El anuncio llegó como una chispa en medio de la rutina:
Un viaje escolar de tres días a la costa. Un lugar con playas suaves, atardeceres dorados y noches llenas de estrellas. Todos los estudiantes del grado estaban invitados.
—¡Vamos a la playa! ¡Esto suena a episodio especial de dorama! —gritó Lina, girando sobre sí misma con su mochila aún puesta.
—Con tal de que no me hagan jugar voleibol bajo el sol, todo bien —dijo Nico, tomando su botella de agua con resignación fingida.
Ayla y Fis se miraron y sonrieron sin decir mucho. Ambos sabían que, más allá del viaje, estar juntos era lo que realmente lo volvía especial.
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El viaje comenzó en un bus grande lleno de risas, música y bocadillos compartidos. Lina llevó una lista de reproducción con canciones cursis, y obligó a todos a cantar. Ayla sacó su cámara y tomó fotos de cada momento. Nico llevaba su cuaderno. Y Fis... simplemente observaba, con esa mirada suave que parecía capturarlo todo.
Cuando llegaron, el lugar parecía sacado de un sueño: casitas de madera junto al mar, palmeras que se mecían suavemente, y un cielo tan azul que parecía irreal.
—Prometo recordar este lugar para siempre —dijo Ayla, cerrando los ojos y dejando que el viento acariciara su rostro.
Fis la observó en silencio. Luego murmuró:
—Yo lo recordaré por ti.
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La primera noche, los profesores organizaron una actividad especial: cada grupo debía elegir a un representante para hablar frente a todos y compartir lo que más valoraba de la experiencia escolar.
Y entonces ocurrió.
—Del grupo de Ayla, Fis, Lina y Nico… el elegido es… Nico.
Todos aplaudieron. Pero Nico se congeló.
—¿Yo? —preguntó con voz baja, sorprendido y pálido—. Pero... yo no... no sé hablar frente a tanta gente.
Ayla se acercó, tocándole suavemente el brazo.
—Puedes hacerlo. Estaremos ahí contigo.
Lina le dio una palmadita en la espalda.
—Si te da pánico, solo imagina que todos están vestidos como pingüinos. Funciona. Lo leí en internet.
Fis le ofreció una hoja.
—Escribí esto ayer. Tal vez te sirva como base. Puedes cambiar lo que quieras.
Nico miró la hoja. Era un texto simple, sincero. Y le hizo sonreír.
—Gracias… de verdad. No sabía que esto me asustaba tanto, hasta que me tocó.
—Y está bien tener miedo —susurró Ayla—. Lo importante es no quedarte solo con él.
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Cuando Nico subió al escenario improvisado en la arena, con una fogata encendida cerca y la brisa nocturna rozando sus mejillas, el corazón le latía fuerte.
Pero al mirar al frente, los vio.
Ayla, Lina y Fis.
Sentados en la primera fila, sonriéndole, sin presionarlo. Solo estando ahí.
Y eso bastó.
—Buenas noches —comenzó, respirando hondo—. Me llamo Nico, y quiero hablar de lo importante que es tener un lugar seguro.
Todos guardaron silencio.
—No siempre es un lugar físico. A veces, es un grupo de personas. Amigos que te aceptan en tus momentos buenos… y también cuando no puedes ni mirarte al espejo.
He aprendido que no tengo que ser fuerte todo el tiempo. Que está bien tambalear… siempre y cuando haya alguien que te tome de la mano.
Y por suerte, yo encontré esas manos.
Gracias por eso.
Un aplauso suave llenó el aire, seguido de risas, lágrimas y abrazos.
Cuando Nico volvió al grupo, Ayla fue la primera en abrazarlo fuerte.
—Estuvo perfecto.
—No. Estuvieron ustedes —respondió él.
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Esa noche, se quedaron todos en la playa. Las estrellas brillaban como si las hubieran colocado una a una.
Lina hablaba con voz baja, contando su sueño de estudiar actuación en otro país.
Nico escribía nuevas ideas en su cuaderno, ahora más confiado.
Fis se sentó junto a Ayla, en silencio. Le entregó una piedra pequeña con una palabra escrita en ella:
"Siempre."
—¿Siempre qué? —preguntó Ayla, con ternura.
—Siempre nosotros —respondió él, sin mirarla, pero con una sonrisa.
Ella tomó la piedra y la guardó en su bolsillo. Luego entrelazó su mano con la de Fis, sin decir nada más.
Y así, entre la arena tibia, la brisa y los murmullos de las olas, el grupo volvió a prometerse, sin palabras, que seguirían cuidándose el alma, incluso cuando todo cambiara.
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🌸 Frase final del capítulo:
No importa dónde estés… si llevas a las personas correctas en el corazón, todo se siente como hogar.