Limerencia

Debo estar loca.

Luego de golpear a Edrick en la cabeza y de escuchar sus quejas de lo fuerte que golpeo entré en la carpa en busca de Seth, lo vi al final de esta, acostado en una cama mientras sostenía una bolsa con hielos en su frente y ojo. 

Cuando llegué hasta donde estaba lo golpee en la cabeza y le di un puñetazo en su brazo haciendo que soltara un quejido. 

—Joder Jade deberías dejar los entrenamientos —soltó entre quejidos. 

—Debería golpearte más duro imbécil —. Quité su bolsa con hielos y lo golpee con esta también. 

—¿Podrías dejar de agredirme mujer? — se sentó en la cama haciendo un puchero. 

Yo levanté mi brazo fingiendo que iba a golpearlo. Él se encogió donde estaba y yo bajé mi brazo. 

—¿Podrías dejar de ser tan estúpido Seth? —dije copiando su voz con molestia. —No voy a estar salvando tu trasero siempre, ¡madura idiota! —me levanté de donde estaba y me crucé de brazos. 

—¡Fue culpa de Reek! Yo no te hubiera llamado —. Lo último lo dijo en voz baja. 

Conté hasta diez para no matarlo. 

—¿Qué hiciste esta vez? —frunci el ceño y lo miré desde arriba, él bajó la cabeza y colocó la bolsa de hielos en su regazo. 

—Verás... Es gracioso ¿sabes? —Empezó y soltó una risa nerviosa. Lo miré con una ceja alzada —. ¡Te juro que yo no quería robarle la moto a Xev! —y se tapó la boca como un niño luego de soltar eso. 

Abrí los ojos y lo volví a golpear. 

—¿Como puedes ser tan tonto Seth? —no podía creer lo que escuché. 

Él volvió a colocarse el hielo en la frente con una mueca de dolor. 

—Era sólo una broma Jade, no te enojes —. Me abrazó y yo resoplé. — Vamos, eres mi hermana favorita. 

Lo golpee de nuevo. 

—Eso es por que soy la única que tienes bruto —. Me crucé de brazos.

Y luego de eso empezamos a molestarnos para luego empezar a golpearnos hasta que el sonido de un carraspeo nos detuvo. 

Miré con atención a la chica delante de mi que veía con atención el brazo que Seth tenía en mi cintura con una ceja alzada. 

Repasé la mirada de la chica a Seth y en segundos me di cuenta de quién era. Seth suspiró al saber lo que venía a continuación. 

—¿Y tú eres...? —me miró con molestia. 

Yo sonreí y la miré altanera. 

—Soy Jade un gusto, tú debes ser el diablo ¿no? —dije y sonreí lo más dulce que pude. 

—¿Qué...? Atrévete a repetirlo estúpida —. Se acercó amenazante. 

Sonreí. 

Sabía quién era. Nada más y nada menos que Jein, la novia de mi hermano. 

—¿Me acabas de llamar estúpida, zorra desgraciada? —me levanté y me acerqué hasta donde estaba, yo le sacaba unos centímetros de más por lo qué ella debía levantar la cabeza para verme, eso me daba ventaja para verme intimidante —. Dije que tú debías ser el diablo ¿eres sorda o qué? —repetí y ella levantó su mano. 

De un momento a otro mi hermano estaba enfrente de mí mientras sostenía la mano de la castaña de labios rojos. 

—Atrévete a tocarle un solo cabello a mi hermana Jein—. Soltó con voz amenazante y detrás de él le sonreí a la tipa. 

—¿Hermana? —Su voz sonaba más baja que antes. 

—Exacto, ahora, vuelve a decirme estúpida ¡vamos! —la reté.

Ella me miró unos momentos antes de salir empujando el cuerpo de mi hermano con el suyo rápidamente. Estúpida. 

Ella sin duda alguna era el diablo y no había pasado la prueba. 




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