Lily.
Estar de regreso trajo consigo una masiva de pensamientos intrusivos que me recuerdan que aunque deseo a Abel debía hacer las cosas con bien y eso es comenzar con los papeleos para solicitar el divorcio cuánto antes. Antes de que pienses que lo hago por Abel permíteme contarte: Fui engañada por mi esposo a unos meses de cumplir 3 años juntos y su amante es una mujer que me odia por el hecho de existir y obtener cosas que a ella le niegan, Isabel me desprecia. La iniciativa a yo querer el divorcio remota a qué quiero ser independiente y sin ánimos de que me sigan vinculando a Mauro y a sus desastres personales, también para poder adquirir una tranquilidad. Lo que yo deseo crear con Abel no depende de mi si no de la disponibilidad que él quiera tener conmigo.
—¿Todo en orden? —. El sonido de su voz es capaz de sacarme de una espesa nube de pensamientos y traerme de regreso a la realidad. Espabilo agitando mi cabeza y luego regresar a verlo.
—Es tan raro no haber recibido una llamada de mi madre en todo el día.
Ella normalmente me lleva 2 a 4 veces en el día para saber cómo me encuentro o si estoy a gusto. El hecho de no recibir ni un solo mensaje me deja una sensación de intranquilidad abrumadora y una corazonada para nada buena. Es malo sentir tan mal augurio luego de pasar una tarde emocionante al lado de un hombre encantador.
—En 5 minutos estaremos en tu casa y veremos qué sucede, deseo que estés tranquila. —. Y sin yo pedirlo toma mi mano entre las suyas transmitiéndome paz.
A los segundos Abel detiene su auto enfrente de mi casa y a mi sorpresa a las afueras estaba aparcado el auto de Mauro y una ambulancia, en mi patio habían varias personas ayudando y preguntando. Sin pensarlo salgo del auto corriendo sin esperar a Abel ingresando desesperada llevándome la desdicha de ver a mi madre en una camilla de emergencias ser atendida por unos paramédicos, y más atrás a Mauro abrazado a Isabel. Mi cara denota confusión y frente a mi aparece mi padre con sus ojos llenos de lágrimas.
—¿Mamá?
Él simplemente me abraza haciendo que aquella inquietud vuelva fuertemente y siendo la misma que me haga llorar como una cría en lo que atendían a mi madre. Solo podía mirar arriba e implorar a Dios que no me quite a mi madre, ella es muy importante para mí y sin su presencia yo no podría seguir.
—Está fuera de peligro pero debemos sacarla al hospital. —. Le informa un paramédicos a mi padre rápidamente.
—Por favor, solo salven a mi esposa. —. Ellos asienten y sin miramientos salen corriendo arrastrando la camilla a la ambulancia.
Iría pero antes solo quiero saber que hacía este hombre en mi casa.
—¿Qué demonios haces aquí? —. Bramo para cuando los chismosos se han marchado.
—Lorena me habló y pidió verme. Lily, ¿cómo es posible que tú madre haya estado sola, o no totalmente porque estaba Isabel y yo, y haya tenido un infarto? Que mala hija…—
La mano me ardió pero no me importó porque esa bofetada se la tenía más que merecida, Isabel se iba a venir contra mi pero afortunadamente Abel aparece cuánto antes a mi lado.
—Que sea la última vez que te refieras a mi de ese modo o que pongas la situación fuera de contexto, porque si de malos hijos hablamos eres el primero en relucir cuando dejaste a tu padre abandonado en un asilo solo por no soportarlo. Yo al contrario tenía a mi madre en esta comodidad y conmigo, es una pena que yo haya salido y una mala señal que hayas estado tu junto a este ser indeseable.— fulminé con toda rabia a Isabel quien igual me la devolvió.— Así que cierra la boca o a la próxima te saco a patadas de mí casa.
—No es tu casa…—
—¿Tengo que recordarte que tengo los papeles a mi nombre al igual que varias propiedades? Se hombre y acepta que aún en tus últimos días de amor y por lastima me dejaste alrededor de 5 casas incluida está. —. Sonreí al segundo en que él se le borra la sonrisota.— Y lo pensé Mauro, quiero el divorcio para ya. No soporto otro día más siendo tu esposa.
—Mi dinero…
—Me importa realmente poco tu dinero pero recuerda que en nuestra boda no hubo acuerdo prenupcial y que por ende un porcentaje es mío pero no te preocupes, seré benevolente contigo así como no lo fuiste tu conmigo.
Es una fortuna que mi madre se encuentre fuera de peligro y que ahora esté en una habitación alejada de cuidados intensivos. Ella me veía con tanto amor del cual no pude nunca desprenderme. Me quedé a su lado en la camilla en lo que mi padre descansa sobre el sofá y Abel en la silla con un café para mí y otro para él.
—Ella estará más fuerte, Lily, solo no pierdas la fe.
—No lo hago, se que mi madre estará bien pronto. —. Beso el dorso de su mano implorando a Dios que ella salga cuánto antes de acá.
Él se acerca y toma mi mano llamando mi atención, me hace entrega del café y procede en lo que va a decir.
—Me encantó que le hayas respondido de esa manera a Mauro, así sabrá que ya nada es un juego y que ahora todo va en serio.
—Me harté que me vean con cara de niña indefensa, soy una mujer hecha y derecha que tiene que defender lo que le corresponde es lo menos que me debe luego de irse con ella.
La verdad no me apetecía pelear por un dinero que no es mío y por casas que no compré con nada pero es lo menos que Mauro debe darme luego de su infidelidad y de irse con la promiscua de Isabel Clemente. Inhalé hondo y traté de ordenar mis prioridades y planes ahora que mi ex esposo se irá con todas sobre mi.
1- Lo primero sería encontrar un abogado o una abogada totalmente buena y que le sepa la movida a este tipo de casos en dónde los matrimonios no tienen un hijo de por medio pero si mucha rabia y resentimiento.
2- Ver qué hago ahora con Abel y el plan, pensar en que tal vez no pueda arruinar el juicio por mi divorcio porque conociendo a Mauro es capaz de no firmarlo por quedarse con su cochino dinero.
3- Priorizar la salud de mi madre ahora que decayó, no podía dejar que papá corra con todos sus gastos.
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Editado: 18.08.2024