Días después de lo ocurrido en Brasil, el gremio de Victory descansa en una de las sedes principales de la A.A.C, ahora con todo el apoyo estatal, muy diferente a como eran tratados en un principio, solo por la influencia de otras potencias, Brasil y Estados Unidos, pero con el surgimiento de un joven cazador cuyo rango ahora supera al S+ las cosas han cambiado de extraña manera para Argentina.
La mirada del mundo hacia el país en los días siguientes ha producido un cambio drástico, pasando a ser de desprecio y curiosidad, a entusiasmo y admiración, inclusive las grandes organizaciones del mundo en materia de mazmorras y cazadores también se ha producido cambios internos, no solo por el surgir de un nuevo cazador que rivaliza y supera a muchos de los altos rangos del mundo sino también el conflicto internacional entre gremios, algo impensado para cualquiera.
En la sede de la A.A.C, miles de solicitudes de membresía para el gremio Victory llueven en las oficinas, los empleados corren de un lado hacia el otro con papeles en sus brazos, mientras que los oficinistas atienden llamados sin parar. El efecto de Martin sobre el animo de cazadores que trabajan de forma anónima u otros empleados alejados de las mazmorras es tal que inclusive la A.A.C recibe mas de mil solicitudes diarias, hasta de otros países aledaños.
Una figura delgada, alta y atlética cruza la puerta corrediza de la sede y camina hacia una de las secretarias, quien trabaja exhaustivamente en su computadora, ordenando archivos, enviando importantes mails, y contactando personas en respuesta a solicitudes. Esta persona se acerca y apoyado en la mesa la llama con una elegante y seductora aura, que atrae a la agotada oficinista:
Lucas: “Hola, hola, ¿Qué tal?”
Lisa: “H-Hola, t-todo bien” —responde nerviosa con pequeños suspiros al ver la enorme belleza del joven que se presenta
Lucas: “Quisiera saber si se encuentra el gremio Victory en este edificio”
Lisa: “Ahmm…si…yo…”
Lucas: “Tranquila” — la toma del mentón y se acerca a su oído — “solo relájate, necesitas relajar tu ser, ¿entendido?” — susurra con extrema seducción
Lisa: “Aja” — asienta con la cabeza, sin poder mirarle a los ojos
Lucas: “Entonces dime, ¿Dónde puedo encontrarlos?”
Lisa: “E-Ellos están en el ultimo piso” — responde si aguantar el deleite de sus ojos por tal hermoso chico
Lucas: “Gracias, preciosa” — se acerca a ella, causando que su rostro se ponga tan rojo como un tomate, y le besa la mejilla — “espero que este arduo trabajo no arruine tu día. Hasta luego”
Lisa: “Ah…g-gracias” — responde tomándose el rostro ruborizado
Detrás de él, un hombre apuesto se presenta ante Lisa, atrayendo la mirada de Lucas hasta el punto de bajar la mirada y ojear su esbelto trasero, deseando poder acariciarlo, pero su propia misión personal es mucho mas importa, y camina hacia uno de los ascensores para encontrarse con el gremio:
Lucas: “Demonios, ¿este caos es solo por lo sucedido en Brasil? Quizás deba ir con la guardia alta, cualquier tipo que haya hecho lo que hizo en ese país, inclusive venciendo a un alto rango, no es como para subestimar. Además, un rango C como yo no seria rival” — piensa mientras ve en la pantalla los pisos que pasan
Nada de lo que ha sucedido es normal, y eso sorprende a Lucas, simplemente no se confía por la información que ha recibido por parte de Oscar, pero tampoco desmerece, y es por esa razón que en silencio usa su magia por si algo sale mal.
Sin embargo, piensa mejor las cosas y sonriendo hace desaparecer su magia, confiando mas en lo que le dijo Oscar y tratar de probar al gremio y sobre todo a Martin de otra manera.
Una vez sale del ascensor, Lucas sale de este y camina hacia una enorme puerta donde lo espera un ambiente extraño, pero al llegar se encuentra con fuertes sonidos provenientes del otro lado. Inhala y Exhala para darse valor, y una vez entrar al lugar. Pero antes de poder abrir la puerta, esta se abre sola, encontrándose con varias personas moviéndose de un lado hacia el otro como las de abajo que trabajan en las oficinas:
Lucas: “¿Heh? ¿Qué está ocurriendo aquí?” — se pregunta a sí mismo en silencia
Julio: “Oye, ¿Quién eres?” — le pregunta con varias hojas en sus manos
Lucas: “Oh, perdón, soy Lucas, he venido por recomendación y petición de Oscar, ¿Qué está pasando?”
María: “Digamos que nos han arrastrado a burocracias previas a partir mañana. Pero siéntate allí y en un momento serás atendido” — señala una silla junto al escritorio de Estela
Lucas: “S-Si, gracias” — responde nervioso — “¡¿Qué demonios?! No puedo creer que este nervioso, esto parece una entrevista laboral, ¡soy Lucas maldita sea, me reclutaron desde Francia, Austria y Portugal desde los quince años! No puedo estar nervioso”
Cuando Lucas llega al asiento, Octavio empuja sin intención al joven visitante, provocando que ambos choquen sus miradas de forma hostil por unos segundos:
Lucas: “¡¿Ha?!”
Octavio: “¡¿Ha?!, ¿Quién mierda eres?”
Lucas: “Lucas, fui recomendado por Oscar, ¿y tu quien eres bolsa de esteroides?” — pregunta a manera de insulto para Octavio
Octavio: “Octavio niña, ¡oh, lo siento! ¿eres un chico? Mis disculpas”
Lucas: “No te preocupes, un estúpido como tu no podría darse cuenta”
Octavio: “El sarcasmo se huele a kilómetros, y mi titulo de Harvard que está colgado en esa pared no se inmuta” — señala su cuadro junto a algunos de los demás miembros de Victory