Una noche de 1780, con fuerte tormenta, haciendo que árboles caigan y surjan ríos largos de agua mezclada con tierra; una muchacha iba corriendo desesperada. Parecía que huía de algo o alguien. Se le ve asustada, parece que ha estado llorando, y tiene su vestido de tela roja roto, los restos de este con el viento lo hacen bailar. Tiene heridas, y sangra de las piernas, al ir descalza, se habrá hecho daño. Corre y corre como si no hubiera mañana. La luz de la luna llena ilumina todo el camino, de todos los árboles oscuros, ella destaca con su vestido rojo sangre. Escucha como un caballo persiguiéndola, cada vez se escucha más cerca. Al parecer alguien la persigue, se puede oír los gritos de un hombre u hombres.
_¡ Atrapadla !
La chica asustada, tropezó, pero volvió a levantarse, su vestido de seda empapado de lluvia, se le pega al cuerpo, por lo que esto le hace correr más despacio y tropezarse. De pronto alguien la agarra por la cintura y la monta al caballo. La lluvia cae cada vez más rápido. La luna pasa por un proceso extraño, la luz ya no es blanca, sino se convierte en luz roja y la lluvia pasa a se espesa, ya no caen gotas de agua, sino de sangre. Algo pasa, un fenómeno así nunca había pasado.
La muchacha grita hasta rompérsele las cuerdas vocales, de tanto miedo se desmaya. La noche termina, la han atrapado. A partir de ahora, su destino es completamnete desastroso y horrible. Mary Wordsworth, una pobre muchacha del campo.