Después de la reunión en el gremio Victory, Macarena y Lorkamos aprovechan el fin de semana para hacer lo que generalmente hacen los adolescentes, salir y disfrutar el hermoso y soleado día.
A petición de Maca, Lorkamos la acompaña a un sitio de comidas rápidas para comer unas hamburguesas en una prestigiosa franquicia. Por dentro, Lorkamos se ilusiona con la salida, ya que siente que es como si fuera una cita a la que ella propuso.
Pero por otro lado también es lo que podría considerar como la primera salida entre ambos desde ha vuelto de Estados Unidos.
Luego de pedir una deliciosa hamburguesa de queso cheddar con la famosa salsa secreta de la franquicia, llevan sus pedidos hacia el segundo piso del edificio y toman asiento junto a una enorme ventana que da a la avenida principal de la zona conocida como San Telmo:
Lorkamos: “Con que esta es la famosa comida llamada ‘Arkdonald’. No parece la gran cosa” — abre su comida y la mira, buscando ese algo que la hace tan especial
Macarena: “Al principio quizás la veas demasiado simple, pero una vez la pruebes entenderás que es deliciosa”
Lorkamos: “Ya veo. La probare” — lleva la hamburguesa hacia su boca y da un mordisco. Al hacerlo, las papilas gustativas se ponen sensibles y rápidamente retuerce su rostro al probar algo tan extremadamente rico
Macarena: “¿Lorkamos? ¿pasa algo?” — pregunta al verlo en silencio y cabizbajo
Lorkamos: “N-No puedo creerlo…esta…esta cosa…” — levanta su rostro y la hamburguesa que sostiene como símbolo de victoria — “¡es la cosa mas deliciosa que he probado en toda mi existencia!”
Macarena: “Si, si, exagerado jajaja”
La expresión en el monstruo es de felicidad. Muchos miran que disfruta de la comida al verlo exagerar, pero él sabe que no es por esa razón de su entusiasta actitud en el establecimiento sino por la compañía de Macarena. El sentimiento de jubilo se vislumbra el rostro al verla comer, sonreír y hablar:
Lorkamos: “Por favor, que esto sea eterno” — piensa con una sonrisa
Macarena: “¿Te pasa algo?”
Lorkamos: “¿Huh? ¿Por qué?”
Macarena: “Te veo pensativo y callado”
Lorkamos: “No, nada. Solo pienso en que esta comida y la compañía son algo excepcional” — le responde mirándola a los ojos
Macarena: “¿Q-Que?” — se sonroja al escucharlo
El Chico se estremece una vez que se da cuenta que lo que le acaba de decir según los significados humanos es un coqueteo por lo que rápidamente intenta cambiar de tema, hasta que Maca lanza una pequeña risa. Verlo en una situación que lo hace vulnerable en un sentido simple como lo es algo que caracteriza al ser humano a su parecer es algo tierno y lo toma de ambas manos:
Macarena: “Tranquilo, no estes tan nervioso ¿sí?”
Lorkamos: “¿Q-Q-Quien está nervioso humana?” — mueve su cabeza a un lado, evitando la mirada de ella
Macarena, entendiendo la ansiedad de su querido amigo, lo calma con su siempre empática actitud hacia los sentimientos de los demás. En comparación a su triste pasado, donde en varias ocasiones se preguntaba como iba a terminar su vida, ahora ella se plantea a si misma como disfrutar de su vida el próximo día. Esa es quizá lo que Lorkamos aprecia de la joven, su fuerte convicción y aferro a la vida lo que la ha llevado a encontrarse con Martin y Estela, y por ende a unirse al grupo.
De igual manera deja de pensar en cosas innecesaria, ya que ambos disfrutan del día sin necesidad de amargarse por cosas sin sentido.
Terminada sus hamburguesas, Maca vuelve hacia atención al cliente y pide un par de postres para deleitar sus paladares, mientras tanto Lorkamos se vuelve loco por lo sucedido hace momentos y donde por un breve momento se había mostrado vulnerable, interviniendo su orgullo de monstruo:
Lorkamos: “No, no, no, no, que vergüenza ¿Cómo pudo pasar? Solo fue un momento de debilidad y ella lo notó” — se repite una y otra vez mientras se agarra la cabeza — “pero aun así me consoló” — piensa en como lo estaba mirando y sonreía — “quizás…no sea tan malo tener un lado mas humano como la debilidad de los sentimientos” — aun siente lo reconfortante que se sintió el tacto de sus manos, como siempre que ella lo consuela
Tan pronto como los helados con cubierta de salsa de chocolate y frutilla están preparados, Macarena regresa hacia la mesa. En el camino, su sonrisa de torna triste y melancólica al ver a familias disfrutar de la comida del local, algo que ella hubiera deseado sin tantas tragedias de por medio.
Pero a pesar de todo, no es lo que le molesta o pesa en su corazón sino un sentimiento de que no puede dar nada a cambio por todo lo que los demás hacen por ella. Lo cual hace que se sienta menos que los demás y desee ayudar.
Deja la bandeja a un costado y trata de calmarse con bocanadas de aire mientras seca sus lagrimas que sin saberlo ya están cayendo. Todo para no preocupar a Lorkamos y arruinar la salida de ambos. Una vez hecho eso, golpea sus mejillas con suavidad y se da ánimos a sí misma con un “bien, vamos”: