Lo prohibido sabe a ti

Capítulo 2

Abril

Comencé a trabajar en mi proyecto horas después de la reunión. Tenía muchas emociones en la piel, pero las aparté todas para poder trabajar en lo que quería, sin distracciones y vencer a Nicolás.

Mi idea inicial era construir un edificio totalmente sostenible. Quería algo que no solo llamara la atención, sino, que también dejara huella. Sabía que a Sebastián le gustaban este tipo de propuestas innovadoras, así que de seguida me lancé.

Los primeros días me topé con uno de los mayores problemas de mi proyecto: el presupuesto.

Construir un edificio con las propiedades reciclables y tecnologías actuales no era precisamente barato, pero como era demasiado competitiva iba a luchar hasta el final por el puesto.

Pasaron unos días y fui desarrollando la base de mi proyecto, qué materiales iba a utilizar, que tecnología iba a poner, distribución y demás. Pero aún no tenía nada terminado, ni definido del todo cuando… Sebastián nos convocó para la primera reunión oficial.

Esas reuniones eran las más importantes, por qué con el estrés y la presión de no tener muchas cosas, podías ver que había hecho tu rival. Entonces podía girar de rumbo. Aunque en mi caso no creo que pase, por qué el edificio que hará Nicolás no me llegará ni a la suela de los pies.

Cogí lo que tenía de mi proyecto y puse rumbo a la oficina de Sebastián. Al entrar me topé con Nicolás.

—Pequeña, mira por donde vas —dijo con una sonrisa burlona.

Fruncí el ceño e ignore su comentario. Prepare las cosas para hacer mi pequeña presentación mientras Nicolás me observaba al fondo de la habitación.

—¿Te gusta mi belleza o qué miras? —solté cortante.

—Estoy mirando como voy a ganarte —dijo con una media sonrisa que hervía mi sangre.

—Eso habrá que verlo —dije sin mirarlo.

En ese momento entro el Señor Aranda. Nos saludó amablemente y se sentó en su silla. Nos preguntó quién expondría primero y me puse yo sin duda alguna. Estaba nerviosa, sabía que mi trabajo era bueno, pero siempre había esa duda en juego. Sin pensarlo comencé a hablar sobre mi proyecto e intentando descifrar las diferentes expresiones que ponía Sebastián. Según mi teoría le había gustado. Pero ahora todo se podía ir a la mierda con el proyecto de Nicolás.

—Muy bien Abril —dijo contento.

Guiñé el ojo a Nicolás con aires de supera esto y me puso mala cara. Había conseguido lo que quería. Él expuso su trabajo, que era un edificio comunitario sostenible, con diferentes espacios para gente con problemas económicos y para socializar. Una muy buena idea, por qué para Sebastián la familia lo es todo. Pero yo no me iba a echar atrás con mi edificio, así que terminé de escuchar la presentación y me fui a casa.

Al llegar a casa, comí y me preparé para la cena de empresa que teníamos hoy. Normalmente, todos los del equipo nos llevábamos bien, y esta vez habían decidido hacer una cena antes de acabar el proyecto general. Qué, aunque yo ahora no estuviese trabajando en ello, me apetecía ir. Pero, lo que no me apetecía era ver a Nicolás.

Cuando llegué al restaurante ya estaban la mitad de las personas sentadas, los saludé a todos y me senté al lado de mi compañera Maya. Al cabo del rato, llegó Nico y justamente el único sitio que quedaba era delante de mí. Me daba mucha rabia tener que aguantar a mi rival toda la noche. Nicolás saludó a toda la mesa y cuando llegó a mí me dedico una sonrisa perfecta y se sentó.

—Abril, como llevas el proyecto del puesto? —preguntó Maya sacando tema de conversación.

—Sí, Abril, ¿cómo vas? —dijo Nicolás.

Su manera de decir mi nombre hacía que odiara llamarme así, pero conteste:

—La verdad es que muy bien y tu Nicolás —dije marcando su nombre.

—Muy bien —contestó bebiendo de su copa.

La noche iba a ser muy larga, así que me pedí un cubata sin pensarlo, no creo que Abril sobria pudiese aguantar toda la noche hablando sobre, lo perfecta que es la vida de Nicolás y lo bien que lo hace.

—Vistes el último proyecto de Nicolás, vaya pasada, es uno de los mejores, tienes una competencia difícil eh —dijo el inútil de Marcos.

Asentí con la cabeza, pero lo único que quería hacer era largarme ya a mí casa. En ese momento noté una mano cálida que se había posado en mi muslo. Miré hacia delante y vi la cara de satisfacción de Nico. Aparté su mano con rabia y me levanté para ir al baño.

Entré y me refresqué la cara, aún me quedaba un rato para poder irme, así que salí decidida, pero me tope con alguien de espalda ancha, con unos muy buenos bíceps. Este se giró y puso una sonrisa.

—Parece que hoy tienes un imán conmigo —dijo burlándose.

—Nicolás vete por donde has venido —dije yo segura.

—Abril ves tú —dijo provocándome

No quise entrar en su juego e intente salir, pero era tan alto y fuerte que mis intentos fueron fallidos, sin querer me quedé unos segundos observándolo y él me atrapó.

—Disfrutando de las vistas, Abril —dijo sonriendo.

Te juro que me voy a cambiar el nombre como siga diciéndolo así, pero ahora lo había pillado, yo haciéndome un repaso.

—Tú no te quedas atrás —dije.

Eso lo distrajo y finalmente pude volver a la mesa. Cuando la cena acabó tenía tantas ganas de irme a casa que no dije nada a nadie y me marché. Llegué a casa sobre las doce y cuando fui a coger las llaves me di cuenta de que no tenía el bolso. Volví al restaurante y me encontré a Nicolás solo en la entrada sentado. Me acerqué sabiendo que seguramente tendría mi bolso y acerté. Sin decir nada me dio el bolso y yo me senté a su lado sin ningún motivo.

—Gracias por cogerlo —dije sinceramente.

—De nada, quieres que te acerque a casa —dijo amablemente.

No me podía creer que Nicolás iba a ser amable por un momento, pero dije:

—No hace falta, cojo el Uber que me está esperando.

—Como quieras —dijo levantándose.

Yo también me puse en pie, me despedí y me fui. Esta noche me había sentido un poco enfadada, pero con el último acto de bondad de Nicolás pienso que a lo mejor detrás de esa coraza hay un buen chico. Pero sigue siendo un inútil.




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