Lluvia y Adiós 2 - 2024

Parte 2

A tres años de nuestra relación, quedamos los dos en medio de la lluvia. Los meses pasaron más rápido de lo que uno podría esperar, sostener lo que dices por mucho tiempo parecía desconcertante. ¿Sí los paraguas se rompen nunca más volverán a servir? ¿Debes buscar uno nuevo? ¿o debes volver a quedarte en la lluvia buscando estratégicamente una respuesta?

Se encuentra una manera, por supuesto, alguien tan creativa como yo la encuentra. Derramé cada gota de lluvia en ordenar nuestro (mi) cuarto, contactarme con amigos más seguidos (Aunque estos terminarán diciéndome: hiciste lo correcto, Bob), dibujos, diseño de la persona ideal (recuerdo hasta hacer una lista) y los escritos que llenan mi alma, en ese entonces lo fueron (“Vivir con fuego” y “La razón de porque me enamore de ti”).

Tuve que escribir sobre él, siempre le molestó que lo hice tanto por mi anterior amor. Aunque probablemente nunca entendió que amaba la historia que creamos; dos adolescentes con claros conflictos familiares encontrándose repentinamente con el amor.

Todo hubiera seguido su curso, tarde o temprano lo superaría, pero ocurrió una de las mayores desgracias de mi vida - para más contexto lee “Mi Primer Hogar” -. En medio de la penumbra, luego de estar días sin comer y tragarme el dolor de lo ocurrido, recordé que me dijo: “Puedes contar conmigo siempre”. 

Lo dude, ¿Eso estaría mal? ¿Es correcto que aparezca en su vida para pedirle un favor?. Aunque yo misma sabía que no terminaría en eso, luego de haber leído y viendo videos para sacar una maestría en el amor, pude entender que claramente no aprendí a dejar de escuchar las campanas a mi alrededor. 

Todo el mundo diría que estaba mal hablarle, que era innecesario involucrarlo a mi vida nuevamente, después de todo lo que ya habíamos pasado. Pero… yo misma sentía que me estaba muriendo, nadie podía entender lo valioso que era mi hogar para mí, pero el si. 

Le hablé, para mi sorpresa se mostró accesible. Me sentí feliz de saber que se encontraba bien y que adquirió  nuevos hábitos: salir a caminar, comer saludable y ser más organizado en su trabajo. Le iba bien. 

A mí, me iba fatal, pero no por culpa de él. Perder mi hogar ya sabía que podía pasar en cualquier momento, más temprano que tarde.

Sin irme por las ramas, ya casi no recuerdo como se dieron las cosas, sólo sé que deje de pensar en lo que los demás pensarían e ignoraría los memes de mi mejor amiga (Inserte imagen de una chica tropezando con una piedra que diga: Mi amiga). Por supuesto, todos los que conocía pensaban que había llorado en vano si volvía a hablarme con él.

Una frase creé en ese momento: “Hacer lo correcto, no es lo mismo que lo que quiero”. Cuando terminamos sabía que hacía lo correcto, el problema fue que claramente no es lo que quería, buscaba cambiar eso malo que se encontraba y seguir juntos, pero fui una niña y se me escapó todo de las manos. 

Qué más daba, volvimos a hablarnos gracias a una desgracia, si lo escribo suena bastante feo. Pero a veces el destino nos sorprende de las peores formas posibles.

Nos volvimos a escribir con frecuencia, eso hacíamos antes, hablábamos sobre si nos encontramos con alguien o si hicimos algo en el trabajo/estudio. Hasta que un día me enseñó que había escrito en el chat nuestro a diario (estaba bloqueado) , yo simplemente sentí que me tenía presente a pesar de haber roto su corazón. 

Nunca me paré a pensar en el dolor innecesario que nos causaba por miedo a no saber qué pasaría si intentábamos arreglar las cosas. Pero todo es tarde cuando pasa el tiempo, en el fondo deseaba leer que había encontrado a una chica que le llamaba su atención o algo por el estilo, de esa forma rompería mis sentimientos que estaban en cenizas, pero esos mensajes definitivamente agitaron las brazas que podían quedar. 

Continuará




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