Ya ha pasado bastante tiempo desde aquella noche que conocí a aquél chido, estoy un 99% segura de que lo soñe, pero aún existe ese 1%, esa posibilidad de que no halla sido así.
Desde que empecé a pensar que lo había soñado salgo a caminar todas las noches a la playa con la esperanza de encontrarlo, pero sabiendo que no lo aré. Hoy es mi último intento, si no aparece me rendiré y aseptare que solo lo soñé, desechare ese 1% de esperanza, esa posibilidad.
Llevo una hora caminando, son las 12 de la noche, pero aún no me rindo, me reuso. Esperaré un poco más, estoy serca del lugar donde lo conocí, irá para allá y esperaré, por qué me niego a aceptarlo, me niego a aceptar que solo fue un sueño.
Me la pasó lansando piedras al mar mientras pienso, cuando estoy por irme veo a alguien a lo lejos, sorprendida me acerco, no, no era él, era una chica como de mi edad o un año menos, delgada con un hermoso cabello largo y lacio, casualmente del mismo color que el de Haret, y esos ojos, eran tan parecidos a los sullos. Me acerco un poco a la chica y le hablo.
-Disculpa, estás bien?- Ella solo me da una sonrisa.
-Estas ayuda para volver a casa?- Le preguntó y otra ves solo me mira y sonríe.
Me acerco un poco más, de serca se puede apreciar que la chica tiene mucho parecido a Haret, algo que me inquieta, sera su hermana?
Esta vez no digo nada, solo me quedo boquiabierta viéndola, es realmente hermosa.
-Tu estás bien?- Me pregunta ella, su voz es suave.
-Si- Me limitó a decir. Ella solo me observa nuevamente.
-Que... Que haces aquí?, todo... bien?- Preguntó algo indecisa.
-Tu eres Cristal?- Ignora mi pregunta y yo me sorprendo al escuchar mi nombre.
-S... Si, como sabes mi nombre?
-Yo soy Melodí, hermana de Haret- Quede boquiabierta al escuchar mi que me dijo.
-La hermana?
-Si quieres verlo acompáñame, yo también voy para allá.
-Donde está?
-Sigueme- Dijo y se fue caminando más allá de las rocas, nunca había visto ese lado de la playa, y por como se veía creo que no muchos lo hacían. Ese lado de la playa era hermosa, y se podía apreciarejor el hermoso paisaje.
Caminamos en silencio aproximadamente 15 minutos hasta que llegamos a una pequeña casa de madera. Al llegar nos paramos en la puerta y ella habló.
-El día que lo conociste enfermo, está muriendo en fiebre y no ha dejado de pedir verte- Dijo con una voz sería pero preocupada- Puedes verlo?, eso le haría muy bien- Me límite a asentir con la cabeza.
Ella abrió la puerta y entramos, Haret estaba acostado en una pequeña cama, me acerque, se veía muy mal, puse miano en su frente para conbencerme a mi misma de que el era real, de que en realidad estaba ahí, al poner mi mamo en su frente está quemaba.
-Oye- Le dije a Haret- Chico raro que caminaba en la playa aquél día- Lo sacudo un poco- Despierta, tu hermana dijo que querías verme.
Entre abrió los ojos, y creo haber visto una sonrisa en su rostro.
-Haret, que te paso?
-Luego te explico yo- Me dijo Melodí que estaba sentada en una esquina de la pequeña casa.
-Estan solos?- Ella asintió- Y tus padres?
-Mamá está muy ocupado en su cargó como para preocuparse por Haret- Dijo en tono molesto- Y papá...
-Entiendo, ya lo has llevado a un médico?
-El no necesita eso- La quede mirando - Luego te explico.
Asentí y volví a poner mi atención en Haret.
-Oye.
-Cristal?- Dijo en apenas un susurro
-Si soy yo.
-Por favor no te vallas- Se escuchaba desesperado.
-Esta bien, no lo haré.
-Quedate por favor- Dijo sosteniendo mi brazo, al parecer la fiebre había bajado un poco.
-Aqui estoy Haret, no me iré.
En un movimiento desdeperado me atrapó entre sus brazos y escondío su cabeza en mi cuello. La fibre había desaparecido, no entiendo cómo eso es posible. Era tan confuso, no entendía nada de lo que estaba pasando, sin embargo no me fuí.
Al reaccionar sobre lo que estaba pasando voltie a ver a Melodí.
-Luego te explico, pero por favor no te vallas, el te necesita, no sabes cuánto.
Aún que no entendía exactamente lo que pasaba no proteste ni interrogue más, y me límite a responder:
-Ya lo dije, no me iré- Le dije a Melodí- No te dejaré, Haret- Su respiración se tranquilizo y eso me dió un rato sentimiento de... paz?, si, eso, paz.
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(Mi diario)
No, no tenía ni idea de cuánto él me necesitaba, y aún que en el interior moría de miedo, me quedé, me quedé por él, y no, no me arrepiento.