El italiano se aleja, dejando el cuerpo de Victoria bajo el cuidado de Estela.
En vista de lo ocurrido, Estela se dirige hacia Norman mientras intenta sanar a Victoria con la esperanza de que pueda revivirla, como si en verdad existiese tal magia. Los que alguna vez fueron parte del gremio de Santo Marco y ahora desertaron están a la expectativa, ya que se dieron cuenta de que su maestra de gremio ha caído y no hay peso más grande que lo que le han hecho. Aun sabiendo que ella quería hacer lo mejor para todos formando una gran familia en el proceso.
La culpa los carcome por dentro. Algunos lloran y otros evitan mirar el cuerpo, avergonzados y sintiéndose la peor escoria del planeta:
Estela: “¿Por qué va en aquella dirección?”
Norman: “Supongo que intenta ayudar a los demás”
Estela: “Lo entiendo, pero no será un gran peligros ni rival para los ex candidatos a emperadores ¿Por qué lo hace?”
Norman: “El hombre penitente…”—murmura en voz baja
Estela: “¿Hombre penitente? ¿Qué es?”
Norman: “Es la figura del hombre que ha cometido pecados y busca retribuir a costa de algo”
Estela: “¿Por qué haría algo así? No fue su culpa, más bien fue la de los emperadores”
Norman: “Quien sabe. Según la creencia popular en Europa, el hombre penitente es aquel que abandonó su vanidad y soberbia haciéndolo sentir y ver ante los ojos de la creación misma y de cualquier entidad divina como un ser diminuto. En pocas palabras…”
Estela: “Busca acabar con su propia vida al dejar de sentir que su misión en este mundo se acabó ¿cierto?”
Norman: “Podría decirse que sí”
Estela: “Aún no logro comprenderlo”
Norman: “En estos momentos tiene una sola cosa en la mente y es vengarse de aquel o aquellos que hicieron todo esto, aunque su vida se extinga”
Estela sostiene con firmeza sus manos sobre el cuerpo de Victoria y empiezan a brillar con intenso color celeste mientras hace fluir gran cantidad de maná para poder curarla y con la esperanza de que abra los ojos, pero el daño ya está hecho. Sus órganos se encuentran destruidos, quemados y derretidos sin poder hacer algo al respecto.
La frustración se adueña de su corazón. Lo intenta, una y otra vez con desesperación y llanto en los ojos.
Al ver los continuos y extenuantes intentos de la argentina, Norman la detiene y sin cruzar miradas niega con la cabeza. El gesto es claro, pero Estela niega la posibilidad y continúa desperdiciando su maná en un cuerpo ya sin vida.
El británico la detiene tras un breve tiempo viendo como ella se frustra:
Norman: “No es necesario que continues. Ella…”
Estela: “Ya sé que es imposible que ella abra los ojos. Lo entiendo muy bien” —responde resignada
Norman: “Entonces ¿Por qué continuas?”
Estela: “Porque me niego a que alguien como ella sea una víctima. Ella es…era mejor que esto y se notaba”
El tono en su voz se siente diferente. Los cazadores a su alrededor notan que el aura de ella es mucho más violenta a diferencia de hace unos momentos donde protegía a cada uno de los presentes y era mucho más cálida.
Estela se pone de pie y manifiesta su tristeza con llanto silencioso mientras que expulsa una ráfaga de vientos que aparta a varios cazadores presentes. Norman se mantiene sereno, pero por dentro presiente que su poder mágico se está descontrolando o quizás algo que no sabía de ella está ocurriendo. De hecho, Norman es consciente de que tanto Estela como Julio tienen puestos dentro de los altos rangos mundiales, pero se sorprende cuando nota que ella tiene un poder mágico similar a William, y eso que lo pudo conocer solo un par de veces.
Por influencia o no de Martín y la marca imperial, lo cierto es que Estela se encuentra en un nivel muy superior a cuando ocurrió la misión de China y no se ha dado cuenta si quiera.
Norman se rasca la cabeza y suspira:
Norman: “Vete con tu gente”
Estela: “¿Huh? ¿Por qué?”
Norman: “¿No es obvio señorita Estela? Tu gente te necesita y con más razón Martín te necesita”
Estela: “Pero…”
Norman: “El trabajo aquí ya está hecho. Procura que tu gente se mantenga segura”
Estela: “Muchas gracias”
Norman: “Vete. Nosotros nos encargaremos del cuerpo de Victoria”
La chica da unos pasos rumbo hacia la basílica de San Pedro. Su cuerpo es envuelto en magia de viento y este da forma a una armadura ligera con alas incluidos, la técnica de “armadura de Sylphie” deja perplejo a todos. El despliegue de poder mágico es increíble.
De un salto hacia el cielo sale volando a gran velocidad, dejando una estela de viento y maná color celeste, rumbo a donde transcurre la batalla entre Victory y los ex candidatos a emperadores.