Limit Breaker: Conquistando Mazmorras

Capítulo 112: Beelzatios, el dios de la gula

Así como la historia humana se define por las batallas y época de paz que se atravesaron en todos los confines de la tierra, el universo del maná también y mucho más. Diversas guerras, enfrentamientos individuales por el poder entre seres que van más allá de toda comprensión, intrigas, traiciones, casamientos por conveniencia, situaciones que fácilmente podrían ser parte de la humanidad también lo son para los monstruos inteligentes y razonables y no aquellos que se rigen ante el instinto y siguen ordenes de aquellos más poderosos sin poder de voluntad.

Mucho antes de que el imperio de la muerte surja, un joven Aztaergon vivía combatiendo con sus huestes a criaturas retorcidas sedientas de sangre, hambrientas de vida y carne que formaban parte de otro ejercito que buscaba librar batalla por otra clase de motivación, una mucho más siniestra. Aquel ejercito hambriento de todo era comandado por Beelzatios, el dios de la gula, la demencia, la sequía y la hambruna, todo lo que represente la falta y el exceso era parte de la existencia de ese antiguo monstruo clase SS+ muy cercano al nivel de lo que actualmente son los emperadores pero que a pesar de todo no podía contar con un requisito desconocido inclusive para ellos. A simple viste su representación como ser superior entre los monstruos oscuros y no muertos parece ser más simple y poco peligroso pero la verdad detrás es que representa eso para todos los monstruos que buscan el poder en exceso, el hambre entre las bestias y no muertos, la demencia entre los dragones al sentirse vacíos y carente de poder explorar más allá de su pequeño mundo, sequía y hambruna que los insectoides sufrían, eso significaba Beelzatios para los monstruos, un ser despreciable y que lo abarcaba todo.

Sin embargo, en las tantas luchas entre ese ser y Aztaergon, el señor de la muerte acabó por cortándole ambas piernas a Beelzatios y sin lugar a donde escapar el señor de la gula no tuvo ninguna opción que simplemente ceder su existencia a una vida que estaba por surgir en el abismo. Es por eso que su espectro con forma de maná se ocultó en esa criatura a la espera de su momento en forma de habilidad. Zatia, una criatura ninfa del abismo es ahora un usuario de la gula, más poderosa que cualquiera de su clase y quien apuntaba a ser mano derecha de Necriria.

Muy intrigado por la técnica liberada por Zatia, Arakneida aparta a Julio a un lado, entendiendo de lo que es capaz esa masa negra no duda en crear con sus telas de araña un muro pegajoso y lleno de maná para contrarrestar los efectos, pero es fácilmente engullido por la voraz gula:

Arakneida: “¡Tsk! Dudo que podamos detener esta cosa”

Julio: “¿Es la primera vez que se usa?”

Arakneida: “No, pero me sorprende que una ninfa oscura pueda usarla siendo una clase corrompida que no puede manejar tal habilidad. Algo no está bien con ella”

Julio: “Entonces no hay de otra más que eliminarla de raíz”

Arakneida: “¿Podrá desvanecerse esa técnica una vez la ataquemos? Presiento que consume incluso la magia”

Alaer: “No es de sorprender que una antigua reina insecto conozca la leyenda del dios maldito de la gula, Beelzatios. Entre las filas de cualquier imperio su nombre se ha mantenido realmente como de los más peligrosos y poderosos, rivalizando con el de Aztaergon y Dramonzuk. Hasta es curioso admitir que es el primer gran señor de la oscuridad y la muerte, el primigenio, el más antiguo”

Arakneida: “¿Qué disparates dices? Cualquier con sentido común e inteligencia sabría que el primero fue Aztaergon. Un ser que solo fue vencido jamás podría haberse consagrado como emperador”

Alaer: “Y no te equivocas salvo por un detalle. Beelzatios era el señor de la gula y quien lideraba a los no muerto más antiguos, los zombies y amos del caos y el abismo, él era quien comandaba a Zatia y por supuesto fue el creador de mi señora…”— de repente una voz caótica lo obliga a callarse antes de que continue hablando— “yo…me disculpo…”

Alaer sacude la tierra con varias cadenas que surgen del pavimento cubierto de sangre y toman en el aire al portal y lo llevan hasta otro edificio, intacto y lejano. Luego palpa el hombro de Hiu Tan y le ordena sin permitir cuestionamiento:

Alaer: “Vete al santuario humano. Definitivamente tienes que matar a todos allí ya que con eso podremos invocar a los candidatos”

Hiu Tan: “S-Si, entendido” — dice sin replicar y vuelve a su forma liberada y marcha a toda velocidad hacia el santuario, esquivando la masa oscura que continúa expandiéndose

Julio: “¡Mierda! Arakneida debo…”

Arakneida: “Seguro, confía en mí, líder” — sonríe confiándole la seguridad de las personas

Alaer: “Que desafortunado momento. No creo que se pueda” — se interpone en el camino. Cadenas que se asoman por la espalda del jinete de la tortura por todos los frentes la masa oscura y apestosa los rodea— “no vas a ninguna parte, humano”

Arakneida: “No nos detendrás” — desafía a su enemigo

Alaer: “Recibes el favor del usuario imperial y crees que puedes venir a darnos órdenes a nosotros, los legítimos comandantes de la poderosa emperatriz. ¡Deja de ser tan arrogante maldita!” — se enfurece y grita, liberando una fría y hostil sed de sangre



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Editado: 04.01.2025

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