Arakneida abre un pequeño portal que conecta a Buenos Aires con Beijing donde al otro lado se escucha el silencio mortuorio, almas en pena deambulando, zombies, rugidos de bestias oscuras y hambrientas de carne de seres vivos.
Un enorme dragón esquelético y con aliento de fuego azul, gélido como el hielo y aspecto tenebroso como la muerte misma sobrevuela por los grandes edificios ya en ruinas. Kargroot es el primero en entrar por el portal y aparecer en uno de los edificios altos, luego Cromana, Julio, Lorkamos y finalmente la poderosa señora y reina de las arañas:
Arakneida: “¿Qué creen? ¿habremos llegado tarde?” — pregunta al ver tal destrucción y desolación donde la luz del sol no llega por la neblina venenosa y nubes tan negras como el carbón.
Julio: “…”— se queda sin habla debido al shock por tal destrucción. Sin embargo, las esperanzas no se marchitan y busca con su mirada algún indicio de vida.
Lorkamos: “Debe haber gente aún. Sino ¿Por qué se comunicaron esos supervivientes?”
Cromana: “Posiblemente sea una trampa y nos hicieron venir hasta acá”
Arakneida: “Quizás sea una buena razón, aunque ¿no es extraño?”
Lorkamos: “¿Qué cosa?”
Arakneida: “A decir verdad cree un portal siguiendo la mayor cantidad de maná en el país. Si, es cierto que el esfuerzo es bastante grande, pero nos llevó hasta aquí”
Kargroot: “No entiendo que insinúas”
Julio: “Hay una fuente de enorme cantidad de maná en este lugar y es la razón de tantos cadáveres abajo” — indica hacia abajo del edificio
Se acercan al borde y ven cuerpos sin moverse de esqueletos de todo tipo, zombies, abominación que fueron en su momento trolls pero debido a experimentación por parte de Kassio ahora parecen como si fueran construidos con partes de otros seres, también acólitos de la oscuridad, magos revividos, ghouls entre otros. Sin embargo, también yacen junto a estos monstruos los cuerpos sin vida de personas que decidieron luchar para permitirles tener tiempo a los demás, civiles y cazadores:
Julio: “Es extraño. Esos monstruos están muertos, pero no han desaparecido”
Kargroot: “La zona maná de Kassio evita que se desintegren. Este es su mundo y el escribe las reglas. Tranquilamente esos que están muertos sean humanos o no muertos pueden volver a la vida”
Julio: “Que macabro”
Kargroot: “No es alguien fácil de enfrentar por eso tenemos que tener cuidado”
Julio: “Por eso estamos aquí, Kagroot. Para terminar con esto de una buena vez”
Nadie había previsto la masacre que el país estuvo sufriendo por tantos meses, ni las grandes naciones o gremios, siquiera Martin y su gente pudo predecir lo que se estuvo llevando a cabo, pero ahora con sus propios ojos, Arakneida, Cromana y Lorkamos al otro lado de donde se encuentran Julio y Kagroot da testimonio de las masas de no muertos que hicieron suya a la gran y orgullosa nación de China.
Por supuesto que, así como los no muertos tomaron como suyo el territorio, también hay personas que no se han rendido y continúa peleando como pueden.
Entonces desde uno de los edificios sale volando una munición antiaérea e impacta contra el dragón no muerto haciéndolo estallar en pedazos, pero, así como la muerte arrebata la vida, la zona maná de Kassio reúne las piezas que están cayendo y se reúnen una vez más para dar forma al dragón que con gran furia lanza un feroz rugido y mira al causante de su dolor. Un grupo de hombres harapientos y mujeres con vendas que intentan tratar a los heridos que no pudieron lograr escapar pero que se mantuvieron a salvo como pudieron:
Arakneida: “Julio, te pido permiso para actuar”
Julio: “No hace falta que lo digas. Vinimos para hacer algo de ruido y ayudar a estas personas” — responde con su mirada seria sobre los enemigos que rodean a los supervivientes chinos— “y eso incluye a no reprimirnos” — de su claymore salen llamas tan poderosas que le sería fácil reducir hasta la roca más dura.
Cromana: “Por fin. Me estaba aburriendo de ver a estos traidores moverse como quieren”
Kargroot: “Recuerda Cromana, vinimos a salvar vidas y…”
Cromana: “Lo sé, lo se. Kassio es tuyo”
Lorkamos: “Me será difícil usar mi nueva forma, pero prometo no decepcionarlos”
Arakneida: “Solo procura no confiarte”
Julio: “No hay más que decir, Ejecutivos de Victory ...” — dice en voz alta mientras clava su enorme espada en el suelo y de esta salen poderosas llamaradas que potencian el cuerpo de Julio a niveles físico tan grandes que fácilmente se podría encontrar al nivel de los mejores 3 cazadores del mundo. Su limitador como humano ha llegado a ese nivel donde podría enfrentar a William mano a mano.
Arakneida: “Limit Breaker: Emperatriz del Veneno y Señora de las Huestes Arácnidas” — su maná color verde la envuelve adoptando la forma humana fusionada con la arácnida. La belleza no se disipa y aun así se muestra peligrosa y poderosa.