⟨ Aclaratoria de suma importancia, todos los extras están basados en un universo paralelo, esto en la historia original no influencia en nada y no tiene que ver nada con ella, de este extra habrá parte 2 ⟩
Lereina significa: (reina mía, amor, cielo,esposa).
Narrador: Shaera Másserattí
Reino ¿Desconocido?
— Vamos reina mía, tienes que despertarte. — Dioses, si esté hombre supiera los estragos que causa en mi estómago no me hablaría con esa voz tan distintiva.
Abro los ojos encontrándome con su bello rostro, el siempre será mi perdición, esos ojos, ese cabello, esa voz me tiene a sus pies y lo sabe, sabe que por el estoy dispuesta a todo.
Tenemos que irnos a los prados esmeralda, mi anillo lo consiguió ahí, tiene un verde tan increíble, que representa la naturaleza misma, es tan irreal como pase de odiarlo a quererlo con todas mis fuerzas.
— No quiero ir me hace falta dormir una semana entera, pero hoy es un día muy importante.— Cuado me refiero a importante es muy enserio.
— ¿Por qué te haría falta dormir una semana?, ya duermes bastante.— Que pregunta más tonta, no puede ser verdad que me diga esto.
— Es increíble que me vengas a decir tales charlatanerías.— Y tiene el descaro de reírse de la manera más sexi y tierna, como si no fuera el lobo que se come a la pobre coneja.
— No, es increíble que tú me digas charlatán, soy tu rey y esposo, exijo una disculpa.-
- Si claro y las vacas vuelan.— Lo odio, lo amo no hay punto medio, solo me queda lanzarle las almohadas que están debajo de mi cabeza y créanme que lo haré.
●●●
Antes de irnos a los prados tenemos impartir castigos y sentencias, estaremos unos días fuera del castillo.
Puede estar sentado, despeinado y con tierra encima, más sin embargo sigue viéndose guapo, dioses si me hubieran dicho haces meses que estaría muerta de amor por el, hubiera dicho que era más probable morir a enamorarme.
Pero aquí estoy viendo cómo manda a la horca a un ciudadano por tocar a una niña de cinco años, «Que si me lo preguntan, la horca es poco para ese hombre» y sigue siendo la cosa más hermosa que han visto mis ojos, claramente después de mi.
Busca mi mirada y juro por mi vida que me encantan esos ojos.
— Lereina, ¿Crees que la horca es poco sufrimiento para este inhumano?.— Ese tono de voz tan profundo y demandante, tengo que dejar de pensar este tipo de cosas en estos momentos.
— La horca sería un alivio para este ser, propongo que se lo demos al pueblo para que hagan lo que quieran con el, después se lo daremos de comer a los dragones, parte por parte. — ¿Qué mejor castigo que este?, demasiado benevolente estoy siendo con el.
— Muy bien lereina, sin tu ayuda no podría haber pensado en un mejor castigo para el, haremos lo que dices antes de irnos.
La horas pasan y yo me estoy muriendo del hambre y del sueño, me encanta ser una babosa cuando se trata de MÍ hombre, pero estoy segura de que si no me llevo un bocado de comida a la boca, aunque sea una pequeña fresa me voy a desmayar.
Cuando por fin nos retiramos del gran salón, tomamos rumbo hacia en comedor, nuestro almuerzo ya estaba servido.
Quiero dar un paseo con los dragones, pero desde que saphira murió, no he querido siquiera acercarme mucho a los dragones, ya han pasado semanas de eso, y todavía me duele el corazón como si hubiera sido ayer.
No es un recuerdo agradable, por ello decido salirme de mis pensamientos para poder comer algo, mientras comemos entra un soldado con rapidez se dirige al rey, ignorando que yo estoy aquí, aunque no me importa en absoluto, se nota que es nuevo si no ya supiera que su tumba está cabada.
— Mi rey, al sur del pueblo ha desembarcado un barco, de el salieron alrededor de cuatrocientos soldados, ya han matado pueblerinos, violado a mujeres y niñas, y están avanzando hacia acá.
— A listen a todos los soldados, den un comunicado al pueblo de que el reino está en peligro, a los hombres se les darán armas para luchar a nuestro lado, también dejarán soldados para proteger a la reina.— Mantengo mi silencio, esperando paciente a ver qué más suelta el nuevo soldado.
— Está bien, una última cosa mi rey, están a horas de llegar aquí.— ¿Qué tan difícil era empezar por ahí? Si mi esposo de por sí tiene cara de que tiene los mil demonios puedo procurar que ahora tiene cuatro mil.
— Retírate ahora mismo de aquí.— Y corre por qué si no lo haces estarás muerto antes de que ataquen el reino, ya tienes una tumba lista solo falta tu cuerpo.
— Lereina, prefiero que te vayas en lugar de estar aquí cuando lleguen, sabes que eres mi mundo, pero prefiero que estés a salvó.
— Sabes que no prometo irme de aquí si no me voy contigo, al igual que tú protegeré el reino.
— Mi dulce Lereina, no hay manera de que entres en razón alguna, solo te pido que te cuides a ti misma.
— Y lo haré, te cuidare a ti, al reino y a mi misma.— Atrapa mi rostro entre sus manos para pone su frente con la mía, este gesto es nuestro, a el le da la paz que necesita y a mi me da la protección que necesito.
Después de separarnos besa de manera sutil mis labios, se va a nuestra recamara para prepararse para la batalla, yo por otro lado me dirijo a la biblioteca, un lugar en dónde no hay guardias, solo un silencio que eriza de manera fría la piel.
En lo más alto y profundo de la biblioteca, dónde ningún guardia puede entrar se encuentra la corona con la que fui hallada en las costas junto con dos dragones, tiene diamantes del color de mis ojos, tan raros y exóticos, desde que llegué aquí la he mantenido en este lugar, dónde nadie puede tocarla.
Perdí la memoria y solo me acuerdo de mi nombre y el de mis dos dragonas, no recuerdo nada más que no sea referente a ellas dos no recuerdo a mi familia, mi hogar o mi vida antes de llegar aquí.