Las tareas en el gremio de Victory se multiplican cada vez más, ni Estela y María dan a vasto con la cantidad insana de documentos que deben leer y firmar entre otras cosas:
María: “Cielos, esto es demasiado”
Estela: “Tienes razón. Desde lo que paso en la Antártida nos llueven solicitudes de todo el mundo para mazmorras y petición reclutamiento”
María: “Eso es bueno ¿o no? Es decir, ya no estamos en el anonimato y eso que hace un par de meses que el gremio se formó”
Estela: “Ese es el problema. Repentinamente estamos en la cima del continente” — le aclara mientras sella varios documentos provenientes de países africanos
María: “Intenta relajarte un poco de vez en cuando” — le pide al verla tan alterada y agotada mentalmente
Estela: “Quisiera ser como tú, enserio, tu relación con Julio es increíble. No se perturban con estas cosas y se conocen mucho. Los admiro”
María: “Jejeje, me avergüenzas” — sonríe sonrojada y rasca su mejilla — pero ¿sabes? Hemos tenido nuestros problemas. Cuando estuvo en la cárcel tuvimos altos y bajo, no sabía si podríamos continuar juntos. Vivir una situación en la que no sabes si tu pareja podrá ser libre hace que te replantees muchas cosas”
Estela: “¿Cómo solucionaron ese tema?”
María: “Pues, tú sabes que Julio es un caballero en toda regla, jejeje. Pero digamos que una noche de intimidad de ambos y conversar sobre todo lo que nos sucede es la mejor medicina” — dice ruborizada una vez mas
Estela: “Te entiendo” — sonríe
María: “¿Le pasa algo a tu relación con Martin? ¿están bien?”
Estela se detiene para pensar mejor las cosas. La relación de ambos cazadores no es para nada mala, es más, se disfrutan mutuamente la compañía del otro y el aprecio que se tienen es muy grande. La verdadera preocupación de Estela es por la obsesión de Martin con el tema de los insurgentes, saber quiénes son, que propósito tienen, sus niveles, donde están, todo esto atormenta al usuario imperial y estanca de alguna manera la relación.
Ambas se sientan en el escritorio de Estela y continúan su charla en la que ella le comenta a María como se siente en verdad, que lejos de ser una crisis de pareja piensa una manera para que Martin deje por un momento el tema de los insurgentes:
María: “Ya veo, entonces como pareja son muy cercanos y se aman, pero en este último tiempo sientes una gran distancia respecto a él”
Estela: “…”— asienta con su cabeza en silencio y expresión preocupada
María: “Posiblemente una razón sea el gremio”
Estela: “El gremio ¿Qué tiene que ver?”
María: “Claro, están tan metidos en los asuntos de la administración que, aunque no lo noten, están dejando un poco de lado la intimidad de la pareja. Ustedes necesitan darse tiempo y disfrutarse”
Estela: “Creo que tienes razón. La cosa es ¿Cuándo? Después de terminar con la mazmorra de Salta fue a ver a su madre”
María: “Si, es imposible competir con una madre”
Estela: “N-No, no lo tomes como que me disgusta. El amor por su madre es de los rasgos más tiernos que tiene y el que más aprecio. El amor por los suyos”
De repente, la puerta al piso se abre, entrando Julio, Macarena y detrás de ellos un grupo de personas que los siguen en fila. Instintivamente se levantan de sus sillas al percibir una enorme cantidad de maná en Julio. Él se acerca a María y la besa románticamente tomándola del mentón. Estela se queda mirando a los visitantes y pregunta a Macarena:
Estela: “¿Ellos son los cazadores del extranjero?”
Macarena: “Si, son de diferentes partes de Europa”
Estela: “Entiendo” — responde mientras se acerca al grupo — “bienvenidos, espero que el viaje haya sido gratificante. Sepan disculpar, pero Martin está realizando tramites, por lo que no podrá estar en el día de hoy para recibirlos. Hemos respondido a sus solicitudes, pero debido a la complicación de envío de mensajes no pudimos hacer llegar rápidamente la respuesta. Para empezar, quisiera conocerlos. Díganme sus nombres, país de origen, edad y rango”
Macarena: “Estela, la mayoría son personas que hablan inglés, francés, italianos, y alemán. ¿Cómo te comunicaras?”
Estela: “Tengo mis trucos. Solo digamos que gracias a esto puedo comprender el lenguaje y ellos me entenderán a mi” — señala en su oído unas esferas de aire — “es un hechizo que aprendí y me permite gracias a mi elemento mágico aprender a modular y recibir cambio en el aire en este caso el lenguaje
Macarena: “Eso es brillante” — se entusiasma