Limit Breaker: Conquistando Mazmorras

Capítulo 117: Soportaré toda tu frustración

Lee Bao lanza feroces puñetazos a un Hiu Tan que lo único que puede hacer es esquivar mientras que recibe algún que otro golpe en el rostro y abdomen.

Se nota a gran distancia el enojo del cazador chino contra su ex subordinado.

En su desesperación para distanciarse, Hiu Tan apuesta por una patada con ambos pies contra Lee Bao, quien alcanza a cruzar sus brazos y protegerse del ataque, pero no así de cerrar la distancia entre ambos, por lo que es arrastrado con la fuerza de su enemigo.

El chino prosigue a continuar con el ataque de sus puños envueltos en llamas, apenas rozan a la bestia. La mayoría impacta en Hiu Tan pero lentamente su cuerpo va colapsando hasta que regresa a su forma humana y salta hacia atrás varios metros y cae al suelo de rodillas:

Hiu Tan: “Mierda, mierda…haaa…mierda…”—maldice en voz baja mientras jadea y siente un enorme dolor en todos sus músculos.

Lee Bao: “¿Creíste que no habría consecuencias? Esos monstruos solo te querían usar como su subordinado. Nunca contaban con que un humano pudiera ser parte de ellos y les creíste. Dime Hiu Tan ¿no pensaste en que habría personas a quienes amabas, heridas por tu decisión?”

Hiu Tan: “¿Acaso importa lo que yo decida? Es la misma estupidez de hace momentos. No intentes razonar conmigo…Lee Bao. He alcanzado la cúspide de la humanidad sin ayuda de tuya o de cualquiera que me hubiera menospreciado…

Lee Bao: “¡Oh, ya cierra la boca! Estoy harto de tus problemas con las personas. Intente hacer lo correcto para mis compañeros y subordinados, pero ¿así es como me tratas? Estoy cansado y enojado. ¿Sabes qué más? Traté de hacerte comprender que estoy dispuesto a no continuar con estas peleas, pero sigues queriendo matar a inocentes. No puedo permitirlo” —dice eso mientras se quita la parte superior de la ropa o de lo que queda debido a que está rasgada y deja al descubierto por completa su espalda con un tatuaje enorme de un dragón carmesí y una musculatura inusualmente pronunciada.

Lee Bao, en verdad siente mucho dolor al tener que tratar de esa forma a un viejo subordinado y también amigo a quien conoció en sus primeros días como maestro de gremio. El dolor que le causa por tener que decidir matarlo es suficientemente grande como para hacerlo sucumbir, pero es más fuerte que muchas personas dependan de su liderazgo.

La expresión característica de Lee Bao desaparece y se forma una feroz y seria, pero sin poder ocultar su dolor. Entonces se para firme y mueve su cuerpo hasta posicionarse con el estilo más conocido de arte marcial chino, el Kung Fu, donde él es uno de los maestros más famosos y formidables dentro de la práctica. Sus manos se mueven, una hacia arriba y otra hacia el frente y ambos pies se van separando uno delante del otro:

Hiu Tan: “Kung Fu Estilo Dragón Chino. Así que va enserio” —piensa y una gota de sudor cae por el costado de su rostro

Lee Bao respira hondo y libera el dióxido de carbono, una y otra vez hasta que sus ojos cerrados empiezan a abrirse y centrarse sobre el objetivo:

Hiu Tan: “Entonces, ahora iras enserio. Cuando dejas de usar tu magia de fuego y te posicionas con el estilo del dragón chino, es cuando irás con todo lo que tienes”

Lee Bao: “Me conoces bien. Me alegro por ello”

Hiu Tan: “Muy bien, tampoco me voy a contener”

Hiu Tan arrastra su pie derecho hacia el frente, dejando el izquierdo detrás y ambos brazos cruzados con las manos formando garras, arriba y el otro hacia abajo. Lee Bao se impresiona de que no haya olvidado aquel estilo de kung fu al cual reconoce como un igual:

Lee Bao: “El Estilo del Tigre no es para cualquier y el que aún lo recuerdas es sorprendente”

Hiu Tan: “No podría olvidar nunca la técnica que logró ponerte en apuros. Prepárate, señor top mundial, voy a despedazarte con mi kung fu”

Lee Bao: “Si, eso quiero ver”

Lentamente se acercan uno con el otro, entonces el primero que ataca es Hiu Tan con movimientos rápidos y apuntando al pecho de Lee Bao, mientras que este retrocede y bloquea el ataque, tomándolo velozmente de la muñeca y lo aleja con una patada en el estómago.

Lee Bao da unos pequeños pasos y lanza una patada que es esquivada y luego un puñetazo al pecho de Hiu Tan que lo hace tambalear.

Hiu Tan devuelve el ataque con una serie de puñetazos sin detenerse, varios llegan a raspar el rostro del chino, y un último golpea da de lleno contra el estómago y lo envía contra una pared de piedra varios metros lejos:

Hiu Tan: “Haaa…haaa…después…de mucho tiempo…he conseguido…superarte…”

De repente, un extraño malestar dentro de su cuerpo lo obliga a arrodillarse de dolor hasta hacer que vomite sangre en grandes cantidades que no cualquiera podría tolerar sin desmayarse en grave estado. El dolor se intensifica al mismo tiempo que le cuesta respirar:

Hiu Tan: “¿Q-Que mierda me está pasando?” —se pregunta mientras las venas de su rostro se hinchan— “me duele el estómago, siendo ardor como si me estuvieran quemando por dentro y respirar…yo…no puedo respirar como quisiera… ¿Qué fue lo que me hizo este bastardo de Lee Bao? Carajo…carajo…”



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Editado: 04.01.2025

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