No puedo evitar ser arrastrado por la intriga que despiertan los mensajes provenientes de un número desconocido. Cada vez que cierro los ojos, las palabras resuenan dentro de mi mente, incitándome a sumergirme en la investigación de mi pasado y desentrañar los secretos que se ocultan tras su enigma.
A pesar de que los mensajes persisten, nunca me he preocupado lo suficiente como para bloquear al remitente. Puedes llamarme masoquista si así lo prefieres. Es extraño, lo sé. La mayoría de las personas habría optado por protegerse, hacer caso omiso y alejar cualquier sombra de peligro de su vida. Pero yo no soy como todos los demás; mi curiosidad posee un poder inmenso sobre mí.
Sin embargo; lo que más me sorprende es la información tan peculiar que he recibido a través de estos mensajes. Y lo que es aún más asombroso, es que han logrado despertar algunos recuerdos adormecidos en lo profundo de mi mente. ¿Acaso es posible? No logro encontrar una respuesta clara.
Número desconocido:
En un pasado velado y enigmático,
una historia oculta yacimiento mágico. En el reino de antaño, coronado y majestuoso, una heredera oculta, tu destino glorioso.
Explora los pasillos del tiempo perdido, desentraña los secretos, estás más cerca de lo vivido. Entre lágrimas silenciadas y suspiros ahogados, aguarda tu linaje, un trono olvidado.
Que el viento te guíe en tu búsqueda inquieta, viaja entre sombras, en busca de tu meta. Descubre en los anales la joya más preciosa, tu herencia real, la princesa poderosa.
El pasado te llama, valiente y decidida, las respuestas emergen, enigma que pides. Enredada en este rompecabezas incierto, tu destino te espera, soberano y cierto.
¡Oh Madie, escucha el susurro del viento, revela tu esencia, heredera en el tormento! En los secretos y misterios, hallarás la verdad,
una princesa oculta, en el reino ancestral.
Mis ojos se clavaron en cada palabra del enigmático acertijo, tratando de encontrar pistas ocultas entre sus versos. Sentí una inmediata conexión con el mensaje, como si estuviera llamándome a descubrir algo mucho más grande de lo que jamás había imaginado.
Número desconocido:
Pensé que a estas alturas de tu vida,
ya estarías averiguando tu pasado.
Yo:
Mi pasado es un enigma,
no veo lógica en buscar algo que no encontraré.
Número desconocido:
Te equivocas, princesa. Hay mucho más de lo que te imaginas.
Mis ojos se estrecharon, tratando de descifrar la enigmática declaración detrás de esas palabras escritas. ¿Qué sabía esta persona sobre mi pasado que yo desconocía?
Sin embargo, no iba a ser fácil dejarse persuadir por un simple mensaje de texto. Mi determinación y cautela aún se mantenían firmes. A medida que mis dedos tocaban las teclas, mis palabras fluían con una mezcla de interrogación y desafío.
Yo:
Si hay algo que no sé sobre mi pasado, debes tener una buena razón para ello. No entiendo por qué un desconocido como tú estaría tan interesado en que desentrañe mis raíces. ¿Qué ganas con ello?
Y no entiendo... ¿Por qué me revelas esto ahora? ¿Quién eres?
Número desconocido:
Pronto lo sabrás. Por ahora, confía en tu instinto. El tiempo corre y tu vida está en juego. Busca el objeto, descubre la verdad y desvela los secretos de tu pasado.
Yo:
Espera, no te vayas... necesito más respuestas. ¿Quién eres realmente?
Número desconocido:
Lo descubrirás en el momento adecuado, pero recuerda, el misterio y la incertidumbre siempre te acompañarán. Hazlo parte de tu fuerza, confía en ti misma y encontrarás lo que tanto anhelas. Buena suerte, princesa, nos volveremos a encontrar pronto.
Acostada en mi cama, continúo reflexionando sobre el último mensaje. Sé que mi casa es grande, pero definitivamente no es un castillo. Todo esto me resulta confuso y simplemente no logro entender nada.
¿Acaso me están dando un acertijo?
¿Será que tengo que descifrar alguna clave?
Cierro los ojos, sintiendo cómo mi mente está a punto de explotar. Estas nuevas incógnitas solo despiertan aún más mi curiosidad y no puedo dejar que esto quede así, sin obtener respuestas.
—¿Sigues despierta? —Gabi entra en mi habitación, interrumpiendo mis pensamientos.
—No puedo dormir —le contesto sin siquiera mirarla, manteniendo mi atención en el mensaje.
—Yo tampoco —dice ella mientras se acuesta a mi lado —Por cierto, intenté hackear el número que me pediste. Traté de encontrar algo, averiguar a quién pertenece o las coordenadas de dónde fue enviado el mensaje —carraspea incómoda —Pero no encontré nada, Madie. El número simplemente no existe.
Trago saliva, asimilando la información que acabo de recibir.
—¿Te ha vuelto a escribir esa persona que te acosa constantemente? —pregunta Gabi, preocupada.
Tuve que decirle que es alguien que parece estar obsesionado conmigo y que no tengo idea de quién pueda ser. No pienso contarle que hay alguien instándome a descubrir mi pasado sin motivo aparente.
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Editado: 21.03.2024