Limit Breaker: Conquistando Mazmorras

Capítulo 138: Nada es lo que parece en Roma

Momentos antes en las catacumbas, Julio y María son atacados por el papa y varios cazadores por los pasillos del rocoso subsuelo. Suben las escaleras de regreso a la basílica y corren a toda prisa para perderlo de vista.

En el camino son arribados por la guardia suiza y sus lanzas imbuidas en maná, así como miembros de la seguridad en pelotón. Cada cierta cantidad de metros y con el fin de no gastar su maná, Julio dispara de la palma de su mano izquierda bolas de fuego contra los que los persiguen. En el camino alcanza a darle a varios guardias.

María, que corre delante de Julio, llega hasta uno de los pasillos con habitaciones a lo largo, entonces toma de la mano a su esposo y corren sin descanso y abren la puerta para meterse dentro y pensar bien las cosas, además de poder darse un breve descanso.

Los pasos de múltiples personas se escuchan por el pasillo y las puertas partiéndose, irrumpiendo en las habitaciones no dejan respiro. Entonces, Julio mira a la ventana y se acerca para ver, corriendo a un lado las cortinas rojas que llegan hasta el suelo.

Su mayor preocupación es la seguridad de su esposa. Ya han visto lo que ocurre y no tienen pensado quedarse para pelear sin un plan y menos sin saber dónde están sus compañeros.

María saca de su bolsillo un poco de tierra y lo arroja debajo de la puerta. A pesar de no poder usar todo el poder mágico que desean debido a la interferencia descomunal, puede utilizar el mínimo y necesario. Por ese motivo alcanza a crear unas raíces que se enredan a la puerta y ejerce como un obstáculo frente a la innecesaria fuerza bruta de los guardias suizos en su afán de sacar de la habitación a ambos cazadores.

Julio llama a María y de su mano expulsa una bola de fuego que explotar contra toda la pared junto con la ventana. La toma de la cintura y saltan hacia el suelo de la plaza del Vaticano. Sin saberlo, allí los esperan cientos de guardias y cazadores con armas listas para atacar.

Una voz que parece retumbar en todo el lugar, se escucha omnipotente, es acompañada por una estela de luz que emerge del suelo y llega hasta el cielo. A continuación, todo el suelo estalla en llamas doradas y la mitad de la basílica queda reducida a escombros con estallidos y ondas expansiva tan sonoras que todos a su alrededor se ven afectados.

Julio y María quedan expuestos al estallido y el sonido que produce. Del suelo sale volando un enorme trozo de suelo y enviste contra el argentino que impacta con el paso de la roca contra la columna del centro de la plaza.

En un arrebato de ira al ver la sangre desparramarse por el suelo donde golpeo el cuerpo de su esposo, María grita iracunda:

María: “¡Juliooooooooooooo!” —levanta sus manos y pétalos de flores salen de las palmas— “Magia de Planta: Tormenta de pétalos”

Un tornado compuesto por pétalos rodea el lugar, llevándose a muchos hombres y mujeres que se acercaban para apresarlos. Rocas de diferentes tamaños empiezan a moverse y tallos salen del suelo con un tamaño enorme y en la punta de estos se forman flores:

María: “Magia de Planta: Cañón floreal”

Estas flores empiezan a cargar la energía solar hacia su interior, aprovechando que aún queda luz del sol y de su núcleo disparan rayos que parecen salidos de ciencia ficción y explosivos pétalos que al tocar cualquier superficie desprenden destellos calóricos.

Inmediatamente después de que sean disparados la magia de luz y la de planta, el incidente se ve desde varios kilómetros. El grupo de Arakneida se prepara para el ataque al igual que los británicos en conjunto con algunos del gremio italiano y Estela.

En las catacumbas tiembla todo el lugar ya que la magia de luz atravesó la superficie muy cerca de la zona de experimentación.

Astapoh se molesta al ver que las columnas, paredes y techo se están agrietando y a punto de colapsar por lo que se acerca a Martín y mira fijamente:

Astapoh: “Creo que es el momento idóneo para que sepas una verdad”

Martín: “¿Una verdad”

Astapoh: “Ya te habrás dado cuenta de que tus dos amigos están peleando contra el papa en la superficie y ese idiota de Theodosius usó su magia de luz muy cerca. Bueno, si a ello puedes llamar magia, aunque lo que es en realidad es el efecto de su arma apócrifa que le otorga cierta magia temporal. En fin…”—mira a un lado— “ven aquí…Theodosius”

Martín: “¡¿Qué?!”

Theodosius se acerca de entre las sombras con expresión inmutable con la misma túnica papal. Esto confunde realmente a Martín. No es normal lo que está mirando, incluso se pregunta si existe alguna magia que pueda clonar a un individuo.

El candidato a emperador, Astapoh, se siente en gracia porque ni el usuario imperial puede salir de su asombro. La oscuridad se cierne sobre Theodosius como humo negro y los ojos desprenden energía roja. Su confianza en saber bastante de muchas cosas ahora colapsa. Por primera vez se siente incapaz de digerir todo lo que ocurre en el vaticano.

El lugar se ha vuelto siniestro.

En respuesta, Astapoh sonríe y le explica:

Astapoh: “Veo que no sabes que pasa. Déjame explicarlo de la manera mas simple, humano” —al decirlo una sonrisa se dibuja en el rostro— “el Theodosius que ves aquí no es mas que una copia temporal e imperfecta, así como el que está peleando arriba en la superficie. Es lo que ustedes conocen como ‘homúnculos’ y ciertamente nos ha ayudado bastante para lo que planeamos aquí”



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Editado: 09.02.2025

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