Lo que el rocío se llevó

Cap 1. Sarah Gessle Y Árthur Línox

Octubre, otoño

Una mañana, Árthur Línox, pensó en el valor de la vida, era un día agradable y el sol radiante hizo leve el rocío de la noche anterior, pero llegó la hora de ir al instituto, era tarde y exactamente las 7:10 am, y la hora de clase inicia a las 7:45 am, sin duda la noche anterior no durmió por pensar en aquella chica del instituto.

Árthur Línox, un joven extrovertido de apariencia idéntica a su padre, la madre lo llama rizos, por la forma del cabello que es similar al de su esposo, ya que él es de familia sueca.

Cuando Árthur Línox va al instituto siempre espera a su mejor amiga Sarah Gessle y comentan sobre todo lo ocurrido del día anterior.

- ¿Sarah, usted terminó el trabajo de matemáticas?

- No, no lo entendí, la maestra no dio a comprender el tema en clase y nos confunde a todos, creo que repetiré la lección y el año.

- ¡Por favor, no me hagas reír Sarah! Tú eres inteligente, ánimo vamos a salir de esta lección.

- Árthur, lo que tú dices es verdad. Por eso, me gusta tu positivismo y amistad, eres el mejor amigo que nunca he tenido.

- Sí, amiga vamos a estar siempre juntos nuestra amistad va a durar toda la vida ¡amigos hasta el infinito!

- ¡Amigos hasta el infinito! ¡Puede ser nuestro lema Árthur! ¿No crees? ¡Ah! Pero ¿Terminado el instituto qué será de nuestra amistad? ¿Nos veremos?

- sí nos veremos, aun así, seguiremos conservando nuestra amistad nada en este mundo se opondrá.

- Sí, Sarah.

Los padres de Árthur Línox trabajan y no tienen tiempo para dedicarle, él desearía que sus padres dejaran el trabajo y lograran compartir más con él. Ellos trabajan en una gran empresa textil y su jornada laboral es larga.

Árthur Línox y Sarah Gessle regresan del instituto pasadas las doce, para ir a jugar al jardín, aunque el padre de Árthur Línox le deja recomendado el huerto a su hijo. Al mismo tiempo, Árthur tiene que dedicarse a las tareas que deja la institución, así llega la tarde de jarana y bulla.

- Árthur, ¿Te acuerdas el año pasado que nos enviaron a coordinación por colocarle alfileres en la silla al profesor?

- ¡Qué desfachatez! claro me acuerdo, pero tú fuiste la que insistió y te querías vengar del maestro porque él te fastidiaba en clase, solo te hacía preguntas a ti.

- Sí, que diversión al ver como saltó refunfuñando y mirando a todos y luego él dijo: ¡¡Digan quién lo hizo!!

- Mucha holgazanería, muy gracioso, y también lo fue cuando nos enviaron de castigo a limpiar todo el instituto.

- La verdad lo disfruté, pero tú no me has hablado de tus demás familiares, ¿Dónde viven?

- Sarah, solo tengo a mis padres y nadie más me queda.

- No, Árthur me tienes a mí y también a Dios.

- ¿Tú crees que Dios existe?

- ¡Claro, Dios existe! Él premia a las personas buenas con la salvación del alma, pero castiga a los malos enviándolos al infierno, ¡lo escuché de mis padres!

- No creo, porque si Dios existiera no había dejado morir a mi abuelo, él tenía cáncer, ¿Dónde estaba Dios?

- Él estuvo hasta el último aliento de tu abuelo, el destino lo quería así y la sabiduría de Dios no permitió que sufriera más, nunca más.

- Tal vez, pero es difícil para mí creer en alguien que no veo. Nunca lo he visto.

- ¿Tú qué crees que sucede cuando una persona muere?

- No sé, ¿Qué sucede? ¿Quién ha estado ahí? Aún, no hemos experimentado esa situación. Quizás nada suceda. Pero, gracias por tus sensibles palabras, voy hacer los trabajos que nos dejaron en el instituto, porque están por llegar mis padres y no quiero que se enfaden.

Sarah, nos vemos en la noche, te contaré el plan que tengo para mañana después de que salgamos del instituto ¡te va a gustar!

- ¡Bueno! Pero que el plan no sea recolectar los bichos como el mes pasado ¡fue horrible!

- No, es algo diferente, aunque si tienes madera puedes traer.

- ¡vale! Nos vemos en la noche. -Dijo ella y se despidió.

Después de pasar una gran tarde con su amiga en el jardín él fue a completar la lección, sus padres llegarían pronto, él quería que llegaran ya, pero ya. Era poco el tiempo que pasaban juntos desde el invierno pasado cuando sus papás tenían vacaciones y se divertían adornando el árbol de Navidad.

Las decoraciones de navidad no tenían espera y la familia de Arthur empezaría a decorar toda la casa con guirnaldas, luces navideñas y colgar las botas navideñas en la puerta de su chimenea rellenándolas con los mejores dulces y golosinas.

Cuando llegue el invierno todas las casas colocarán a funcionar su calefacción para poder soportar el frío. Muchos vehículos quedarán averiados en las vías de la ciudad después de que se les congele el motor.

En la época pasada muchas personas quedaron atrapadas en la noche en sus coches por congelación. Otras mueren congeladas mientras pasan la noche en sus carros o incluso después de que salen a buscar ayuda.

Arthur Línox



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En el texto hay: romance, fantasia juvenil

Editado: 06.09.2024

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