Capitulo 28 "Estamos"

"Si amas a alguien, díselo... muchos corazones se rompen por palabras que no se escuchan."
Paulo Coelho
 

Lilyet

Hoy es sábado.

Hoy es el cumpleaños de Camilo.

Hoy es un día bonito brilla el sol y casi no hay nubes en el cielo.

Hoy mi mejor amiga se irá y no sé cuando la volveré a ver.

Hoy Analia se lleva una parte de mí.

Hoy vuelvo a estar sola.

El sábado empezó normal, mis padres estaban en casa y se podía oler la comida que habían comprado desde aquí, papá había puesto su famosa música y por famosa digo que seguramente esa banda la conoce el y la madre del señor que canta, me moví en la cama como un gusano intentando volver a dormirme, pero mi cabeza no paraba de pensar en todo lo que pasaría hoy y eso me aturde y me enoja no poder parar de pensar.

Puedes parar un poco me estresas solamente cállate y ve a ducharte.

Por primera vez voy a hacerte caso, Paola ¿por qué estás tan antipática? Es decir ya no sales por las noches quieres que hable con el médico.

Te das cuenta de que estas totalmente locas estuviste años deseando que me quedara quieta y no saliera por las noches y ahora que no salgo te preocupo.

Paola no quiero entrar en tus pensamientos por ser respetuosa quiero que me digas que es lo que ocurre porque no sales, dejo de responder y deje de sentirla se apagó a ella misma. Odio cuando sabe cosas y no las cuenta, odio cuando presiente y tampoco me lo cuenta, tiene el dónde de que la odie y la quiera a la vez.

La ducha se llevó todos los pensamientos asquerosos que estaba teniendo, me duele el corazón de únicamente pensar lo que pasara hoy, tengo que dejar de pensar ya lo sé, pero no puedo me es casi imposible, escuche entrar a alguien a mi habitación y luego escuche la puerta de mi baño abrirse y luego mi madre estaba hablando como si la privacidad no existiera.

— ¿Cariño que te pondrás hoy? Un vestido cierto —

— Mamá me estoy duchado no lo entiendes quiero PRIVACIDAD —

—Mi casa mis reglas y quiero saber que te pondrás y también avisarte que los chicos están abajo en la puerta — Los chicos abajo en la puerta LOS CHICOS ABAJO EN LA PUERTA—Diles que estoy en su casa en 5 minutos porfis si—

—Okay cariño, te amo— Cerró la puerta del baño y escuché como cerraba la de mi habitación también.

Me puse lo primero que vi en el armario y me peine como pude casi me quedo pelada y todo, baje corriendo las escaleras y me fui, hoy tendría que ser rápida porque en 2 horas vendrían las chicas a vestirse y arreglarse conmigo y sería la última vez que me arreglo con Analia.

No pude tocar la puerta porque estaba abierta se escuchaba a una mujer cantar y un hombre tararear, también la casa olía un montón a comida y había globos en el piso algunos hinchados y otros solo tirados por el suelo, cuando pienso en todo esto digo como me iba a imaginar que todo eso pasaría si la casa olía a chocolate y galletitas, no quería entrar sin que me dieran permiso era de mala educación así que toque la puerta aunque estuviera abierta y la mujer que cantaba era Vanira se movía con gracia sus pasos eran firmes, pero lentos y seguros, verla era como ver una danza.

—Hola cariño los chicos están arriba— Me saludo con un beso me toco un poco el pelo y sigo tarareando la canción mientras aún escuchaba a quien creo que era el señor Samuel tararear la misma canción.

Antes de subir me quede observando el salón, habían movido los sofás a una de las paredes y puesto una gran mesa en la que solo había algún que otro palto aún vacío, los globos colgaban del techo algunos eran trasparentes y tenían cosidas adentro habían cambiado las cortinas por otras más coloridas, no me di cuenta hasta que vi tras los globos eran unos enormes globos color negro que forman el número 20, siempre se me olvida que Camilo me saca 2 años y algunos meses, me acosté con alguien que cumple 20 años no sé cómo sentirme al respecto, Analia diría algo relacionado con su signo, pero no sé cómo se llevan los tauro y los virgo es algo que aún no le he preguntado.

Subí las escaleras y los podía oír estaban riñendo a Daniel por estar haciendo algo mal, subí aún más rápido porque ya quería verlos era una sensación que quería tener en mi cuerpo el verlos me hace feliz y eso era lo que quería ahora así que me acerque a la puerta de donde venían los regaños hacia Daniel y la puerta estaba entre abierta así que me quedé allí observando como los tres eran incapaces de que las corbatas quedarán bien los tres iban de chándal, pero llevaban corbatas y estaban intento que quedarán bien y de bien no había nada Camilo pasaba una y otra vez la corbata por el mimo agujero, después estaba Daniel no paraba de moverla de un lado para el otro y luego Ismael que parecía ya haberse rendido porque solo la estaba moviendo como si en realidad fuera una bufanda mientras con su lengua jugaba con el piercing del labio que se lo movía sin cesar una y otra vez.

—Ves si Etrea estuviera aquí no tendríamos que estar haciendo esto — Camilo deja de hacer lo que sea que hacía con la corbata y se da la vuelta en su propio eje para ver a su hermano y darle una bofetada en la cabeza a su hermano que aunque los 3 eran muy altos, Camilo era el más alto y se notaba, no pude aguantar la risa por el bofetón así que toda la atención en vez de caer en Camilo callo en mí y mi risa, no pude parar de reírme e Ismael se me unió mientras se acercaba a mí para besarme.

—Hola fresa — Me abrazo y fue entonces donde deje de reír para sentir aquel abrazo que tanto necesitaba al igual que sus besos

.—Hola Limón— le dije suavemente al oído, escuche como Camilo tocia, apropósito antes de hablar.

—Que el que cumple años soy yo y no el imbécil— Mi risa volvió a salir y después del último beso que me dio Ismael corrí a los brazos de Camilo y me colgué de él lo abrace tan fuerte como pude y lo bese por toda su cara él también me abrazaba y mantenía sus manos en mí para que no me cayera al suelo de culo, deje de besarlo para verlo a los ojos y sonreírle él hizo lo mismo, pero era una sonrisa más tranquila, pero sus ojos gritaban un montón de emociones y eso era lo que me gustaban sus ojos negros que parecían sin emoción, pero si los miraban te gritaban todo lo que sentía y amaba que pudiera verlo.