La gran flota compuesta por varias decenas de buques, destructores y fragatas que navegan a los costados de los transportes, avanzan sobre el Océano Atlántico, pasando por varias provincias durante la fría noche que mientras viajan más al sur, se vuelve cada vez más helada hasta alcanzar temperaturas menores a los cinco grados.
Durante la mañana del día siguiente, los cazadores salen hacia la proa con sus abrigos para el invierno, sin importarles el frio que es cada vez más intenso al pasar frente a la costa de Tierra del Fuego, curiosamente los días de verano tales bajas temperaturas no son normales, ni en el más extraño caso, por esa razón mucho atestiguan la influencia de la mazmorra sobre muchos kilómetros de masa oceánica y continental.
Martin, Lucas y Octavio se acercan hacia el borde del buque para observar que todo marche bien, encontrándose con finas capas de hielo que en sí mismas deberían formarse muy cerca de la Antártida:
Martin: “Es extraño”
Lucas: “A simple vista lo es, pero si lo piensas de esta manera es algo natural. Esa mazmorra no es algo a tomar a la ligera, y lo sabes”
Martin: “Y aún faltan varios kilómetros, por no decir que la distancia sigue siendo grande”
Octavio: “Nos tomaría al menos un día más, si es que no hay molestas capas de hielo gruesas”
Lucas: “¿Que tal la reunión? No nos has contado nada”
Martin: “Si, sobre eso, preferiría que estuviéramos todos juntos para poder hablar de eso”
Lucas: “Tiene sentido, pero como veras las chicas están en sus asuntos, y falta Julio, y Marcos, no creo que debemos estar todos separados”
Octavio: “Oye, el gremio no es restrictivo en lo que hagan los miembros, acostúmbrate a ello”
Lucas: “El orden es prioridad o debería de serlo” — camina hacia Octavio y lo confronta a pesar de que la diferencia de tamaños es evidente — “creí que era un gremio serio” — mira hacia arriba en el mentón de Octavio
Octavio: “No me provoques”
Lucas: “¿Y qué harás? Necesitas tierra cerca para manipular tu elemento, en cambio yo…pues…mira a tu alrededor…no te conviene enfrentarte a mi” — dice mientras desprende aura color azul de sus ojos
Sin ver reacción alguna por parte de Octavio, quien entiende la diferencia de poder actualmente, Lucas sonríe satisfecho por haber suprimido la resistencia verbal del cazador. A pesar de ello, Martin se interpone entre ambos, ejerciendo una fuerte presión que se reduce a ese pequeño lugar del barco, y provocando que ambos cazadores detengan sus intenciones de continuar con la gresca poco amistosa:
Martin: “Deberían saber que en este barco hay muchas personas, incluyendo chicos y chicas menores de edad, tengan más respeto”
Lucas: “¡¿Y si no q…” — se detiene
Al dirigir su mirada hacia el maestro del gremio, una sensación peligro sacude su cuerpo, presenciando un poder que jamás comprendería y que si cruza la línea que Martin le ha impuesto, su vida podría correr peligro:
Lucas: “N-No entiendo que está pasando…yo…tengo mucho miedo…”
Fiel a su estilo relajado, Octavio suspira y toma del hombro a Lucas y Martin:
Octavio: “Ya, ya, nos disculpamos Martin. Fuimos demasiado lejos y la verdad es que los nervios nos tienen agotados”
Martin: “Chicos, tienen que calmarse” — les dice suspirando — “Lucas, enserio tienes que calmarte, y dejar de buscar pelea con todo el mundo. Entiendo que quieras vengarte por lo que le paso a tu hermano, pero la manera en la que te relacionas con la gente es demasiado violenta, tienes que cambiarlo si quieres seguir en el gremio”
Lucas: “¡Tsk!” — chasquea con su lengua, molesto por el sermón
***PARTE II***
Desde el cielo nublado y temperaturas muy bajas, pequeños copos de nieve empiezan a caer lentamente, dejándose ver como una blanca lluvia que poco a poco atrae a los cazadores, curiosos y a la vez aquellos fanáticos de tal fenómeno, inclusive los que jamás han podido ver en toda su vida, como es el caso de Macarena.
Estela regresa a su camarote para buscar a macarena y llevarla a ver tal hermoso fenómeno natural.
Cuando vuelven a la proa, la joven cazadora mira con sorpresa la hermosa escena del barco cubierto de nieve, algunos cazadores arrojándose bolas de nieva que ya se ha acumulado, otros se sacan fotos y se las envían a sus familiares:
Estela: “¿Y bien? ¿Qué opinas?” — mira a Macarena
Macarena: “Es…muy hermoso…” — una lagrima cae de su rostro
Estela: “Me alegra que te guste ¿alguna vez has visto nieve?”
Macarena: “No, jamás, tampoco el mar…esto…es un hermoso sueño” — se emociona al darse cuenta que esos sueños que parecen tontos, por fin se pueden hacer realidad — “pero ese sueño de ver esas cosas por lo general no sirve cuando constantemente lo destrozan con palabras horribles y acciones detestables”
Estela: “En algún momento esas cosas se terminan y dan lugar a que esos sueños puedan cumplirse, como ahora. Los sueños no mueren nunca, solo son guardados para que el momento en que sucede sea especial a pesar de todo”
Macarena: “Si, no dudo que ahora sea más que especial por tenerlos a ustedes conmigo…y en mi vida, es lo que hace que esto lo pueda disfrutar como nunca”
Estela: “Me alegra lo que dices” — sonríe mientras la abraza, mirando ambas como continúa nevando sin parar
Una bola de nieve impacta contra la espalda de Macarena y otra sobre la cabeza de Estela. Ambas se voltean y ven a Laura junto con María sosteniendo bandejas con tazas de te caliente, y al lado de la joven coreana dos pequeñas plantas con bolas de nieve listas para ser arrojadas: