En la base que se estableció en las afueras del domo por parte de las arañas y los aliados asiáticos, Julio se pase de un lado hacia el otro, intentando ayudar a los heridos y manteniendo a raya a los no muertos que buscan alcanzar a los cazadores y cualquier personal que decidió dar apoyo voluntario.
Las tiendas médicas, improvisadas con lo que se pudo rescatar de los transportes y algunos supervivientes, se llenan de heridos leves, mutilados y cuerpos sin vida a los que se les tiene que decapitar, ya que al abundar energía mágica del abismo y muerte es obvio que se levantan y mutan como monstruos no muertos. Esa es la feroz y macabra magia de la emperatriz Necriria.
Julio enfrenta a un no muerto gigante con la barriga abierta y de está saliendo otros cuerpos retorciéndose e intentando escapar. En su mano sostiene una cuchilla oxidada y en la otra solo aplasta todo lo que se le cruza por su camino, y eso que es un cadáver de rango A+ pero con potencial para poner en problemas a un grupo de cazadores de ese mismo rango.
Sin embargo, Julio lo atraviesa con su claymore envuelta en llamas y la arrastra hacia arriba, separando el cuerpo de manera vertical como si nada. Ese es el poder de uno de los más fuertes en Victory.
Detrás de los remanentes de la criatura gigante con el nombre de “Abominación” se asoman otros 5 de ellos. El argentino deja escapar un suspiro de agotamiento e impulsa con la fuerza de sus pies hacia esos gigantes no muertos. Agita varias veces la enorme arma contra ellos y los cortas en varios pedazos a los que extendiendo su mano incinera con llamaradas que salen de la palma.
Las abominaciones continúan llegando hasta que cuando hace desaparecer a la numero 20, los no muertos detienen su ataque por lo que se da un momento para descansar, cayéndose al suelo y quedándose sentado con la espada descansando en su hombro y fuerte dolor en el cuerpo:
Julio: “Haaaa…haa…espero sean los últimos. Ya no me queda maná para sostener una batalla”
En su cabeza empieza a escuchar la voz de Martín:
Julio: “¿Martín? ¿Qué sucede?”
Martín: “Ah, qué bueno. Escucha Julio, no hay mucho tiempo. Necesito que me contactes con Arakneida. Es urgente”
Julio: “Te oyes desesperado”
Martín: “Descubrí algo importante y necesito explicarle a ella”
Julio: “De acuerdo, pero…tengo delante varios kilómetros. En unos 20 minutos estaré con ella”
Martín: “¿Dónde estás?”
Julio: “Llegaron nuestros aliados de diferentes partes de Asia y tuve que prestarles apoyo. Arakneida está peleando con la emperatriz. ¿Por qué no puedes comunicarte con ella directamente? ¿No tienes esa habilidad de lazos?”
Martín: “Ese es el asunto Julio. No puedo contactarla. Hay algo más que obstruye mi conexión”
Julio mira en dirección a donde lucha Arakneida contra la colosal bestia y que aún no ha hecho su aparición de manera completa:
Julio: “Esos insurgentes que Necriria quiere traer a la tierra ¿tendrán que ver?”
Martín: “No me digas que ya están…”
Julio: “El ritual ha comenzado pero el circulo mágico no está activo”
Martín: “Apenas tenemos tiempo. Ve con Arakneida y pídele que abra un portal con su magia espacial. Tengo que ir allí”
Julio: “Entendido” —responde mientras a duras penas se pone de pie, guarda su espada y mira hacia atrás donde se encuentra Yujin— “¡Yujin!”
Yujin: “Julio ¿A dónde vas?” —se acerca con el rostro exhausto
Julio: “Tengo que volver a donde están mis aliados. Por un tiempo no habrá monstruos de rango alto así que estarán bien”
Yujin: “Bien. Te cuidado”
Julio: “Claro” —responde y se impulsa violentamente en dirección hacia el verdadero campo de batalla— “¿Qué está ocurriendo? ¿acaso omitimos algo o ese monstruo nos ha estado engañando?
***PARTE II***
En el otro extremo, explosiones adornan los cielos donde Arakneida ataca a Necriria con bolsas de seda explosivas. La criatura, que aún no se ha manifestado completamente, defiende a su invocadora con poderosos tentáculos y zarpazos dignos de una bestia colosal.
Uno de esos zarpazos da en pleno aire a la poderosa soberana y la envía contra el suelo, destruyendo el concreto y dejando un gran cráter 10 veces más grande que la misma Arakneida cuando se encontraba en su forma original hace tiempo. Se levanta rápidamente y mira a la criatura que parece casi invencible, por esa razón decide ir con todo para eliminarlo y luego acabar con la emperatriz.
Sin embargo, cuando se impulsa hacia esa invocación masiva es agarrada por un pequeño tentáculo que sale de la tierra y arrastra contra un edificio cercano hasta el último piso. Luego la lleva varios pisos hasta el suelo:
Necriria: “Estúpida traidor ¿acaso creías poder enfrentarme sin salir ilesa? Que estupidez” —mueve sus dedos en dirección hacia arriba con la que mueve esas extensiones filosas para levantar a su víctima— “patético” —cierra su puño abruptamente y con ello, espinas salen de los tentáculos, pero antes de que atreviese a la soberana, esta desaparece— “¡¿huh?!”