¡Maldito!, maldito, me iba a dar un colapso. Reviso mi equipaje esperando que mi celular no se haya mojado, gracias a dios que no, había olvidado por completo que traje mi maleta. Él se intentó parar, tenía unas ganas de volver lo a empujar.
-¿Qué te pasa?
-¿Qué me pasa? ja, ja. -dije con tono sarcástico y molesto, -Tú fuiste el que hizo que mi ropa se empapara y tras eso dañas una silla para que me caiga, tienes la hipocresía de preguntarme ¿Qué me pasa?...
Iba a seguir hablando, pero fui interrumpida.
-Disculpa Arly, aquí está la ropa. -tenía un pie adentro de la habitacion y otro afuera, Silvia dejo de mirarme para luego ver a Aarón tirado en el piso, frunció el ceño.
-Él está bien del piso no paso -digo aun molesta acercándome a ella para tomar la ropa.
-Sil puedes traerme algo de comer. -hablo Aarón mientras se levantaba.
-¡No! Silvia no le traigas nada y usted ¡señor Malik! no estamos en horas de receso para que se ponga a comer, ¡Hágame el favor, siéntate, busque el libro de gramática y lea las primeras páginas! -lo último le grite en la cara para que me vaya conociendo, Aarón.
Esperaba una respuesta de su parte, ya estaba preparada si el me enfrentaba. Pero no lo hizo, obedeció. Volteó a ver a Silvia, esta atónita, boquiabierta.
-¿Un lugar para cambiarme? -pregunte más relajada. Antes de cerrar la puerta, lo veo y pestañeo varias veces, la verdad esperaba a que reclamara, se quejara, pero estaba leyendo el libro de gramática.
-Lo has hecho excelente -dijo la rubia mientras me dirigía a otra habitación.
-¿Qué cosa? -sí sé porque, pero igual pregunté.
-Siempre le he dicho a Sonia que el necesita una profesara que le enseñe como los tiempos de antaño, no como los profesores de ahora que ellos le tienen miedo a los chicos como Aarón, -suspiró, -peor cuando es hijo de la rectora del colegio.
-¿Por qué tomas clases de literatura, si no te gusta? -pregunte y por alguna razón ya me estaba empezando a molestar.
-Obligado y porque casi repruebo, Sonia tuvo que pagar para que me pasarán, a cambio de que yo estuviera de acuerdo en tomar clases con una abuela. -mi boca formo una o. Abuela me está diciendo, este que se cree ¿Quién se queda en literatura? Solo Aarón.
Si él es hijo de la rectora ¿Por qué me dijo que Sonia tuvo que pagar?
-¿Aarón estudia en el colegio Jones? -pregunté sonando curiosa.
-Obvio -dijo mientras abría una puerta para que entrara, -hay un baño adentro, por si lo necesitas. -asentí y entre.
Mientras escurría mi ropa me preguntaba ¿Por qué Sonia, siendo rectora, dueña de la unidad educativa Jones tiene que pagar para que pasen a su hijo? o tal vez Aarón me mintió. Termine de vestirme, llevaba mis zapatos en las manos ya que estaban llenos de agua. Doy un paso atrás cuando vi un objeto en mi rostro, ya me había empezado a asustar, creí que sería una broma de mi estudiante, pero era Silvia dándome unas sandalias.
-Gracias -dije sincera.
-Oh, de nada, ahora dame tu ropa para que la seque, -me quito las prendas de las manos.
-¿Por qué Sonia tuvo que pagar para que Aarón pasara?
Se rió seco, -Ella no tiene que pagar, Aarón pasa gratis, pero este año escolar que viene ya no va a pasar, Sonia ya está cansada de eso y está dispuesta a dejarlo de año.
Me reí para mis adentros, Ojalá se quede de año mil veces, no le deseo mal solo...solo, si le deseo mal.
-Él siempre ha sido así con sus profesores, -eso sonó más como una afirmación.
-Ni te imaginas las cosas que les hace, -trago grueso, ella lo nota, -pero con lo de hace un momento, le gritaste y ni se quejó, creo que te tiene miedo, además tu eres una chica muy bonita y el por lo general ha tenido profesoras viejas.
Di una risa visible, ella también me acompaño, -¿Crees que Sonia se moleste si le grito?
-No, por supuesto que no -lo dijo muy segura. -recuerda lo que te dijo Sonia tu eres la jefa y toma, -me tendió unas hojas, al principio no sabía que era hasta que lo vi bien.
-Genial, ya quería ver sus notas del anterior año. -dije y abrí la puerta de la habitación donde daba clases.
Recorro todo con la mirada. Aarón se ve concentrado en lo que le pedí que leyera, me doy cuenta que han agregado una pizarra, cuando entre hace un momento no me había dado cuenta de ella, vuelvo mi vista a las hojas que tenía en mi mano, cierro la puerta, me detuve, quede en seco, casi me da un desmayo al ver las notas, paso cada hoja rápido fijándome solo en la calificación.