Lo Desconocido del Reino

Capítulo 13

Isabel Johnson.

No podrán creer que me haya tragado ese cuento, ¿verdad?

Conozco a Madie como si hubiera salido de mi propio vientre, porque a pesar de no haberla traído al mundo biológicamente, la amo con todo mi corazón desde el momento en que mi esposo y yo la acogimos en nuestra familia.

La conozco tan a fondo, que puedo afirmar que sé hasta los detalles más insignificantes de su carácter y personalidad.

Un ejemplo perfecto es su ineptitud para inventar historias. Madie simplemente no tiene la capacidad de mentir, ya que siempre ha sido consciente de que no se le da bien hacerlo. Incluso el año pasado recibió un reconocimiento por ser la mejor de su clase de matemáticas. Siempre ha destacado en esta materia, de hecho, fue ella quien ayudó a Skyler a aprobar después de haber reprobado.

Estaba tan empeñada en hacerme creer su historia que ni siquiera se dio cuenta de los errores evidentes que se colaron en ella.

Y después soy yo a quien llaman "Dory", que al parecer es la amiga de un tal pez llamado Nemo.

¡¿Alguien me puede explicar quién rayos es Dory?!

En fin...

Me duele profundamente que Madie no confíe lo suficiente en mí como para contarme lo que está sucediendo.

¿Qué puede ser tan grave como para que ella no desee compartirlo conmigo?

No pienso presionarla, sé que llegará el momento en que ella decida abrirse y compartir lo que le preocupa.

Tengo la total certeza de que así será.

Mi hija no guarda secretos para conmigo.

Madie Johnson.

¿Sabéis cuál es el secreto de la vida?

La felicidad, ese misterio tan anhelado. Me pregunto, ¿qué es la felicidad en realidad?

Si preguntara, muchos responderían que el amor es su esencia. Algunos dirían: "Sería dichosa despertar al lado de mi amada y estar junto a ella durante toda mi existencia". Pero, en mi opinión, aquellos que reducen el amor y la felicidad a eso no comprenden su verdadero significado ni su potencial.

Para mí, el amor implica amar desinteresadamente, sin esperar retribución. Y la felicidad se basa en dejar atrás todo aquello que nos estanca. A veces, hay cosas que nos mantienen anclados en la vida y necesitamos liberarnos de ellas para alcanzar nuestras metas.

Soltar, aprender a dejar ir. Ahí reside la clave de la felicidad. Creemos que al obtener ciertas cosas automáticamente seremos dichosos, pero cuando finalmente alcanzamos aquello que deseábamos, nos encontramos igual de vacíos, con un hueco que persiste.

Viviríamos amargados si dependemos únicamente de lo externo para ser felices. Y esto ocurre porque pensamos que en eso se basa la felicidad. Sin embargo, existen personas que poseen poco o nada y son las más gratas y plenas en este mundo. Mientras que otros tienen todo lo material, anhelan desesperadamente el gozo de aquellos a quienes envidian, tratando de sentir lo que ellos tienen, pero sin éxito.

Cansada estoy de tus lecciones de vida mentales.

Gracias por tanto amor y apoyo.

Estoy en medio de una aburrida clase de biología, tratando de terminar la entrega de un proyecto en el que he estado trabajando junto a Jayden y Amber.

Después de que todos presentaron sus proyectos, el profesor gruñón nos dio una hora libre mientras revisaba los trabajos y calculaba nuestras notas.

Levanto la cabeza de mis apuntes y, de repente, mis ojos se encuentran con los intensos de Jayden, quien me está observando fijamente.

—¡Hola guapa! —dice él con una sonrisa pícara en su rostro.

—¿Qué pasa? —respondo, sin ganas de entablar conversación.

—Nada, solo quería charlar contigo —responde con una confianza excesiva.

—¿Tu novia no se va a molestar, como siempre? —pregunto sarcásticamente, recordando sus constantes coqueteos con otras chicas.

—¿Novia? —se acerca un poco más a mí— No tengo novia, así que estoy completamente disponible.

—Estoy bien siendo soltera, gracias —le digo, intentando dejar en claro que no me interesa.

—Nunca has considerado que hay situaciones o personas que nos pueden cambiar ¿no? —dice él, su tono suave y su mirada intentando ablandar mis defensas. —Lo digo porque siento que me tratas diferente a los demás.

—No te creas tan importante —contesto con una risa irónica. —Sí, contigo no seré igual que con los demás, pero al final del día sigo siendo la misma Madie.

—Siempre encuentras la manera de contradecirme —dice él, cruzándose de brazos y levantando una ceja en actitud desafiante. Estaba por replicar pero estaría haciendo justo lo que me acaba de decir. Al final me regala una sonrisa triunfante ante mi silencio.

"No valió la pena quedarse callada."

—Es raro que tengas tanto interés en saber cosas tan básicas sobre mí —le digo, mostrando mi desconfianza hacia sus intenciones.

—Cuando alguien llama tu atención, hasta los detalles más insignificantes suenan interesantes —responde él con una sonrisa coqueta, pareciendo disfrutar de mi desafío.

—¿Eres así con todo el mundo? —pregunto, cada vez más fastidiada por su actitud arrogante.

—Son pocas las personas que tienen el privilegio de ser tratadas así por mí —me dice con sinceridad, y no puedo evitar que el calor suba a mis mejillas. —El color de tus mejillas me hace saber que te halagué. Estoy progresando.

Estoy a punto de protestar y mandarlo al infierno cuando suena la campana, anunciando el final de la clase y el inicio del almuerzo.

¡Salvada por la campana!

Suspiro aliviada, agradecida de poder alejarme de Jayden y su exasperante forma de ser... aunque, en medio de mi alivio, no puedo negar que su presencia siempre despierta algo en mí.

A pesar de sentir un vacío en mi estómago, me decidí a aprovechar que la biblioteca estaba completamente desierta para buscar la información que necesitaba.

Había escuchado rumores de que este lugar era un tesoro de conocimientos, y esperaba que esos rumores fueran ciertos.




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