En la provincia del Chaco, donde vive el ultimo candidato llamado David Freddo, comienza a ocurrir extraños sucesos, donde diversos portales se abren y de allí salen criaturas con formas de insecto, rango D, C, B, y A.
A unos 5 kilómetros de ese extraño fenómenos en simultaneo, en un pueblo llamado Santa Lucia, David vive pacíficamente, aunque alejado de la mayoría de los habitantes. Según la mayoría de los pueblerinos, el joven es una desgracia andante, por lo que es indudable la discriminación que recibe por parte de su propia gente.
Ellos creen que porque el joven posee habilidades para la cacería de mazmorras es potencial a traer problemas, siendo mas extremistas a la hora de convivir con extranjeros que en Córdoba. Sin embargo, a David le importa muy poco, ya que ha vivido lejos de sus vecinos durante un buen tiempo.
Después de un día de duro trabajo cerrando pequeñas mazmorras de rango E y D, David regresa a su hogar, cubierto por sangre color violeta y verde de goblins y gusanos gigantes. Aunque le importa mucho mas disfrutar de una cena agradable, lo primero es quitarse la podredumbre de las criaturas que aún están en su cuerpo, por lo que se da una ducha en las afueras de su hogar. Al no disponer de un baño dentro de la casa, la letra se encuentra a unos pocos metros.
Mientras se ducha desnudo, cubierto de sangre de monstruo en todo su cuerpo, siente como una de sus trampas de hielo permanentes que se encuentran apostadas a casi quinientos metros desaparece, como si alguien hubiera caído en ella o la hubiera destruido, por lo cual detiene su ducha y mira hacia los alrededores:
David: “Por lo visto ya son seis trampas que han desaparecido” – piensa mientras nota movimientos extraños entre los arboles secos y la espesa oscuridad de la noche – “Esto no me esta gustando en lo absoluto” – deja escapar
De entre la oscuridad, salen insectos de diversos tamaños, algunos diminutos como un cachorro otros como camiones, pero indudablemente son monstruos que aparecen de a decenas a cientos, y avanzando a paso lento, un extraño monstruo insectoide, con forma humana pero que desprende una cantidad de poder terriblemente enorme.
La atmosfera es envuelta en una sensación hostil y tenebrosa de la que David se da cuenta y siente como su cuerpo tiembla:
David: “¿Qué demonios es esa cosa? Su poder…es increíble, inclusive hace que mi cuerpo se vea afectado por su presencia, ¿será rango S+? no…dudo mucho que lo sea, puedo darme cuenta la diferencia con solo mirar su aura, es aún más peligroso que un mero cazador” – mira al insectoide, con expresión temerosa
David reúne todo el valor que tiene, y golpeándose el pecho, completamente desnudo anuncia mientras cubre sus brazos, piernas, torso, cabeza y parte baja del cuerpo con una armadura de Hielo:
David: “No creo que hayan venido a tomar terere conmigo, entonces…” – exclama, congelando al mismo tiempo el suelo con sus pies, formando una estela azul a su alrededor – “Deberían volver a sus respectivos portales, antes de que los obligue a volver, pero en pedazos” – advierte con firmeza
En un principio David piensa en encontrar la manera de escapar, pero ¿a quién podría acudir? Nadie lo acepta en el pueblo, en la ciudad podría ocurrir una masacre de niveles catastróficas, no le queda más opción que combatir en la soledad de su hogar contra las criaturas.
A continuación, el insectoide levanta su mano, señalando con el dedo índice al joven candidato a cazador, haciendo que las criaturas avancen eufóricas hacia el humano que se prepara para la pelea contra cientos de insectos.
Sin pensárselo dos veces, el chico extiende sus brazos y libera todo su poder de congelación, mientras sonríe y grita para darse más valor:
David: “¡Si! ¡Vengan por mí, hijos de perra!”
Uno tras otro, los insectos caen muertos ante los picos de hielo creados desde el suelo congelado por David, logrando eliminar a la mitad de ellos con solo un ataque, mientras que los voladores caen como moscas gracias a los pequeños picos usados como municiones antiaéreas y los que intentan infiltrarse debajo de la tierra, mueren congelados por la férrea defensa de la magia de Hielo.
El emperador Insecto observa paciente como se desarrolla la pelea, sintiendo una gran curiosidad por el humano, y su habilidad congelante, inevitablemente comparándolo con Leza, la Emperatriz Salvaje:
Esfutyox: “Su poder no es diferente de Leza, pero la diferente entre uno y otro es clara, ella es infinitamente superior, pero este mocoso sabe aprovechar las variantes, me sorprende” – piensa mientras lo observa pelear
Finalmente, y después de varias horas de lucha sin descanso, con el sol saliendo desde el horizonte, el joven logra derrotar a los insectos que lo han acosado. La luz del sol ilumina la zona boscosa del Impenetrable, revelando un paisaje donde los cadáveres de las criaturas se encuentran apiladas unas sobre otras, la sangre de estas tiñe el suelo verde y los arboles se infestados de partes de los insectos.