Martin: “Arakneida ¿puedes tener familiares? ¿desde cuándo? ¿Por qué no me dijiste?”
Arakneida: “Yo…” — se hinca de rodillas — “me disculpo por ocultarlo, es que había decidido usarlo en alguna ocasión especial para sorprenderte”
Martin: “E-Esta bien, es una gran noticia saber que tu repertorio de habilidades se incrementó. Pero ¿Cómo es posible que puedas usarlo?”
Arakneida: “No está al nivel tuyo. Es una habilidad muy limitada por el rango y la clase. Como David es rango mucho más bajo y de clase monstruo insectoide, eso me da afinidad necesaria. Además…mi clase ya no es Reina sino Emperatriz. Puedo volver a cualquier insecto mi familiar”
Martin: “¿Eso será parte de la influencia de la marca imperial? ¿o al alcanzar ese nivel sus habilidades se dispararon de golpe?” — piensa intrigado — “bueno, supongo que eso está bien, pero…” — desvía su mirada en David — “es tu decisión”
La posibilidad de no morir está a su disposición, pero desconocer la naturaleza de esa habilidad y el que Arakneida tenga la misma e imponente presencia que Esfutyox le hace dudar. Aun así, ve que ellos dos no parecen malas personas y asienta con su cabeza, pero no sin antes pedirles algo:
David: “Quisiera que…me hagan un…favor antes de empezar” — dice adolorido por las heridas
Arakneida: “¿Mi señor?” — mira a Martin, esperando que le diga algo
Martin: “Tu decide, será tu familiar así que procede como creas” — le responde, confiando plenamente en su criterio
Arakneida: “Muchas gracias, Martin” — agradece sonriendo — “dime qué favor quieres, David”
David: “Gracias. Mi petición es que se me permita vivir…en Paraguay. Yo…tengo a alguien que espera ansiosamente mi llegada y debe estar…preocupada por no verme…” — pide mientras piensa en Norma
Arakneida: “No puedo negar que me sorprende la afinidad que tienes con los humanos. Y eso lo valoro mucho. De acuerdo, serás mi familiar y volverás a Paraguay, con la condición de que me informes el estado de ese lugar”
David: “Y una cosa más…Martin…” — se dirige al cazador
Martin: “Si, aquí estoy” — se acerca y agacha — “dime”
David: “Por favor, no le digas a mi hermano que estoy vivo. Siento que ha encontrado un grupo de personas con la que se siente a gusto y no sería justo que mi aparición acabe con eso. Mantén esto en secreto y que él sea feliz con ustedes. Es una buena…persona…pero algo incomprendido”
Martin: “Lo hare. No te preocupes por ello” — le toma la mano y promete apretando con fuerza
Arakneida: “¿Listo?”
David: “Si…” — asienta con su cabeza y cierra los ojos
Arakneida se acerca y apoya su frente en la de David. A continuación, una densa estela de energía color amarillo rodea a David hasta que este adopta una forma humana, similar a lo que le ocurrió a Arakneida, quien había adoptado características de su señor, ahora es el turno de él.
La apariencia que adopta David es la que poseía originalmente antes de morir a manos de Esfutyox:
David: “Yo…” — mira sus manos y se toca el rostro — “así me veía cuando era humano ¿cierto?”
Martin: “Diría que sí. Tu parecido con Lucas es bastante asombroso”
David: “Somos parecidos, pero no en nuestra personalidad”
Arakneida: “¿Estas listo?”
David: “Si, lo estoy”
Arakneida chasquea sus dedos y a su lado se abre un portal que da hacia las cercanías del pueblo de Hayes, donde David estuvo viviendo por un tiempo y desea permanecer allí para vivir en paz como una vez lo estuvo cuando era humano. El joven entra al portal, no sin antes voltearse y darles las gracias a ambos por ayudar frente a un enemigo imposible de vencer y haberle dado a David una segunda oportunidad para vivir.
Por primera vez, Arakneida recibe los sentimientos de su familiar, David, ansiedad, nerviosismo, felicidad y alivio, y piensa en cuanto soporta Martin la actitud impetuosa de ella o los caprichos de Lorkamos. Inevitablemente le pregunta a Martin:
Arakneida: “Siendo tus familiares, Lorkamos y Yo ¿crees que somos una carga?”
Martin: “¿A qué viene eso?” — la ve al borde de las lágrimas — “hey ¿estas bien?”
Arakneida: “S-Si, es solo que…bueno…yo…siendo lo que le ocurre a David y pensándolo bien, también te hemos agobiado ¿no?”
Martin: “Hablas de sentimientos muy humanos. No hay nada que decir sobre eso, solo que tú y ese pequeño bobo no son una carga, son parte de mi familia” — responde y finaliza con una agradecida sonrisa — “estoy agradecido por todos ustedes y el aprecio que me dan”