Vivámoslo 🤍
Aunque ya han pasado tres meses desde aquella tarde en el lago, cada vez que miro a Gary lo recuerdo todo lleno de lodo, hasta las orejas, al menos no eran los dientes. Recuerdo esa tarde y me da comezón.
Lo que si no recuerdo es que hayamos salido alguna vez a caminar tanto, recorrer las calles de Hannah que ni yo conocía, al parecer, Hannah aun me puede sorprender, esta calle en particular llama mucho mi atención, un pequeño callejón, donde llegas al final y debes regresar, un callejón sin salida, está lleno de tienditas de todo tipo de artesanía, vamos caminando y yo me voy encantando del lugar, como es que me estaba perdiendo de esto, caminando maravillada tomando la mano de mi doctor, o mi ex doctor, ya que luego del accidente no se quiso dedicar más a la medicina, no sé si es por el gran hecho de no poder recordar, quizas teme a medicar a alguien como no debe, quizas fallar en alguna cirugía general, es algo que no he tocado con él, no quiero que se llegue a sentir mal, ahora se dedica a las empresas del papá, aunque al parecer le gusta.
—No puede ser —me detengo inesperadamente.
—¿Que sucede? —se detiene dos pasos delante a mi— Estas apretando fuerte mi mano.
—Mira —señalo la tienda que está a unos 10 metros— atrapa sueños.
—Claro, lo había olvidado, porque te traje aquí —se burla.
—Mira esos diseños y sus colores, las plumas, me encantan —nos acercamos a la tiendita.
—Si te gustan tanto los atrapa sueños, ¿cómo es que nunca te has tatuado uno?
—¿Tatuar? —lo miro sorprendida.
—Solo es una pregunta, ¿Te gustan los tatuajes?
—sé que no me disgustan.
Llegamos a la tienda y nos recibe una señora mayor, me recuerda a mi abuela con sus gafas colgando y el cabello blanco.
—Tú no tienes tatuajes —le recuerdo.
—No, pero de hecho me gustan y he querido hacerme uno.
—Nunca antes lo habías mencionado.
—Hay muchas cosas que quizas no haya mencionado.
—Este me gusta —le señalo a la señora que atiende en el lugar para que baje el atrapa sueños.
Me pierdo en sus tonos entre azul y verde, ese color esmeralda, como se pierde hasta llegar al turquesa, no sabes dónde termina uno y comienza el otro, y sus plumas azul Capri y azul royal, llegando a un delicado lila. Ame.
—¿Quieres llevar ese?
—Si, me encantan sus colores, y como caen sus plumas.
—Llevaremos este por favor.
La señora se aleja para buscar una bolsa de regalo donde pueda llevarlo, y yo sigo admirando el lugar, perdida entre tantos colores, y entre sus diseños, esto es arte.
—Pecas —Gary toma mi mano y me saca de mi fascinación.
—Mi amor.
—¿Me acompañas a la tienda de tatuajes?
—¿En serio te harás un tatto?
—Quiero que lo hagas conmigo, quiero hacer esto, hazlo conmigo. Tú eliges.
—¿Elegir qué?
—Lo que quieres que nos hagamos.
Caminamos hacia el lugar, y no es que antes no lo haya pensado, sin embargo esto asusta y no solo me refiero a la aguja rompiendo la piel y la tinta profanándola, me refiero a que es algo que ambos llevaremos ya de por vida, y que siempre nos tendrá presente en la vida del otro, eso asusta. Nunca he creído en un para siempre.
Sin embargo lo hare, no sé que tanto dure, la verdad ahora solo quiero vivir este amor, ya una vez casi lo pierdo y luche por él, me rendí y me volví a levantar y ahora está aquí nuevamente conmigo, sin recordar todo lo que vivimos, pero construyendo nuevos momentos, y amándonos más que nunca.
—Vivámoslo —me detengo en seco, le cojo la mano y le repito nuevamente. — vivámoslo.
—¿Eso quieres?
—Si.
—¿Por qué? aparte de que es la frase en una de tus canciones favoritas ¿hay algo más?
—Si. Quiero que si algún día nos volvemos a separar al mirar esa frase en nuestra piel nos recuerde que debemos vivirlo, el amor.
—¿Entramos?
Respiro profundo y asiento con la cabeza, el extiende su mano y yo la tomo segura. Nunca antes hablamos de un tatuaje, podíamos hablar de muchas cosas, pero un tatuaje nunca estuvo ahí en una de nuestras conversaciones, este nuevo Gary me gusta un poco más, pero a la vez me asusta.
Al cruzar la puerta a la tienda del otro lado del mostrador nos recibe una chica pelinegra, con un arete muy llamativo en su nariz, y aros en sus orejas, tiene la mitad de lo que deja ver en su cuerpo lleno de tatuajes, parece una libreta de puro arte, tantos colores, diseños.
Mientras Gary habla con ella y buscan juntos el diseño de la letra, he pedido que sea tipo carta, como la época victoriana, como el tipo de letra que usaban en esos tiempos al escribir con pluma y algo de tinta negra sobre una hoja suelta y amarilla, pálida.
—¿Estas lista?
El diseño de la letra esta hermoso, es como lo imagine, solo no se aun donde llevarlo. Mirándome al espejo había pensado hacerlo entre la clavícula y mi hombro en la parte izquierda de mi cuerpo.
—Si, lista.
—Pecas es algo que llevaremos siempre, si aún te lo quieres pensar...
Lo callo con un beso en los labios, a veces mi amor habla mucho, toca callarlo.
—Yo voy primero.
—No, déjame hacerlo mi amor —estoy nerviosa, de solo escuchar el ruido que causa la máquina al estar encendida ya me altera. Es mejor hacerlo de una vez.
La Chica que escuché que se llama Emma nos hace pasar a una habitación fría y un poco oscura, con tres lámparas de diferentes tamaños alrededor de una camilla grande, la observamos mover algunas cosas y desinfectar el lugar, llama a Gary a un lado para mostrarle el material que usará y que todo está en paquete y nuevo.
Me acuesto sobre la camilla y me pide desnudar un poco el lado donde llevaré el tatuaje, me quito la chaqueta que llevo puesta y junto con ella la camisa, dejando la parte superior de mi cuerpo desnuda solo con el brasier, la habitación está fría y la camilla aún más. Al recostarme y tener ya el diseño sobre la clavícula me gusta como se ve, cuando ya estamos por comenzar, mi amor se acerca, me toma de la mano y me sonríe enamorado, sé que le encanta que hagamos esto juntos.