Necriria: “¿Qué demonios es eso?” —se queda atónita al ver como el suelo de vuelve fangoso y de este salen cientos, miles, decenas de miles de esqueletos y zombies.
Sorprendida y sin poder moverse de su sitio por la zona maná que ha invocado, Necriria presencia un poder que la pone en duda y es que Kargroot jamás ha dominado aquella técnica exclusiva para monstruos de nivel colosal.
El monstruo gruñe como una bestia desatada mientras intenta rasgar el cielo para liberarse por completo y luchar junto a su ama. Lo cierto es que existen diferentes tipos de zona maná, no solo aquellas que distorsionan la realidad para otorgarle ventaja al usuario, también lo están aquellos que se convierten en armas legendarias como el arco y municiones usadas por Lorkamos, y también las que invocan a criaturas grotescas dignas del horror cósmico.
A ojos de la emperatriz del abismo, es algo inaudito que un ex subordinado tenga una técnica de rango extremadamente alto y que además iguale su propio poder. Resulta casi imposible pensarlo, pero en efecto, Kargroot distorsiona la realidad a su alrededor y convierte los edificios en enormes columnas cubiertas por cuerpos putrefactos, encadenados y moviéndose como si fuera un espectáculo macabro. Pero es algo impreso en la naturaleza de ese monstruo ahora convertido en aliado. La muerte y lo atroz van de la mano, pero ahora con la voluntad de querer proteger a la humanidad y el sentimiento de que tiene compañeros, camaradas a su lado que luchan por un bien común.
La apariencia humana de Kargroot es opacada ahora por una armadura que va adquiriendo forma al ser rodeado por un vapor purpura y negro mientras su poder aumenta drásticamente. Por primera vez Necriria siente preocupación. De no haber sido por la gracia de convertirse en familiar de Martín, nunca podría usar tal espectacular habilidad a la cual es difícil acceder. Así como no cualquiera de los humanos puede manifestarlo a no ser que sean rango SS+ o los cazadores que se encuentran en ese limbo de pertenecer al S+ y SS+:
Kargroot: “Pasaste mucho tiempo burlándote de aquellos a los que seguimos a nuestro antiguo señor” —dice mientras avanza acompañado por millares de muertos que siguen surgiendo del suelo— “Dime, Necriria ¿a cuantos humanos redujiste para obtener su energía vital?”
Necriria: “Eres un bastardo inso…”
Kargroot expulsa una ráfaga de energía que da de lleno en el monstruo con forma de hermosa y sensual mujer, pero con la perversión magnánima de odiar a todos los seres vivos.
Al ver a su ama en peligro, la colosal criatura bloquea el resto de la ráfaga con su pata y lanza un poderoso rugido que sacude la tierra y agrieta edificios, así como destruye a mas de la mitad de esos soldados no muertos. Sin embargo, cuantos mas son eliminados, surgen otros cientos mas para reemplazar.
Las legiones no muertas son infinitas en la zona maná “Pandemonium”:
Necriria: “Hagas lo que hagas no podrás detener a mi zona maná. Va mas allá de toda habilidad mágica. Incluso mas allá de toda comprensión universal”
Kagroot: “Entonces, déjame preguntarte algo…emperatriz… ¿ese monstruo es el famoso Leviathan del abismo?”
Necriria: “Oh ¿conoces la leyenda?”
Kargroot: “¿Conocerlo? Esa maldita criatura fue la mayor desgracia que ha tenido el imperio de la muerte” —aprieta su puño al recordar tal leyenda— “mi señor se ha enfrentado en su juventud a esa bestia. Mucho antes de que mi señor se convierta en emperador, el Leviathan gobernaba como un dios y no había manera de eliminarlo. La destrucción que dejaba era tal que se debió usar todo el poderío mágico y militar disponible”
Necriria: “Asombroso, no he conocido a nadie que recuerde tal cosa y el que tu lo recuerdes me hace pensar que fuiste capaz de luchar contra él. Supongo que comprenderás que no hay manera de poder derrotarlo”
El Leviathan del Abismo, el señor de la destrucción perpetua, grito de agonía universal y muchos otros apodos para una criatura surgida por partículas de maná en el inicio de todo. Muchos tienen la creencia de que fue el capricho de un ser divino el que haya nacido, y otros que fue el mismo abismo quien dio origen a tal potencia mágica. Lo cierto es que, en la historia del imperio de la muerte, jamás ha habido alguien que logre derrotarlo y a pesar de lo que se dice, Aztaergon nunca derrotó al Leviathan sino que con ayuda de millones de aliados y artefactos mágicos fue sellado y enterrado en lo mas profundo del abismo, hogar de Necriria.
Tras millones de años, el temor de que se liberase había quedado en el olvido, así como la leyenda de esa criatura hasta ahora:
Kargroot: “En aquel entonces se ha costado la existencia de muchos no muertos y hasta sufrimos la opresión de todos los emperadores, quienes nos veían como débiles. Nuestros números se redujeron solo por esa bestia, y si no hubiera sido por mi señor y su incalculable poder hubiéramos acabados como subordinados de la emperatriz salvaje o emperador dragón”
Necriria: “O subyugados por un poder interno. Jamás se vieron venir esto de parte mía” —dice orgullosa.
Kargroot: “Tu actuaste cobardemente al hacerte pasar por tu esposo. No eres más que una…”