Momentos antes, Arakneida pelea contra Zarael siendo apoyada por Kargroot intercambiando ataques tanto físicos como mágicos.
Cada cierto tiempo da un breve vistazo a Kerba que en su opinión es posiblemente la más peligrosa de los enemigos a los que se enfrentan debido a su naturaleza propia. Se podría decir que la existencia de esa ninfa es lo más antinatural posible ya que al poseer la rara magia de sellado, no se sabe qué clase de técnicas puede tener.
Entonces se comunica con una de sus sacerdotisas que descansa en el reino de las arañas en aquella mazmorra rango B+ que alguna vez Martín pudo vencer en la tan traumática misión y que tras ser cerrada luego de un tiempo pudo ser reabierta pero esta vez amigable con los seres humanos a petición de Martín y en respuesta, Arakneida lo convirtió en un centro de abastecimiento para cazadores siempre con el acuerdo presente de que estarán bajo protección de la A.A.C:
Arakneida: “Kerra ¿estás?”
Kerra: “Si mi señora ¿en qué puedo servirle?”
Arakneida: “Eres de mis más brillantes sacerdotisas, necesito que tu consejo sobre algo”
Kerra: “Por supuesto, con todo gusto ayudaré”
Arakneida: “¿Qué piensas de la magia de sellado? ¿existe alguna manera de evitar el colapso?
Kerra: “Muy poco, pero he estudiado mucho gracias a la información que usualmente nos envía en forma de libro digital a lo que llaman en la tierra como…tablet”
Arakneida: “Entiendo, dime”
Kerra: “Usted mencionó acerca de evitar el colapso a lo que llega a mi mente es cuando el usuario de esa magia pierde la vida y toda la magia que absorbió o selló dependiendo el caso provoca que el cuerpo del difunto se vuelva una bomba de proporciones catastróficas”
Arakneida: “¿Y si se trata de una entidad cuyo poder rivaliza al de los emperadores?”
Kerra se queda en silencio, sin saber que responder porque jamás tuvo la oportunidad de ponerse a pensar en esa probabilidad. Arakneida confía ciegamente en Kerra y su capacidad brillante para crear estrategias. A pesar de que la soberana de las arañas y el veneno es considerada de las más inteligentes dentro del grupo de Martín, quien posee altas capacidades para establecer planes y tácticas en combate, es Kerra o, mejor dicho, ambas son similares en capacidad, pero la sacerdotisa disfruta de que su palabra es bien considerada por la poderosa señor de las huestes arácnidas:
Kerra: “Si se tratase de una entidad de ese nivel entonces se podría considerar la posibilidad de un exterminio masivo en todo el planeta. La cantidad de energía mágica que podría poseer un emperador no es algo en lo que yo esté familiarizada, pero considerando que es maná en estado violento y explosivo, puede ser terrible para cualquier ser vivo”
Arakneida: “Si eso es así entonces podría ser el final para toda la raza humana sin importar los rangos, credos o estatus social. Mi señor estaría solo y aquellos a los que consideramos como compañeros, amores y amigos…dejarían de existir”
Kerra: “Eso no creo que pase porque no vamos a dejarlo”
Arakneida: “¿Sabes? Eso es algo que nunca deje de pensar. Tengo que pedirte un favor Kerra y es algo crítico ¿entiendes?”
Kerra: “Dígame, mi señora”
Arakneida: “Perderemos algo muy grande y quizás muchas de nuestra gente sufra, pero será por un bien mayor”
Kerra: “Sea lo que sea…apoyaremos a nuestra soberana sin importa la clase de decisión que tome”
Arakneida: “Te lo agradezco Kerra. Entonces llegado el momento quiero que hagas lo siguiente”
En la actualidad, Cromana decapita a la fría Kerba que en el final de su existencia recuerda a sus queridas hermanas y llena de arrepentimiento derrame una solitaria lágrima. Sin importa lo que ocurra con su vida, el cuerpo empieza a brillar hasta que una explosión de maná en forma de onda expansiva empieza a borrar de la existencia todo rastro orgánico como inorgánico.
Entonces, Arakneida pone en marcha el plan que discutió con Kerra:
Arakneida: “¡Kerra!”
Kerra: “¡Ahora mi señora, es el momento!”
Arakneida, mientras se aleja de la explosión que ya había alcanzado los 50 metros de circunferencia, extiende su mano y apuntando debajo de donde está el cuerpo colapsado de Kerba abre un portal para enviar el estallido de maná a un lugar que para cualquier monstruo clase araña fue su hogar desde el inicio de sus existencias. Incluso para Arakneida es un enorme dolor enviar la explosión a su gran reino, pero también necesario para salvaguardar la vida de la tierra.
Ese plan también fue hecho para que Kerra, como supervisora de la mazmorra en ausencia de Arakneida, pudiera sacar a todos del lugar usando portales que la misma soberana creó llevando a cientos y miles de arañas de todo tipo al desierto de Salta y Jujuy. Por supuesto que Oscar recibió la rápida petición y este se comunicó a toda velocidad con los gobernadores de ambas provincias. La emergencia los convenció y aceptaron sin más problemas.