—Llaves, uniforme de trabajo, celular, mochila, desinfectante….Repito la lista de lo que necesito es voz baja antes de cerrar la puerta de mi casa, hacer una lista mental de lo que no puedo olvidar dentro me tranquiliza un poco…Bajo las pocas escaleras que separan el segundo piso del primero, trato de no tocar las sucias barandillas por lo tanto desciendo a paso lento. Al llegar a bajo paso saludando a la señora Felipa la recepcionista…..Después de cuarenta minutos en el metro llego al bar donde cubro el turno de mesera por las noche. El tiempo pasa rápido cuando trabajas bajo presión de clientes poco amigables. …—Cecily, hoy te toca cerrar cierto?—pregunta Lucia una de mis compañeras.…..—Si —contesto sin prestarle mucha atención….—A mi me toca mañana cambia conmigo si?—dice juntando las manos en modo de súplica.—tendré una cita con mi novio y no puedo llegar tarde, por favor, por favor, si. …La verdad es que no importa, sea hoy o mañana me tocará hacerlo….—Esta bien, pero si un día necesito el mismo favor……..—Yo te cubro hermosa….El mismo favor lo dudo no tengo con quien salir, solo soy yo y mi gato gruñón….Al terminal de limpiar mis mesas me despido de Lucia y salgo del lugar, el bar está en un barrio bajo de Chicago; dónde drogadictos y mujeres que ofrecen servicios son muy comunes pero por alguna razón hoy las calles están vacías…Las pasajes oscuros y mal olientes desprenden una atmosfera tensa, como las películas de terror cuando algo malo pasara.