(libro en español) The Daughter Of The Dragons

Dragones 1° (Actualizado)

Narrador: Rey Hefesto

Año: 655 D.S Época Atemporal: 21 Estación: Finales de primavera.

Cuando el galope y correr por las tierras del reino de unitra y, en las cacerías cuando perseguimos un ciervo. Mis guardias se dispersaron, un grupo de guardias por el lado oeste y el lado otro grupo por el este, me desvío de su grupo tomando un rumbo diferente, llegando a un arroyo, el corcel tomaba agua, el por otra parte, veo un árbol de manzanas, Tomo unas cuantas para llevarlas en el camino, pero cuando estoy cerca de subirme en corcel un aullido se escucha cerca de el, al voltear un lobo sale de entre la maleza.

Y no es cualquier lobo, es un Lobo de media noche, se cuenta la leyenda que solo aparecen cuando una tragedia está cerca, a su vez se dice que, es símbolo del renacimiento, vida y libertad.

Aunque para los mortales es imposible ver lobos de media noche, pues tenemos la creencia de que no existen al menos eso creía yo hasta hace minutos, su pelaje negro tiene machas blancas y moradas, como si se tratara de pequeños diamantes en espiral que encuentran en su cuerpo, no tengo explicación del por que esto esta pasando.

Una trompeta se escucha a lo lejos, indicando que ya casaron al ciervo, cuando volteo nuevamente a ver al lobo, este simplemente desapareció, no hay rastro, no hay huellas, no hay algo que indiqué que si es verdad lo que vi.

— Permiso para hablar, mi rey.

— Concedido soldado — ­digo levantando la mano, en señal de permiso.

— Mi rey todo ¿Se encuentra bien?

— Si soldado todo bien, no hay de que preocuparse.

De regreso al castillo, mi amada esposa esta esperándome en el umbral siempre tan radiante, tan hermosa y única recuerdo la vez que llego al reino, venía con un dragón uno muy único, dado a que desde hace épocas había sido visto el último dragón del reino, ella llego con el primer rayo de sol dejando a todos asombrados, los rumores llegaron al castillo, recuerdo que fui corriendo a ver si era verdad.

Pero al momento de verla pidiendo algo de comida me enamore de inmediato su hermosa sonrisa, sus ojos de un azul tan caracteristico, su cabello dorado como cada amanecer me daba energía para soportar la noche oscura que me atormentaba.

- Mi rey, te extrañe tanto. – Sus brazos me rodean en un amoroso abrazo.

- Lo mismo digo, reina mía – Beso con delicadeza su coronilla, respirando su aroma a frutos rojos.

Caminamos hacía el interior del castillo, me guía de camino a la cocina, ¿Qué habrá preparado esta vez?, no me quejaría si fuera una tarta de limón, o uno de esos panecillos con caramelo por encima, cualquier cosa que haga, le quedará de maravilla, por eso y muchas cosas más me case con ella.

- Hice panecillos con caramelo, esta vez los rellené con crema. – doy un mordisco, mi paladar se deleita con tal maravilla, tiene un toque de limón que lo hace agrío, pero a su vez contiene el dulce néctar del caramelo,

- Son increíbles, reina mía.

- Lo sabía, sabía que habían quedado bien. – una sonrisa se dibuja en su cara, dándome a entender que esperaba una respuesta positiva de mi parte.

Después de pasar toda la tarde de un lado para el otro, recorriendo este enorme castillo, por fin cae el ocaso y con ello, nuestro sueño, ha sido un día completamente movido, mi cuerpo se siente al extremo del cansancio, cuando menos lo espero el sueño me lleva con él.

Sin embargo, mi sueños son traicioneros, me llevan a un lugar en donde nunca he estado, un bosque de penumbras y soledad, en dónde hasta los muertos sentirían miedo, paso tras paso me engulló en algo que jamás pude creer.

Me abro paso en un trinchera que arde en llamas, puedo ver a los soldados apuntando a diferentes direcciones, dragones surcan el cielo rugiendo y quemando todo a su paso, a lo lejos se escuchan miles de personas llorando, gritando y pidiendo clemencia.

Una guerra que parece no tener final alguno, distintas banderas que ondean, llevan los soldados y como debe ser luchan por sus reinos, pero se escucha un llanto como un eco, un leve susurro del viento.

Busco el lugar de donde proviene ese llanto, escondida en un establo se encontraba de espaldas una pequeña niña con cabello negro, en su cabeza se posaba una corona.

Me acercó lo suficiente para tomarla en brazos y llevarla conmigo. Sin embargo, me detengo una vez que sus ojos se posan en los míos, tenía el color característico de un integrante de la familia Másserattí.

Aunque los suyos eran distintos, el centro de sus ojos variaba de tonos morados desde ese amatista, hasta el lila en cambio terminando su iris el color se tornaba azul cielo.

Una voz llega a mi oído disfrazada de una melodía con el viento diciendo: encontraras más bosque ella en el bosque sangriento.

Al darme vuelta no había nadie cerca de mi, vuelvo a ver a la niña entre mis brazos notando el parecido a mi reina.

Para cuando quiero entrar a una casa y dejar a la niña resguardada, una sombra con enormes alas y aliento de fuego se dirige a mi.

Sujeto bien a la niña entre mis brazos para empezar a correr en dirección al bosque, en un momento a la niña se le cae la corona qué llevaba en sus brazos.

Intento no perder tiempo en buscarla y seguir corriendo, pero la pequeña muerde mi hombro.

— ¡Ey!, ¿por qué haces eso?.

dirijo mi cara a la suya, solo veo como señala con su brazo la corona.

— ¿Cómo eres tan insoportable siendo tan pequeña?.

Dejo a la niña dentro de un agujero en un árbol para regresar a buscar la corona, percatándome primero de que el dragón no este cerca.

Hecho una vistazo entre la corona y la niña que esta intranquila al no tener en sus manos su juguete, tomo impulso para correr hacia la corona, pero un rugido seguido de un aleteo se escucha.

Agarro la corona y corro de nuevo hacia el Bosque, es imposible que el camino se haya alargado de manera significativa, por más que intento correr a gran velocidad parece que mi piernas fueran de manera lenta.




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