Living A Lie

Capítulo 2: elocuencia 

La verdad, no sé por qué me sorprende haber sabido la respuesta a la pregunta del profesor, cuando se supone que no tengo el control al 100% en las dimensiones durante los primeros minutos. Pero, la verdad, me siento como un robot que se cree humano porque le almacenan la esencia de alguien que ya murió, pero que aún así sirve como energía para objetos inteligentes, como si estuviera en un videojuego; por lo menos espero no estar viviendo eso…

Inmersa en mis absurdos pensamientos sobre inteligencia artificial, no me di cuenta de que se había acabado la emocionante clase de historia para dar paso a otra fantástica clase de filosofía.

-Vaya horario me tocó- murmuró.

Para mi sorpresa, el sabio profesor no llegó a la clase por quién sabe qué problema, siendo esto catalogado como la mejor cosa que ha pasado en mi día o ¿horas?, realmente no lo sé, pues aparezco en una donde ya es de mañana y luego en otra donde ya es de noche, totalmente extraño. Ya ni sé si es que duermo, ya que lo único que me garantiza que el tiempo existe es que pasan los días, meses y años, aunque de distintas formas.

-Sun, ¿qué tal si anotamos las cosas que necesitaremos para la pijamada? -dice Yoon, sacándome de mis pensamientos idiotas.

La miro y doy un pequeño asentimiento con la cabeza, dándole a entender que estoy de acuerdo. Por su lado, busca un lugar donde apuntar lo que compraremos y un plumón con que escribir.

-Listo -dice cuando tiene todo lo necesario.

-Bien, lo primordial son la comida, los dulces y las bebidas -comienzo y ella va anotando- además de eso, ¿qué más necesitamos?- la miro.

-La verdad pensé que tú sabrías -ríe.

-No soy muy buena pensando en este tipo de cosas, así que eso te tocará a ti y a las demás -digo mientras guardo el libro de historia- yo ya cumplí con decirte tres cosas primordiales que necesitaremos, así que mi trabajo ya está hecho -me levanto al terminar la oración, pues me entraron unas ganas terribles de ir al baño me dieron.

-Espera Sun, ¿a dónde vas? -me mira extrañada.

-Al baño -le susurro y comienzo mi camino hacia la salida del salón.

Mi escapada momentánea al baño habría salido bien, si no fuera por cierto tonto que se me atravesó antes de salir.

- ¿A dónde vas sin mí, querida? -dice mientras me brinda una de sus bellas pero insoportables sonrisas.

Lo miro seria- Quítate de mi camino, Park -al decir eso, trato de seguir mi camino, pero me lo impide.

- ¿Por qué estás tan amargada? -me sonríe con malicia- cómo puedes ser así conmigo cuando faltan pocas horas para nuestra cita -habla lo completamente alto para que todo el salón lo escuche y frunzo el ceño al escuchar las risas y halagos de los presentes hacía park.

- ¿De qué demonios hablas? No diré que jamás saldría contigo, pero la verdad es que por ahora no tengo el tiempo ni la paciencia para salir contigo -digo en el mismo tono- Así que mejor quítate de mi camino antes de que pierda mis modales y te de unos buenos golpes -termino y salgo del salón sin que me detenga, pues parece quedarse en un pequeño estado de trance por mis palabras, más por haberle “gritado” prácticamente a los cuatro vientos frente a los chismosos, que serían mis compañeros.

Cuando llego al baño, hago lo que iba a hacer y me lavo un poco la cara porque me siento algo soñolienta. Al salir del baño, sigo con paso apurado mi camino a mi clase para evitar ser descubierta por algún profesor. Aunque… Ahora que lo pienso, no me escape de clase, solo aproveche el tiempo que no se usa hoy para mi propia satisfacción. Así que disminuyo mis pasos, hasta volverlos de tortuga y trato de seguir el patrón de las baldosas del piso con mis pies.

Cuando levanto mi mirada del piso, me encuentro con un escenario distinto al que estaba, pero mi cuerpo sigue caminando hacia donde sea que tenga que ir, mientras trato de recordar si en el colegio hay un bello jardín de rosas.

-Oh no, esta no- dije al darme cuenta donde estaba.

Fecha: 7/11/19 Ubicación: Hemisferio Sur.

En el remoto hemisferio sur, la implacable llegada del invierno se anunció con una tempestad de nieve que, desde las primeras horas de la mañana, transformó el paisaje en un manto blanco y helado. En la región meridional, habitada por la enigmática raza vampira, los líderes de las familias de sangre pura se congregaron en el imponente castillo central. Un propósito urgente los unía: idear un plan para resguardar su tierra de una amenaza proveniente del hemisferio norte, personificada en la temible reina, Han Seo.

Se dice que Han Seo gobierna con mano dura, guiada más por la fuerza que por la razón. Su reinado ha dejado un rastro de destrucción entre aquellos que no comparten su linaje vampírico, proclamando la totalidad del hemisferio opuesto como suyo. Su amenaza pesa especialmente sobre la descendencia de sangre pura, quienes, lamentablemente, no están preparados para enfrentarla.

Aunque los vampiros de sangre pura poseen dones magníficos, fuerza descomunal e inmortalidad vil, su número es limitado. Las familias dirigentes del reino vampiro, al ser las únicas de sangre pura, no pueden hacer frente a los miles de vampiros genéticamente modificados que actúan como mutantes, con fuerza desmesurada y escaso autocontrol. Estos híbridos, creados con sangre de dioses, licántropos y ninfas, además se alimentan de sangre humana, fortaleciéndose con cada festín.




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