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Tom se había levantado en su cuarto que tenía como propio por ser un excelente estudiante, en su casa que era Slytherin, y luego de ponerse presentable se dirigió al gran comedor a desayunar.
Ya estando hay sintió una mirada sobre el, alguien se estaba atreviendo a verlo, y levanto la mirada, Se encontró con unos ojos negros y una cabellera negra que hacia contraste con su piel era una chica en su misma mesa, pero que nunca había visto, delgada y de estatura media, pero a pesar de la belleza de la muchacha, esto irrito a Tom.
Miro a su derecha y se encontró con Lucius Malfoy, un chico rubio palido, seguidor de Tom, de una familia respetada en la comunidad mágica por su lineaje de sangre pura y la gran fortuna que poseían.
-Malfoy, ¿Quién es la chica que esta sentada en esta mesa mirándome con tal seriedad?- Le pregunto Tom a Lucius sin ni siquiera dedicarle un buen día.
- Maia Black, Sangre pura y buena en defensas contra las artes oscuras- Contesto Malfoy a su compañero de casa.
-¿Black?- pregunto extrañado.
- Si, es melliza del traidor de Sirius Black y hermana de Regulus Black. Prima de las hermanas Black.
-¿Que mas sabes de ella?.- Malfoy lo miraba extrañado por el interes que Tom hacia la chica.
- Tengo entendido que, estuvo el primer año aqui en Hogwarts y el siguiente año la transferieron a Francia pero la volvieron a transferir de regreso.- le informó.
- ¿La razón?
- Eso si no lo se.
Tom sentía algo extraño en esta chica, tenía curiosidad, y eso le irritaba, ¿Tom Riddle sintiendo curiosidad por una chica? ¡Aun no le había dirigido la palabra! Pero ella le siguia viendo, ahora de reojo.
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Salió del gran comedor unos minutos antes y fue a su primera clase del dia, y del año. Tenía pociones con Slughorn, cuando llego al aula Tom le dedico una sonrisa un poco falsa pero muy creíble a su profesor, y este se la devolvió.
-Buen día querido Tom, ¿Cómo te lleva la mañana?- Pregunto Slytherin
-Buenos días profesor, Es un buen día gracias.- Le contesto Tom sentándose en el primer banco y dándole al señor una cara de agradecimiento.
Pasaron unos minutos y los estudiantes de Slytherin y los de Ravenclaw de 6to año llegaban al aula, incluido Lucius y otros seguidores de Tom
-¡Malfoy!.- llamo Tom. -Siéntate aquí- y este asistió y se colocó al lado de su compañero.
Entonces empezó la clase, sin rastros de Maia, hasta que la puerta del aula se abrió dejando ver a la chica acompañada de Emely Parkinson, una muchacha de tés clara y ojos verdes que compartía casa con Tom, Lucius y el resto de Slytherin.
- Sentimos profesor, la tardanza a sido mi culpa me he perdido, hasta que Emely me encontró y trajo a clase.- explico Black con una cara de cachorro mojado y un brillo manipulador en sus ojos negros
-Usted debe ser la señorita Black, no se preocupe es natural que se pierda despues de mucho tiempo sin caminar por los pasillos. Pueden sentarse en el banco que esta atrás de del señor Malfoy y el señor Riddle.-le contesto Slughorn con una sonrisa de comprensión a las señoritas.
Estas se sentaron y Tom aparto la mirada, puesto que no había dejado de ver a la pelinegra desde que entro.
El resto del dia Tom se la paso pensando en que era esa mirada controladora que Maia le había dedicado a Slughorn, cada vez le intrigaba mas esta chica.
El día pasó rápido y ya había empezado el toque de queda, Todos estaban en sus habitaciones o salas comunes, en la sala común de Slytherin solo estaba Tom y el fuego de la chimenea, en eso entro la pequeña Black junto a un chico de último año.
-Gracias Robín por enseñarme el camino, me he estado perdiendo mucho hoy, no recordaba este castillo tan grande y confuso, espero no haber sido problema.- Dijo ella un poco sonrojada.
-No ha sido un problema señorita Black, para esto estamos los prefectos, cualquier problema o duda no dude en llamarme.- Contesto el chico guiñando un ojo a Maia después de ella asentir con una sonrisa y el retirarse por la puerta hacia las mazmorras.
Se dirigió lentamente a otro sofá de la sala, acomodándose con el libro que llevaba y empezando a leerlo, no sin antes haberle dirigido una mirada a Tom, quien la había observado con atención, casi como si quisiera descifrar el más difícil acertijo.
- Si tiene problemas con el castillo señorita, podría mañana ayudarla mostrándole el lugar.- Dijo Tom demostrando confianza a la chica, después de ella levantar la mirada
de su libro y dedicarle una sonrisa.- Tom Riddle.- Se presentó el pelinegro.
-Tom Riddle siendo amable es raro.- el chico la miro confunso.- Veo que no te acuerdas, pero ya nos conociamos en el primer año.
-La niña que chocó conmigo por andar de distraída.- Dijo Tom, ella lo miro un segundo y asintio - ¿Qué estas leyendo?
-Es mi libro de defensa contra las artes oscuras, es un tema muy interesante Riddle.- Maia le responde
-Lo se es interesante, puede decirme Tom si quiere señorita.- ella asiente dándole una mirada y una sonrisa que a Tom le parece una preciosa combinación.
-No me trates de usted Tom me haces sentir una señora, dime Maia.