Lo Que El Viento Se LlevÓ Y Sin Querer VolviÓ

CAPÍTULO 5

Caled no sabía por donde empezar así que respiro, le había tomado casi 2 horas darse cuenta que había cometido un error.

-      Isabella – pronunció.

-      Si?- se oía al otro lado de la línea solo monosílabos

-      Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento- Caled no estaba seguro de que decir , pero quiero que sepas que reconozco tu arduo trabajo y lo fácil que haces parecer todo y puedo jurar que haces mil veces mejor que yo las cosas- Caled seguía pensando que más decir, tenía temor de pedirle que regresara y que ella lo rechazara.

Isabella por su parte se sorprendió de oír de su boca su nombre pues siempre la llamaba Morgana.

El silencio se instala en la línea y ella no sabe que hacer – crees posible poder reunirnos lo más pronto posible ? – dice Caled.

-      Doctor Gálvez, me encuentro fuera del edificio, no sabía como regresar a casa sin tener que dar explicaciones al porque llegue temprano, así que si gusta subo en un momento- responde Isabella

Caled se queda pensando revisa la agenda y se da cuenta que solo tiene un paciente y su cita es a las 5pm, así que tiene suficiente tiempo de invitarla a tomar un café a una barra.

-      Espérame donde estas, seré quien baje después de todo yo pedí poder vernos.

Cuelgo y tomo mi teléfono, llaves y me dirijo al asensor.

Mientras esperaba el asensor recordaba aquel día en que conocía a Morgana, ella odiaba ese nombre por aquel hombre quien la hizo sufrir tanto, pero el adoraba ese nombre no era común después de todo quien le iba a poner Morgana a su hija en un país como el nuestro.

-      Hola,buen día, mi nombre es Isabella Morgana Téllez, tengo 22 años y estoy en busca de empleo cree usted que pueda dejar mi curriculum?- observo  aquella bella mujer que se acerca a mi puerta y con timidez sostiene su curriculum.

Caled observo a esta bella mujer, y esa bella sonrisa lo cautivo y aunque no necesitaba enfermera o asistente lo recibió.

-      Señorita Morgana, me dijo sé llama- dice Caled, observa que su expresión cambia pero la suaviza y contesta – si señor , gracias por recibir mi curriculum espero sea de su agrado.

-      En realidad no estoy buscando personal pero te tendré en cuenta si lo llego a necesitar. – respondió Caled .

Con un atisbo de tristeza ella agradece y se va.

En ese momento empujan a Caled y sale de sus pensamientos el asensor había llegado y lo había perdido por estar pensando en Morgana.

Aunque no entendía que estaba pasando en sus pensamientos esperaba poder convencerla de regresar no se podía permitir perderla.

Isabella se queda observando el teléfono atónita, pues había colgado de forma brusca el Teléfono y su contestación había sonado desesperada.

No era ciega Caled Emiliano Gálvez era un hombre fornido pues todos los días iba al gym antes de ir al consultorio, era muy inteligente y admiraba como cada día buscaba prepararse para hacer de su atención mejor,pero últimamente las cosas no marchaban bien pues la mayoría de sus clientas, eran amigas de la bruja de Diana su esposa. Ah por cierto el doctor Gálvez era uno de los mejores pediatras en la ciudad.

Conocía a la perfección, cada uno de sus horarios pues llebava 4 años haciendo parte de su vida y carrera, él era el pediatra de Mariana y como dije uno de los mejores y agradecía que hiciera campo para ver y llevar los controles de mi hija sin descontarme un centavo de mi pago.

-      Isabella?- ella se levanta lentamente y observa aquel hombre que la saludaba, era imposible hacia 6 años no sabía nada de Ezequiel, quien iba de la mano de aquella mujer…




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