Aparentemente y por accionar poco sutil del ataque por parte del gremio de Martin, las autoridades locales se hacen eco de lo sucedido y rápidamente se preparan para dar apoyo al Fortaleza.
Mientras tanto en el edificio que a pesar de los severos daños se mantiene de pie, los pocos cazadores restantes mantienen fuertes combates. La supremacía de tal poderosa fuerza del continente, que alberga a más de cien cazadores, acaba por ser mermada hasta quedar apenas tres cazadores, el más poderoso y miembros de los altos rangos del mundo, el maestro de gremio y su vicemaestra.
Solo en sus pesadillas más terribles, José hubiera imaginado tal panorama para su poderoso gremio, aun en la peor situación, era inconcebible que un puñado de cazadores podría haber derrotado a tantos, pero ante el la masacra es increíble, aun si todos están inconscientes, la abrumadora diferencia fue abismal:
José: “E-Esto no tiene sentido…se supone…se supone que mi gremio disponía de más de cien cazadores, pero tan solo un grupito de mierda pudo vencerlos a todos” – murmura molesto, apretando sus dientes y viendo cómo se desarrolla la pelea entra Daniel y Martin – “la culpa es de ese imbécil de Daniel…bastardo hijo de puta, tu madre pagara las consecuencias, ya verás”
Desde el lado de ambos cazadores, no hay diferencia casi entre ambos, solo si se cuenta que Martin apenas ha usado su poder de la marca, sería muy diferente todo.
Daniel mantiene al argentino donde quiere al usar su poder de gravedad, obligándolo a permanecer arrodillado contra el suelo, y todo el peso contra su cuerpo. Mientras lo presiona cada vez más fuerte, Daniel saca de su espalda un bate de baseball, al que imbuye de magia gravitatoria y con cada golpe que efectúa, es tan letal como un cañonazo de tanque, lentamente se acerca a Martin mientras reconoce serio:
Daniel: “Te lo diré de nuevo, la misión fue asignada por José, y aunque lo desprecie, mi prioridad es mi madre, que me espera en casa. Tú debes entenderlo, por eso es que no permití que se le acercaran”
Martin: “Aun así lastimaste a Estela y Octavio”
Daniel: “Si, ellos fueron parte del plan, aunque no quería hacerle ese daño a ella, se me fue de las manos, hasta que vi eso…” – respondes perturbado ante las acusaciones del argentino
Martin: “¿Qué fue lo que viste para dejarle en tal estado? ¡Dime!”
Daniel: “El potencial para convertirse en un rango SS+, mejor conocido como alto rango”
Martin: “Tu…” – baja su mirada y apoya la frente contra el suelo frio y arenoso
Daniel: “Ella se había vuelto un gran peligro, y posiblemente perturbaría mi vida diaria, ya sabes, podría molestar su existencia a gente como José”
Martin: “La dejaste al borde de la muerte solo por esa estupidez”
Daniel: “No me importa si lo entiendes, cosa que dudo por tu claro humor, es solo por los intereses nacionales”
Martin: “Maldito bastardo” – deja escapar molesto, levantándose sorpresivamente y neutralizando el poder de gravedad que aun ejerce Daniel sobre el
Una fina capa áurica rodea a Martin, sus ojos se tornan rojos como el fuego en forma de vapor, al mismo tiempo que una presión gigantesca somete todo el lugar y posiblemente casi toda la ciudad.
El suelo tiembla violentamente, abriéndose pasos unas grietas que aumentan de tamaño con el correr del tiempo, provocando el derrumbe de varios edificios de la sede, tales como torres de vigilancia, hospitales, centro de monitoreo de mazmorras, pero la estructura principal que alberga habitaciones para cazadores, invitados, y oficinas aún se resiste a caer, manteniéndose férreamente como un simbolismo de poder y estatus para los brasileros.
Nivel de poder manifiesto: 20%
Martin logra ponerse de pie, sin que la magia gravitatoria pudiera oponérsele, dejando más que sorprendido a Daniel, quien ha usado su mayor recurso en contra de su enemigo, y ni así ha podido vencerlo. El brasilero no evita sonreír de manera irónica, temiendo por sobre todas las cosas no poder volver a ver a su madre, inclusive se maldice por no haberse despedido antes de partir a Argentina.
Siendo hijo único, y abandonados por un padre golpeador y alcohólico, tanto Daniel como su madre Silvana, han tenido que vivir en territorio conflictivo en una de las favelas más peligrosas del país, donde es común encontrarse con cadáveres de guerrillero o narcotraficantes asesinados por enfrentamientos de grupos armados.
Debido al temprano abandono de su esposo, Silvana acaba trabajando para un famoso narcotraficante en la preparación de paquetes de droga, pasando más de quince horas diarias en un almacén clandestino, junto a otras mujeres, sin descanso y apenas comida, mientras el pequeño Daniel concurría a una escuela dentro del territorio narco. A pesar del nocivo ambiente, Daniel y su madre eran felices, hasta que una enfermedad acaba por llevarse la vista de ella y posteriormente se le detecta cáncer de hueso, dándole apenas seis meses de vida.