Prólogo

Muchos dicen, pero todos ocultan. Lo que digo, lo que oculto 


A veces no te da con pensar en el que hubiera pasado si hubieras tomado la segunda opción en vez de la que tomaste, piensas que todo hubiera sido mejor. Que no tendrías que mentir para que todos a tu alrededor estuvieran felices y orgullosos porque para ellos tomaste las decisiones correctas, pero ellos prefieren encerrarse en esa burbuja de felicidad y orgullo y dejar de lado lo que de verdad tu sientes y quieres hacer, pero prefieres tragarte tus opiniones y felicidad solo para que no te molesten sobre ello. Mi familia no es lo que aparenta ser, no somos la familia perfecta, ninguno es lo que dice ser y yo no soy la excepción. Pero llega el momento en el que te cansas y empiezas a ser lo que de verdad te gusta y te haces sentir agusto contigo misma. 

Y todo empeoro o "mejoro" desde que llegó El a mi vida. Entro como un huracán sin dar precio aviso y destrozó todo lo que se interpusiera en su camino. Sin pena, ni lástima alguna, a el ni siquiera le importo. El era pura maldad y yo solo era una chica que buscaba su camino, uno en el que pudiera ser yo misma sin que nadie se interpusiera. El solo quería una cosa y era llevarme con el a la oscuridad y la maldad que a él le rodeaba. El quería que me hundiera con el en un pozo sin fondo y yo le seguí gustosa.