Hoy llegó el día menos esperado: el inicio de las tortuosas clases. Como siempre, me encuentro corriendo de un lugar a otro con el fin de llegar temprano. Sin embargo, no comprendo el porqué de tanto esfuerzo, ya que al final, siempre llegamos tarde.
—¿No hay un solo día en el que no me molestes? —le reprocho a Gabi al tomarme una foto toda despeinada.
—No sería yo misma si no lo hiciera —responde con una sonrisa burlona.
Mi mente sigue dando vueltas al extraño sueño que tuve, pero decido dejarlo atrás. Prefiero pensar que fue solo una jugarreta de mi subconsciente.
Por primera vez, logro estar a tiempo en el auto, pero me encuentro con la desagradable sorpresa de que Gabi aún no está lista.
—Dios mío, parece que llegar tarde es una maldición que se nos pega— suspiro con frustración.
—Graciosa —replica Gabi mientras entra apresuradamente al auto.
Joder, si siguen jugando con mi paciencia, no puedo asegurar que me controlaré.
En el camino hacia la escuela, Bryan maneja mientras canta a todo pulmón junto a Peter.
—¡YA! Paren de cantar, me va a dar un derrame cerebral si siguen con esas horribles voces —exclama Gabi al borde de perder los estribos. Yo, por mi parte, me limito a taparme los oídos mientras ruedo los ojos, aunque ellos parecen tomarlo como una invitación para cantar aún más fuerte.
Es evidente que mis hermanos necesitan urgentemente clases de canto.
—¿De qué hablan? Cantamos como ángeles —se defienden.
Como ángeles caídos, querrán decir.
Finalmente, Bryan nos deja en el instituto, evidentemente molesto por arruinar su sueño de convertirse en cantante.
En ese momento, Logan se acerca cruzado de brazos y comenta:
—Aquí está la chica que no responde mis mensajes.
—Logan, yo...
—Apuesto a que encontraste otros amigos en esa fiesta y ahora piensas que no somos lo suficientemente importantes en comparación con la realeza. Seguro ni siquiera quieres hablar con nosotros —me interrumpe Jake.
—No es eso, es que...
—Madie Johnson, si en una sola noche ya nos cambiaste, ya verás...
—¿Podrían dejar de imaginarse historias donde no las hay? —noto que intentan replicar, Skyler incluída, pero mi mirada los hace callar —¡Un día... UN DÍA en el que no respondo sus mensajes y ya me ven como la villana de una película!
—Pero...
—Pero nada. Sé que les molesta que los deje en visto, pero eso no significa que los dejaré de lado o cualquier otra cosa que se hayan imaginado.
—Oh, Madie, ¿así que la fiesta estuvo maravillosa? No me extraña, seguro que te la pasaste de maravilla con tus nuevos amigos de la realeza —dice Logan con ironía.
—Sí, fue increíble. Bailé con la reina y tomé té con el rey. Fue todo un cuento de hadas —respondo sarcásticamente mientras caminamos por los pasillos.
Jake se ríe y me mira con complicidad.
Después de obligarlos a disculparse por su drama innecesario, logramos entrar al instituto en paz.
Mientras caminamos por los pasillos del instituto, Jake se da cuenta de algo y suelta una carcajada.
—¿Qué pasa, Jake? ¿Qué te resulta tan gracioso? —pregunto curiosa.
Jake intenta recuperar el aliento entre risas y finalmente logra articular palabras:
—Madie, ¡imagina si realmente hubieras bailado con la reina y tomado té con el rey! ¡Seríamos como tus súbditos! Te llevaríamos el almuerzo real y desfilaríamos por los pasillos como tus caballeros de la corte.
Logan se une a la diversión y continúa el juego.
—¡Sí, y cada vez que entraras a una habitación, todos se quedarían en silencio y tendríamos que hacer una reverencia! —exclama, imitando una reverencia exagerada.
Nosotros, incapaces de contener la risa, nos adentramos en el salón de clases entre miradas curiosas de nuestros compañeros.
—¿Qué les pasa a estos tres? Parece que algo raro han fumado —comenta uno de ellos.
—¡Cálmate, hombre! Nos están mirando como si fuéramos de otro planeta —agrega Skyler.
Jake y Logan, se ríen aún más, Skyler, parece que se está replanteando si seguir siendo amiga de este par de locos, mientras ellos están haciendo gestos de realeza exagerados.
—¡Bienvenidos al Reino de Madie, donde la risa es la moneda de cambio y la diversión es la ley! —proclama Jake, levantando su lápiz como si fuera una espada real.
—¡Y nosotros, sus leales caballeros, estamos listos para seguir sus órdenes, oh majestuosa Madie! —añade Logan, haciendo una reverencia dramática.
No puedo contener la risa y me uno al juego.
—¡Caballeros de la corte, preparense para la jornada educativa de hoy! ¡Vamos a conquistar la física, dominar la literatura y derrotar a la maldita matemática! ¡Por Madie y por la diversión! —exclamo levantando mi lápiz también.
Todos en el pasillo estallan en risas mientras que un profesor nos mira atónito. Aunque no entendemos lo que está diciendo, su expresión nos indica que no aprueba nuestra actuación real. Pero eso no nos importa. Estamos decididos a hacer de este día uno lleno de risas y diversión.
Al sonar la campana, cada uno de nosotros se despide con una sonrisa en el rostro y nos dirigimos a nuestras respectivas clases. Pero antes de separarnos, nos detenemos un momento en el pasillo y nos damos un abrazo grupal.
—Que tengan un gran día, mis leales caballeros. Nos vemos en la hora del almuerzo, donde continuaremos nuestras aventuras en el Reino de Madie —les digo con una sonrisa.
Ellos asienten, felices.
Abrí mi casillero para guardar mis cosas mientras escuchaba música a través de mis auriculares.
Noté cómo todos tenían la mirada fija en la entrada, y como la persona curiosa que soy, volví mi cabeza en esa dirección.
No puedo creerlo.
¿De verdad esta chica quiere hacerme la vida imposible?
Allí estaba mi querida amiga, Amber Smith, rodeada por sus guardaespaldas.
Oh, imagino cómo se extienden dramáticamente mis brazos en mi mente, como si fuera una poeta.
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Editado: 21.03.2024