El blog “Entre estaciones” había empezado como un pequeño proyecto entre cuatro amigos.
Pero en apenas unas semanas, comenzó a llegar más lejos de lo que esperaban.
Comentarios como:
> “Gracias por hacerme sentir acompañada en mi tristeza.”
“Leí esto y recordé a mis mejores amigos.”
“Sus palabras me hicieron volver a escribir.”
llenaban el buzón cada día.
—No puedo creerlo —dijo Ayla una tarde—. Personas que no conocemos están leyendo nuestras emociones.
—Porque nuestras emociones son reales —respondió Fis—. Y lo real… conecta.
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Esa semana, fueron invitados a presentar su proyecto en una feria juvenil de arte y expresión.
Los cuatro aceptaron sin dudarlo. Prepararon carteles, fotografías, poemas y bocetos.
Se turnaban para explicar el proyecto a los asistentes, pero cada tanto se escapaban al rincón donde tenían puesta una copia ampliada del mural original que pintaron en el colegio.
—¿Te acuerdas cuando esto era solo una idea? —dijo Lina, tocando una de las fotos.
—Y ahora es una historia que vive en otros también —respondió Nico.
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Después del evento, decidieron celebrarlo con una pequeña salida.
Regresaron al lago.
Otra vez los cuatro.
Otra vez los latidos suaves.
Fis estaba nervioso. Muy nervioso.
Ayla lo notaba.
—¿Estás bien? —le preguntó en voz baja.
—Lo estaré… en unos minutos.
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Ya cerca del agua, Lina extendió una manta.
Pusieron galletas, té frío y música bajita.
La tarde estaba perfecta. El cielo comenzaba a pintarse de tonos cálidos.
Y ahí, con los pies descalzos y el corazón latiendo fuerte, Fis se levantó.
—Chicos… ¿me ayudan? —preguntó.
—¿Ayudarte con qué? —rió Nico, pero ya sospechaba algo.
Fis les pasó dos sobres.
Uno a Nico. Otro a Lina.
Luego, tomó la mano de Ayla y la ayudó a ponerse de pie.
—¿Qué está pasando? —susurró ella, nerviosa y sonriente.
Nico y Lina se adelantaron unos pasos. Abrieron los sobres.
Cada uno tenía una parte de un cartel:
🟣 “Ayla…”
🟢 “¿Quieres ser mi novia?”
Ayla se quedó sin palabras.
El mundo pareció detenerse.
El lago, los árboles, el viento... todo fue testigo de ese momento.
Fis sacó una pequeña cajita.
Dentro había una pulsera tejida por él.
Tenía un dije con forma de hoja.
Y grabado en la parte de atrás, una palabra: “hogar.”
—Ayla…
no quiero que seamos solo una linda historia del pasado.
Quiero que sigamos escribiéndonos en el presente.
En los días simples.
En los difíciles.
En los que duelen… y en los que sanan.
Tú eres mi calma.
Mi lugar.
Mi inspiración.
Mi todo.
Se acercó un poco más.
—¿Quieres ser mi novia? —repitió, con una voz suave, temblorosa y completamente verdadera.
Los ojos de Ayla brillaban.
—Sí —respondió—. Siempre sí.
Fis la abrazó, sin apuro.
Luego le puso la pulsera con cuidado.
Y la besó.
No como un final feliz, sino como el inicio de algo aún más bonito.
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Lina aplaudía como si fuera una escena de drama romántico.
Nico grababa todo con su celular mientras intentaba no llorar.
—¡Ahora sí somos oficialmente un grupo con una pareja real! —gritó Lina.
—Y no lo arruinaron con drama —dijo Nico—. Estoy orgulloso.
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Ya de noche, se quedaron en silencio mirando las estrellas.
Los cuatro abrazados bajo una misma manta.
Ayla jugaba con la pulsera mientras Fis le acariciaba el cabello.
Nico escribía en su cuaderno una crónica de todo lo que pasó.
Y Lina dibujaba en una servilleta lo que para ella era el amor:
una casa con ventanas abiertas, corazones que flotaban adentro… y el nombre de los cuatro en el tejado.
Porque eso eran.
Una historia de amor… y de amistad.
Una historia de raíces que crecen… y florecen juntos.
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🌸 Frase final del capítulo:
No quiero ser solo una página en tu historia…
quiero ser el capítulo que nunca deje de escribirse.