Horas antes en la medianoche europea en Chernivtsí, Ucrania…
Uno de los castillos más tradicionales de aquel territorio da lugar a una sangrienta matanza propinada por desconocidos contra Karianakov, uno de los gremios de Europa Oriental más importantes y numerosos.
De entre los cientos de gremios esparcidos por la estructura se alza sobre los cielos una pequeña figura femenina, con dos grandes alas, cola fina con punta de flecha, dos cuernos que sobresalen de los costados, vestida con atuendo gótico de los años más morales de la Inglaterra victoriana, pero en su forma más atrevida al revelar su vientre y un poco los pechos con un escote revelador. Esta mujer o más bien señorita, ya que a simple vista parece una joven que apenas ha alcanzado su madurez, se lanza en picada y atraviesa a varios hombros y mujeres sin que se den cuenta, siendo el ultimo un joven que no lleva mucho en el gremio y lo lleva hacia las alturas, donde le mueve la cabeza a un lado y clava sus dos largos y afilados colmillos, mientras ella baila con su víctima desangrada.
En el suelo se libre otra batalla donde tres monstruos eliminan sin dificultad a decenas de poderosos cazadores, ni siquiera los que son rango S+ pueden hacer algo, apenas un pequeño rasguño a la armadura de uno de ellos, solo para ser eliminado de un golpe.
Al caer el ultimo cazador que ni siquiera pudo ofrecer resistencia alguna, los cuatro monstruos aprovechan los cadáveres para alimentarse de los cuerpos, o prepararlos para que formen parte de sus fuerzas, todo depende de la clase que sea.
Detrás de la mujer se le acerca uno de sus compañeros, de cuerpo deforme, múltiples armas atravesándole la espalda. Su rostro está tapado por una máscara metálica para herrería, y en su interior una intensa llama que representa su consciencia, se mantiene a raya, su ropa es precaria, solo tiene un pedazo de trapo cubriéndole la parte inferior del cuerpo mientras que en sus manos sostiene un martillo para forja y pinzas con las que mueve ágilmente lo que crea gracias a su capacidad:
Vampiresa Cromana: “Hay mucho material para tu forja infernal ¿no te parece Vulkotros?” — se voltea y mira a su compañero
Señor Herrero de la Muerte Vulkotros: “Materiales los hay, pero lo que importa es su calidad. Aquí no veo muchos rangos S+ apenas tres pude contar” — responde decepcionado por su cosecha
Cromana: “Si, ni siquiera ofrecieron resistencia, y se hacen llamar el segundo mejor gremio de este territorio. Patético”
Vulkotros: “Mira el lado bueno para ti, tienes mucho alimento” — dice mientras usa su martillo para reventar el cráneo de un cazador para usar sus sesos en la forja
Cromana: “Ese muchacho al que devore hace unos momentos tenía muy mal sabor, y el estúpido era rango D+. Muy atractivo, por cierto, pero estúpido” — se lame las ensangrentadas manos mientras sonríe
Vulkotros: “Si estas satisfecha podrías venir a mi forja y ayudarme ¿Qué dices?”
Cromana: “Uuh ¿tengo que hacerlo? Sabes que estar allí me da calor y es aburrido”
Vulkotros: “En lugar de quejarte dame un mano, sabes que estos autómatas de carne no se harán solos, sobre todo porque Kassio los convierte en zombis y me quita material”
Cromana: “No hay de otra, es nuestro emperador y somos sus subordinados” — cruza sus brazos — “desde que nuestro señor de la muerte murió de esa manera cruel, pasamos a ser esclavos de ese tipo” — agrega mientras aprieta los brazos con sus afiladas uñas hasta atravesar su propia carne al recordar lo que sucedió con su anterior amo
Vulkotros: “Olvídalo, ya no regresara, y nuestro papel no ha cambiado. Lo sabe el Rey Lich, y lo sabe nuestro comandante, Kargroot, también tú y yo”
Cromana: “Aaaghh, cielos” — se queja —“iré, pero me darás un poco de ese vino hecho de sangre de vírgenes santas ¿okey?”
Vulkotros: “Bien, entendido. Ahora ayúdame a recoger las tripas de este bastardo, están frescas, posiblemente pueda crear algo bueno”
La conversación se detiene al presentir una fuerte energía maligna, comparándola con la de Cromana y Vulkotros, ellos son inferiores debido a la naturaleza de este ser que lentamente una niebla negra lo forma delante de la vampiresa y el herrero. Allí un ser esquelético, cuya mirada es fría como el hielo que inclusive se puede visualizar un color azul intenso, su cuerpo se ve envuelto en una delgada armadura con púas y un largo trapo que cubre su parte inferior, al mismo tiempo que las piernas están cubiertas por botas metálicas.
En su brazo derecho sostiene un báculo con forma de cruz, y sobre su cabeza una corona de hielo donde en el centro se encuentra un cristal mágico de intenso poder del que proviene toda su existencia.
Esta criatura de carácter reservado, pero de presencia que desprende olor y fuerte aura de muerte se acerca a las dos entidades que se ven demasiado intimidadas por el Lich:
Rey Lich: “¿Cuánto tiempo tardaran con esto?”
Vulkotros: “Son muchos cuerpos, y estoy escaso de necrófagos” — responde evadiendo la mirada del no-muerto cuyo rango si bien es similar, la cantidad de energía mágica es abrumadora
Lich: “¿Y tú? ¿Cuánto tiempo tardaras?” — mira a Cromana
Cromana: “Yo…estoy ayudando a Vulkotros”
Siendo una poderosa miembro de tal perverso grupo, Cromana no pueda evitar temblar ante la presencia de quien es el segundo comandante, un detalle que no es menor pues quien los lidera es alguien cuyo poder sobrepasa a la de ellos, y es también quien entra en la discusión por quien debía suceder al emperador anterior: