Desde la Beijing Power Tower, una de las estructuras más altas del mundo construida en el 2029, los tres comandantes del ejército no muerto observan sin interferir para poder proteger el portal detrás de ellos con el cual poder traer a los candidatos a emperadores. Hiu Tan se queda sin palabras al ver qué Kassio es en verdad una poderosa no muerta con dominio completo sobre los poderes de la oscuridad y la muerte. Zatia, por su parte, se siente excitada ya que jamás pensó en ver a la verdadera soberana del abismo y de quién ha escuchado por cientos de años toda clase de historias dignas de ser alabada.
Alaer es el único que ve con seriedad la situación, vigilando a los otros dos comandantes de que no actúen por su cuenta y mantengan la vigilancia:
Hiu Tan: "Alaer ¿Tu sabías de esto?"
Alaer: "¿Qué cosa?"
Hiu Tan: "Vamos, no te hagas el tonto. ¿Kassio jamás existió? ¿Entonces a quien servimos?"
Alaer: "No hace falta que sepan algo más. Sigue siendo nuestra emperatriz y así se mantendrá"
Hiu Tan: "Zatia, ayúdame a entender ¿quieres?"
Zatia: "No hay nada más que decir solo quédate aquí"— responde con el rostro sonrojado y mirada llena de admiración y respeto
Hiu Tan: "Al menos ¿No deberíamos ir a ayudar? Está peleando sola"
Alaer: "Lo único que debemos hacer aquí es proteger el portal. Con la muerte de esa traidora de esa vampiresa podremos llegar al punto final y solo con un par de almas podremos traerlos a este mundo a los candidatos"
Hiu Tan se es por vencido y se queda en su lugar, observando y muriéndose por ir a pelear. No entiende porque tanta confianza, pero por respeto a quien le dio un poder muy grande y la seguridad de no ser asesinado acepta lo que quieren:
Hiu Tan: "Como quieran"
Sin embargo, desde abajo, una enorme espada envuelta en llamas asciende cómo un boomerang y junto a este una esfera de fuego que al explotar libera una lo uso tan cegadora que obliga a todos a aparta la mirada y sucumbir a la breve ceguera:
Hiu Tan: "¡Carajo!" —se cubre los ojos
Alaer: "¡Tsk! ¡Zatia!"
Zatia: "Si"
Zatia de un pequeño paso y levanta ambas manos en dirección sucia el cielo y de la palma de sus manos surge una niebla tan oscura que succiona todo rastro de luz que aún afecta a los no muertos y seres del abismo:
Zatia: "Maldición, esa luz es demasiado intensa"—siente ardor en sus manos y ve que están quemadas como si fuera la de cualquier ser vivo— "no puedo creer que esa esfera me haya herido así"
Una figura con gabardina salta hacia la espada en llamas y con fuerza ataca cubierto con guirnaldas de fuego al portal, pero es detenido por Alaer quien es obligado a usar su enorme espada cuyo tamaño es casi como el de un hombre promedio:
Alaer: "Tienes valor para atacar solo humano y fuiste bastante inteligente en intentar cegarnos"
Julio: "¿En ese portal se encuentran los candidatos?"
Alaer: "Así que lo saben ya"
Hiu Tan: "Déjenmelo a mí"—sonríe y libera su poder con una ráfaga color amarillo mientras sale de la palma de sus manos unas cuchillas curvas
Julio: "Eres humano ¿Cierto?"—pregunta y con su mano derecha atrae la claymore de fuego
Hiu Tan: "No lo negaré y tú también, pero es extraño...siento una feroz cantidad de energía que equivale a la de un cazador top del mundo. Jamás había oído de ti entre ese grupo ¿Porque será?"
Julio: "¿Acaso importa?"
Hiu Tan: "No, la verdad que no"—es envuelto en una espesa capa áurica color amarillo que lo transforma en un enorme bestia humanoide con forma de tigre
Julio: "¿Q-Que clase de magia es está?"—retrocede un poco muy cerca del borde del edificio al ver la enorme figura del cazador
Hiu Tan: "Prepárate para morir humano"
Julio: "Ya no eres humano. Vendiste tu alma al monstruo"—lo mira y no siente nada en lo absoluto más que lástima por lo que lo llevó a Hiu Tan a ser un perro de los monstruos
Hiu Tan se inclina hacia adelante con sus patas aferradas al suelo, garras y colmillos sobresaliendo y ojos finos, calculando todo lo posible para analizar a su enemigo. Se impulsa violentamente hacia Julio, tomándolo por el rostro y llevándolo hacia la calle desde las alturas. Con fuerza, impacta el cuerpo de Julio contra el asfalto, destrozando el cemento y acrecentando el daño en la ciudad.
Julio intenta liberarse de las garras de Hiu Tan aún contra la fuerza bruta del cazador convertido en bestia monstruosa. De su boca, el cazador expulsa llamas que golpea al pecho de Hiu Tan y lo obliga a retroceder. Julio se reincorpora y lanza bolas de fuego enormes hacia el monstruo, quemando varias partes del cuerpo de la bestia y luego con su puño envuelto en llamaradas azules golpea varias veces al rostro hasta romperle uno de los colmillos.