Hace muchos años en Hong Kong en el seno de una familia acomodada nació Lee Bao, amado y esperado por dos padres amorosos y bondadosos, pero con la incertidumbre y el temor de ser capturados por las fuerzas especiales del gobierno chino. Y es que hacía pocos meses el gobierno chino en su afán de quebrar los intentos de independencia del país, comenzó un proceso de secuestro para con los niños y bebés recién nacidos con talento como cazadores y en ramas intelectuales como la tecnología.
Las razones fueron muchas pero la más popular se centraba en el arrebato del gran futuro para el país. Un día esa cruel operación llegó hasta donde vivía Lee Bao y su familia y como ambos padres tenían buena relación con ciertos círculos comerciales en China, permitieron acercarse al bebé para tomar nota del cómo será de adulto y teniendo posibilidad de estudiar en el extranjero. Inmediatamente detectaron que su poder mágico era absurdamente gigantesco y por esa razón optaron por asesinar a los dos padres y llevar al niño a unas instalaciones donde sería manipulado con falsas historias y el gobierno buscaría crear su enorme poder militar en base a cazadores.
Jamás conoció a sus padres, solo una enorme habitación blanca con banderas rojas sobre las paredes y las 24 horas del día mirando documentales y obligados a punta de pistola a ver discursos de los diferentes líderes que han aparecido para gobernar el país con el partido como su brazo armado.
Cada día era aburrido para el niño, quien crecía no solo en maná sino también en intelecto, permitiéndole comprender lo que estaba sucediendo hasta que un día mientras trabajaba en un ataque mágico, el primer de su vida, este se fue de control y acabó abriendo un agujero en la pared lo cual le permitió escapar de ese desconocido edificio que curiosamente se encontraba en el medio del campo. Aquellos niños con los que paso los primeros años de su vida salieron con él y juntos vivieron en los bosques.
Sin embargo, una familia, que los apoyo dándoles comida y permitiendo que se refugiasen en un cobertizo, los traicionó delatándolos con el gobierno por un puñado dólares. Una noche los soldados caen en la casa y solo uno pudo escapar, Lee Bao y sin mirar hacia atrás escapó hasta la ciudad donde entre los callejones oscuros y lluvia torrencial, hambriento y a punto de morir, sería recogido por un grupo de hombres y llevados a un extraño bar subterráneo donde se juega billar, mujeres bailan semidesnudas y en paredes se encuentran pancartas contra el gobierno. Sin saberlo, el chico había caído en una sede de la famosa mafia china conocida como la Tríada.
A partir de ese momento Lee Bao se convirtió en un miembro más y considerado como también parte de la familia, muy querido y con el correr del tiempo los líderes decidieron volverlo uno de sus comandantes y finalmente este lograría ser el gran sucesor que esperaban durante mucho tiempo. Ya como un joven de 15 años, pudo encontrarse con los perpetradores de la muerte de sus padres en unas instalaciones donde con su grupo de la Tríada fueron a dar sangre como parte de las campañas de salud pública.
El hecho fue trágico con 45 soldados muertos y más de 278 heridos de la misma unidad. Curiosamente los civiles aplaudieron ese accionar y como una ráfaga veloz las personas comenzaron a alentarlo y seguir su carrera hasta que toda la población coreó su nombre en uno de los tantos discursos anuales del líder supremo. El daño ya estaba hecho.
En menos de un año, Lee Bao pasó a convertirse en uno de los cazadores más famosos y al mismo tiempo despertaría una vez más su poder, convirtiéndolo en uno de los top 3 del planeta. Pero en su alma, algo le pasaba, no se sentía contento inclusive en la actualidad donde se ha convertido en el símbolo de esperanza de al menos 3 millones de sobrevivientes en China.
El gobierno jamás pudo hacer algo contra él, ni en poder ni en influencia, pero desde lo psicológico jamás estuvo preparado para que tantas personas dependan de su persona y por ello es que lentamente su moral y menta se ven colapsadas con la velocidad que llevó Kassio en destruir todo un país.
***PARTE II***
El ejército de no muertos, bajo el comando del humano traidor mantiene su posición alrededor del edificio donde los refugiados permanecieron durante muchos meses a la espera de sobrevivir y que alguien los ayude. Con la llegada del grupo de Julio y las habilidades de Arakneida de crear portales con su magia espacial, los niños, mujeres embarazadas, ancianos y enfermos pudieron escapar, dejando a los más capaces para la batalla y defensa del país.
Hace ya tres días que ningún enemigo se mueve y parece que seguirá así hasta que los miembros de la resistencia mermen su voluntad y caigan en el caos y desesperación.
Los alimentos, el agua escasean peligrosamente y el agotamiento se hace presente en el humor de la gente, porque las peleas son recurrentes y ocasiona discordia imprevista. Lee Bao intenta calmarlos como no líder de su país, pero el saber que el enemigo espera afuera el momento adecuado para asaltar el edificio, vuelve impredecible la situación.
Por su parte, Julio y su grupo se dividen para apoyar a cada grupo que vigila y protege las entradas.
Desde que los no muertos rodearon al edificio, Arakneida sostiene una leve, pero en constante aumento sospecha que, al no haber sido atacados aún, ellos pueden sufrir otro tipo de agresión, uno más peligroso e interno.
Julio nota como los ánimos caen por los suelos y muchos se muestras reacios a continuar luchando y en voz alta desean escapar de allí cueste lo que cueste. Inclusive muchos dicen temerosos que estarían dispuestos a traicionar con tal de salir con vida, abandonando su humanidad: