, quizás tenía ese presentimiento del cuál solo las mujeres somos capaces, ese sentimiento de "algo malo puede pasar" que por más que se lo expliques a un hombre, este no lo entendería, solo hay que sentirlo.

—Susan, hermosa ¿estas bien?

Lo miro y soy consciente de que mis ojos están inundados en lágrimas que van a comenzar a escapar, algunas irán hacia mis mejillas, otras a mis labios y otras directas al vacío, no sé cómo detenerlas, quiero calmarme y no arruinarle la sorpresa, pero ¿Cómo le digo al corazón que se detenga? ¿Cómo le explico a mi cabeza que no es momento de recordar? No es así como se manejan las emociones, aunque siempre he buscado la manera de controlarlas, sin embargo, no. No funciona así, si la cabeza te trae recuerdos, el corazón los sentirás, van unidos, el uno con el otro. Así trabajan juntos. Y ahora duele, duele recordar.

— ¿hermosa que sucede? —Su voz expresa angustia.

—Este lugar —respondo a penas, sin ánimos de seguir hablando, y no es porque no quiera hablarlo con él, es que las ganas de llorar me van a ganar.

¿Por qué diablos no puedo hablar sin llorar? Que sensible soy a veces.

— ¿este lugar? ¿Qué tiene?

—Veníamos hacia acá el día del accidente, mi mente no lo pudo dejar pasar. El recuerdo.

— ¿Quieres que regresemos a la ciudad? lo siento hermosa— toma mi mano— no tenía idea.

—No quiero irme, está bien, solo se me llenaron los ojos de recuerdos y momentos, no todo es amargura y dolor, aquí venia con mis padres cada verano desde que recuerdo y era muy divertido, así lo hacía papá, y así quiero recordar este lugar, el lago.

Es cierto lo que acabo de decir, no todo es amargura y dolor, puedo verme por aquí correr de un lugar a otro para que papá me siguiera hasta el columpio, y me llevará a volar.

Gary me regala un pañuelo que trae consigo para secar mis lágrimas, lo tomo en mis manos, me miro en un pequeño espejo que cargo siempre conmigo en mi pequeño bolso, y miro mis ojos empañados, mis mejillas rojas y mis pecas más marcadas que nunca. Al secar mis lagrimas bajo del auto, estando de pie sobre el hermoso pasto doy un fuerte y profundo suspiro que llene mis pulmones por completo del aire tan puro que nos regala la naturaleza, lejos de la contaminación, y solo el poder respirar de esta manera me hace libre, me hace estar en paz, sueltas todas esas cargas que vienes sosteniendo desde hace tiempo y ya lo dejas pasar.

— ¿Estas bien? —Me mira a los ojos, y ahora siento pena. Dirá que soy una llorona.

—Si —y por si fuera poco mi respuesta, asentí con la cabeza.

— ¿Qué quieres comer? —me sonríe, con eso es suficiente para volver a suspirar.

—Hamburguesa con muchas papas —sonrío— soy de buen comer.

—A mí también se me antoja una hamburguesa, doble carne con tocineta, y muchas papas —sonríe— yo también soy de buen comer.

—Que sean dos hamburguesas como la tuya —ambos reímos y nos adentramos al lugar.

Luego de almorzar lo lleve hasta el lago, lo lleve directamente donde está el columpio debajo de aquel roble enorme, nos sentamos sobre el pasto y le hable de cada verano que había venido acá, aun con nuestros vasos de gaseosas en la mano.

— ¿Quieres quedarte?

Que si quiero quedarme, que clase de pregunta es esa que mi cerebro no ha querido procesar, pero mi cuerpo bien que la he sentido, lo veo en mi piel erizada, me dio escalofríos, acaso me ha dado miedo, acaso son nervios, que ha sido.

— ¿Perdón? no entiendo tu pregunta.

—Si la entiendes Hermosa, solo te asusto.

Y tiene razón, su pregunta no solo me ha puesto nerviosa, me ha asustado. ¿Quién te pregunta algo así? bueno, él lo ha hecho. Y yo me he quedado muda, no creo en que algo deba durar toda la vida, las cosas tienen su principio y su fin, no creo seamos la excepción, que seamos Sempiterno; aquello que habiendo tenido principio, no tendrá un fin.



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En el texto hay: diario, romance, drama

Editado: 16.03.2023

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