Capítulo 103: Sangre y Huesos

En largos pasillos de cemento, lleno de cámaras y un silencio que es quebrantado por los pasos masivos y gritos de órdenes, cientos de guardias con armas forjadas en cristales mágicos y energía elemental corren hacia una celda aislada por barrotes, así como también artefactos que forman entre si una barrera de cuatro puntas y rodean al lugar. Un peligroso criminal ha escapado sin dificultad, habiendo dejado apenas un hoyo en la pared y varios guardias golpeados, pero no muertos.

Los guardias llegan y buscan por todas partes, inclusive en las afueras del edificio de la prisión mejor conocida como la más segura en todo el mundo donde nadie ha logrado escapar y si aquel que logre salir de las instalaciones pretende ir más allá solo encontrará quinientos metros entre su posición y el suelo ya que toda la prisión está sobre las alturas, siendo sostenida por mismos artefactos mágicos que impulsan al pedazo de roca con todo el edificio y sus terrenos sobre los cielos.

El alcaide Charly, un hombre pasado los 50 años con gran presencia entre sus subordinados y temor entre los criminales, avanza a paso firme con un bastón en su mano derecha y guante color negro en el otro entre los demás guardias que no hacen más que reverenciarlo por su trayectoria como miembro del sistema de seguridad de los Estados Unidos. Ampliamente condecorado no solo como alcaide sino también como ex marine en las guerras de Arabia Saudita, Rusia, Bielorrusia y Norcorea:

Charly: “Ni una pizca de violencia” — mira a un grupo de guardias y uno en particular que destaca— “John”

John: “Señor” — se acerca

Charly: “Eran diez guardias los que vigilaban aquí. ¿Por qué no pudieron hacer nada? Sus rangos no deberían ser menor a B”

John: “Si, señor. Lo que sucedió es que atacaron muy de repente. No hubo oportunidad de respuesta”

Charly: “Y aun así un grupo de diez cazadores permitieron que este criminal tan peligroso escapase. Para peor aún, es el líder de un peligroso gremio de cazadores europeos. Dame una razón por la que no deberá sentirme tan…molesto”

John: “No sabría que decirle señor. Esto fue producto de mi incompetencia yo…”

Charly: “Descuida. Estaré esperando por tu renuncia hoy por la tarde. Mientras tanto arregla este desastre”

John: “E-Entendido”

El hombre que impone respeto se acerca hacia la pared y roza con la punta de sus dedos el agujero en la pared, encontrando extraños rastros mágicos pero que no forman parte de algo que usualmente se podría encontrar provocado por un cazador. Mas bien algo producido por un artefacto:

Charly: “Con que esto es”

John: “¿Señor?”

Charly: “John, cambio de planes. Seguirás bajo mi cargo. Quiero que tomen una muestra de este corte”

John: “¿Corte señor?”

Charly: “Mira esto”

John: “¿Señor?” — se acerca y mira con sumo detalle los cortes y descubre partículas mágicas imperfectas— “estos cortes no parecen ser de maná como cualquier ataque”

Charly: “Así es. Son de aparatos que emulan la misma intensidad y poder que un ataque mágico, pero sigue siendo poco elegante e imperfecto”

John: “No…no lo entiendo”

Charly: “Yo sí puedo hacerme una idea”

Charly no se tarda ni un momento en darse cuenta que una amenaza está por llegar a los Estados Unidos y aquel que pudo escapar es la clava de quien es el responsable. Por esa razón el alcaide da una sola orden, una que hace voltear a todos y dejarlos boquiabiertos:

Charly: “Contacten…a William Scott…”

***PARTE II***

Rojo carmesí, el cielo sangrante de China y las incontables marchas de los no muertos sacuden todo el Sur con grandes ansias de destrucción y muerte. Las provincias de Xizang, Yunnan y Guangyi son atacadas de forma masiva por los ejércitos de Kassio con la absoluta intención de avanzar hacia Nepal, India y Birmania sobre todo el segundo país donde se concentra la mayor cantidad de habitantes en el planeta.

Desde su trono de huesos en la provincia de Bejing, Kassio mantiene una reunión con sus comandantes más cercanos, así como también lideres de las legiones de su enorme ejército. Frente al poderoso emperador del abismo los comandantes debaten sobre tomar las naciones del sur, otros invadir el oeste con la certeza de obtener más almas. Hiun Tan, convencido de que el oeste es mejor para atacar, insiste frente a su emperador de llevar a todo su ejército para implementar el ritual fallido en Nepal hace casi 7 años atrás. Por su parte Zatia pudo convencer a Kassio de atacar el sur por su investigación sobre la India y su masiva población. Como siempre, Alaer se mantiene fiel a su señor en todas las tomas de decisiones sin chistar ni oponérsela:

Kassio: “Hiun Tan”

Hiun Tan: “Si, señor”

Kassio: “Ya que Zatia comanda a las fuerzas en el sur quiero que tu comandes a mis fuerzas en Beijing”