Capítulo 63: Aurora Polar Oscura

Martin es llevado a un plano de la existencia completamente desconocido por él, donde no existe el tiempo ni el espacio, solo permanece flotando sobre la nada y frente a sus ojos, millones de puntos de luz aparecen, llenando su vista de una especie de noche estrellada.

De la nada, esos puntos de luz amarilla se empiezan a mover a velocidades irreales, hasta que lentamente desaparecen, sobreviviendo una sola. Esta luz se le acerca a Martin, formando una figura femenina de hermosa apariencia, con sonidos santos que la acompañan y una más que relajante sensación de encontrarse frente a una figura omnipotente y a la vez que reconfortante:

Martin: “Ah ¿de nuevo en este lugar? Por favor, necesito estar con ellos para defender el campamento” — piensa, débil por la extraña sensación de sentirse bien y flotando sobre la nada y oscura misma mientras mira a la figura tan familiar

Esto no sorprende para nada al joven, porque esa figura es de aquella mujer creadora de la marca imperial, con quien ha entablado conversaciones previas:

Martin: “Así que eres tú. Vaya momento para aparecer” — dice algo molesto y preocupado a la vez por el momento

“Mis disculpas si mi presencia aun es algo inquietante” — se disculpa solemnemente — “sé que estas en un momento crítico, pero descuida, no tardaremos mucho. En este vacío, el tiempo es inherente al mundo exterior, por lo que podremos estar todo el tiempo que queramos y aun así al regresar vas a encontrarte con que solo pasaron unas pocas horas. Me disculpo nuevamente”

Martin: “Ah, no, no, yo solo decía. Es que hace tiempo no hablamos”

“Si, debo disculparme por eso. Han pasado cosas de las que no pude escapar sin resolverlas. Pero aquí esto mi cielo, para iluminar tu camino”

Martin: “¿Mi…camino?”

“Por supuesto, y será uno de turbulencia”

Martin: “Necesito saber algo ¿Por qué yo debo hacer eso?”

“¿Aun tienes duda de porque has sido escogido?”

Martin: “No es como si pudiera pensar lo contrario”

“Eres humano, es algo normal pensarlo, pero también es normal actuar según tus convicciones ¿no lo crees?”

Martin: “Si, pero a pesar de seguir mis ideales, no dejo que eso me impida actuar con lógica”

“¿A pesar de que las acciones que estas tomando últimamente sean en base a tus emociones más agresivas?”

Martin se queda sin palabras, no hay nada que pueda contradecir porque esa mujer con apariencia divina, hermosa, poderosa y que al verla da una sensación omnipotencia increíble, lleva observándolo durante mucho tiempo y lo conoce muy bien:

“Ven cariño, déjame reconfortarte y pedir mis disculpas por tales palabras, pero es algo que debes comprender” — Agrega mientras se acerca y lo abraza, dejándolo en shock por la divina bondad que le muestra — “el ser humano tiende a dejar llevar por su lado más animal, y trato de guiarte a un camino en el que sientas que lo vale” — le susurra al oído y se aleja un poco

La Diosa creadora de la Marca observa al joven, con brazos cruzados y jugando con su labio inferior del rostro hasta que él rompe el silencio con una extraña pregunta:

Martin: “Quiero saber una cosa ¿Por qué este poder que me has otorgado es demasiado sencillo? ¿Por qué lo he dominado tan fácilmente? A decir verdad, soy tan poderoso no por mérito propio, sin esto solo sería un simple cazador rango F o inclusive pude haber muerto en mi primera incursión, aunque el resultad haya sido otro”

“Tienes muchas preguntas sin duda, pero las respuestas no son algo que deba dártelas tan fácil, inclusive podría decirse que es trampa de mi parte si llegase a revelártelo todo. Es algo que tú puedes y debes averiguar sin que intervenga. No me malinterpretes, deseo desde lo más profundo de mi corazón el ayudarte en todo, pero ese no es el camino que el destino te ha asignado”

Martin: “Y ese camino ¿Quién lo ha decidido? Porque si alguien que es una divinidad como tú, no puede intervenir, significa que es algo demasiado grande y que antecede a dioses”

“Buena lógica, y solo puedo decirte que el destino es algo con lo que no puedes llevar la contraria, sea cual sea el camino que elijas, acabaras con el mismo destino. Ni los dioses estamos ajenos a eso”

En el momento en que el joven agacha la cabeza, una ligera brisa lo empuja, y cuando se da cuenta, ve que sus pies pisan con fuerza un montículo de arena. Levanta su mirada y observa una extensa playa y varias personas jugando en el agua, tomando sol y corriendo: