Lily: Amistad CÓsmica

1. INFILTRACIÓN A LA BASE ESPACIAL

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INFILTRACIÓN A LA BASE ESPACIAL

 

–Aún sigo sin entender cómo fue que nos metimos en esto.

–Muy sencillo, Lily– respondió Abraham –Necesitamos el chip de inteligencia para… para… Oye, es verdad. ¿Para qué estamos viajando, Netman?

–Los Orbes Cósmicos encierran secretos que están lejos del alcance de cualquier ser vivo. Sin embargo, en la Base Espacial Delta 6 se encuentra un dispositivo muy peculiar. Se dice que se trata de un chip que tiene almacenados conocimientos e información de todo el universo.

–¡Vaya!– exclamó Abraham emocionado. –Eso significa que dentro de ese chip está el secreto para controlar y utilizar los Orbes Cósmicos, ¿no es así?

–Afirmativo– respondió el autómata –Si utilizamos el chip y lo descargo en mi memoria, me volveré la máquina más inteligente de todas, y no habrá nada que esté fuera de mi alcance. Una vez que eso esté hecho, fabricaré un contenedor para almacenar y utilizar su energía de manera productiva.

–Eso es lo que no comprendo del todo– prosiguió Lily –¿Por qué necesitamos ir ahora por esa información? En la Tierra, Dirk Portman y su ejército están reuniendo los Orbes mientras nosotros nos teletransportamos a millones de años luz de distancia para conseguir una memoria para Netman. ¿No deberíamos seguir rastreando los Orbes y ocultarlos de ellos?

–Cuando posea la inteligencia suprema– afirmó el robot –Nada, ni siquiera el ejército de Farland podrá hacer nada por detenerme.

Sobre esto dialogaban mis amigos mientras su teletransportación continuaba. El lugar al que se dirigían debía estar demasiado lejos si la teletransportación había ya durado 16 horas.

–Tengo hambre– gimió Lily.

–Tendrás que esperar– sentenció el robot –La teletransportación durará al menos otras 6 horas más.

–Eso es verdad, Lily– corroboró Abraham –Si introduces alimentos a la cabina de teletransportación, podrías fusionarte con ellos. A mí en lo personal no me gustaría pasar el resto de mis días con un biscocho por cabeza.

–Supongo que no sería agradable– respondió Lily, entre lamentos.

–Ánimo. Te prometo que lo primero que haremos al llegar a la base espacial será pedir algo de comida.

–No creo que eso sea posible– objetó Netman.

–¿Por qué no?

–Porque nadie debe advertir nuestra presencia en la base espacial.

–No lo entiendo– dijo Abraham –Si nadie debe advertir nuestra presencia, ¿cómo vamos a pedir el Chip de inteligencia?

–No lo vamos a pedir– reveló el robot extraterrestre –Lo vamos a tomar prestado sin que ellos se enteren.

–¿Eso no está mal?– preguntó Lily consternada.

–Lo que está bien o mal es irrelevante si consideramos que nuestra misión es más que importante.

–Supongo que tienes razón– opinó Lily, aunque algo en todo esto no le daba buena espina.

Pasado el tiempo previsto para la teletransportación, Lily, Abraham y Netman pisaron tierra firme. En cuanto el gélido ambiente de la atmósfera del satélite acarició sus caras, oprimieron el botón especial en sus trajes espaciales y una escafandra se cerró alrededor de sus cabezas.

–Es un lugar interesante– opinó Abraham cuando el tanque de oxígeno empezó a llenar sus pulmones. Lily no estaba muy de acuerdo con su punto de vista: todo a su alrededor era un terreno árido repleto de rocas y metales de color gris.

–Este satélite está hecho en un 64% de plomo– analizó el robot –Y una capa de hielo que rodea el 44% de la superficie. Los trajes espaciales podrán regular su temperatura un tiempo, pero les sugiero que nos demos prisa o terminarán congelados. ¡Andando!

En cuanto Abraham comenzó a caminar, la gravedad casi nula del lugar hizo que flotara lentamente.

–Es muy parecido a la luna de la tierra– observó.

–Estuve en esa luna una vez– le informó Netman– pero no hay nada ahí que tenga la mitad del valor que lo que venimos a buscar en este momento.

A los pocos minutos, Lily y Abraham ya se habían acostumbrado a caminar en ese lugar. Quien parecía tener más problemas para moverse en ese ambiente era Netman, hasta que, enfadado por elevarse cada vez que intentaba caminar más aprisa, decidió activar unos magnetos en sus pies y de este modo consiguió quedarse adherido a la superficie de plomo.

Esto hizo que Netman avanzara más lentamente, cosa que Lily y Abraham aprovecharon para dejarlo a cierta distancia y poder hablar.

–¿Qué opinas de esto, Lily?

–No sé qué pensar– observó ella, elevándose una vez más.

–¿Crees que podemos confiar en Netman?

–No lo sé aún. Desde que lo conocimos e intentamos recuperar ese Orbe en la playa, he tenido mis sospechas de que podría estar ocultándonos algo, pero como es un robot, no he podido detectar ni una sola vez si nos está mintiendo.



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En el texto hay: robots, aliens, bases espaciales

Editado: 30.04.2020

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