Haret.
Desde pequeño he sido responsable del cuidado de mi hermana, debido a que papá ya no está y mamá se la pasa trabajando, si es que así se puede llamar, ya luego se los explicaré.
Estoy acostado en mi cama, muero en fiebre, esto empezó desde aquella noche en la que conocí aquella chica, y solo puede ser una cosa, "amor", tan absurdo como cierto, para nosotros el amor es la enfermedad más mortal, solo te pasa una vez en la vida y depende de la otra persona si te curas de aquella o... bueno, ustedes ya saben.
Y se estarán preguntando, quien o que soy yo, es algo difícil de explicar ya que nisiquira yo lo tengo claro, somos una especie de sirenas, moustros marinos, criaturas del mar, peces, nisiquira yo lo sé, creo que nadie lo tiene claro en realidad.
Podemos respirar bajo el agua y también fuera de ella, crecemos allá abajo y cuando cumplimos los 15 años vemos el mundo por primera vez, algunos deciden volver y otros decidimos quedarnos. Abajo hay una civilización de la cual la líder es mi madre, si, mi madre, se suponía que yo sería su susesor al cumpliros 18 pero ya que decidí vivir aquí arriba la responsable será mi hermana, a ella no le molesta la idea, al contrario le emociona.
Volviendo al tema de la fiebre, nosotros sufrimos de muchas enfermedades, la más mortal "el amor" solo pasa una vez en nuestra vida y pues básicamente cuando conocemos a esa persona dependemos totalmente de ella, pero está el riesgo de que ese amor no sea correspondido y de ser así entonces pues... dejaríamos de respirar.
Me enamoré con solo verla, fue amor a primera vista, un cliché ya muy usado, lo sé, pero fue así. Después de ese día estoy muriendo en fiebre, no he podido verla de nuevo, mandé a mi hermana a la playa para ver si la encontraba, aún no regresa, ya no aguanto, si estoy mucho tiempo lejos de ella siento que moriré, literalmente.
Después de un rato escuché que alguien llegó, tenía los ojos cerrados, supuse que era Melodí.
-Oye- Escuché una voz que no era la de mi hermana- Chico raro que caminaba en la playa aquél día- Sentí que me sacudía pero no reaccioné , no sabía lo que pasaba- Despierta, tu hermana dijo que querías verme.
Entre abrí los ojos, no podía creer lo que estaba viendo, era ella, sonreí al verla.
-Haret, que te paso?
-Luego te explico yo- Me dijo Melodí desde donde se encontraba.
-Estan solos?, Y tus padres?- Escuché que Cristal le preguntaba a mi hermana
-Mamá está muy ocupado en su cargó como para preocuparse por Haret- Dijo en tono molesto- Y papá...
-Entiendo, ya lo has llevado a un médico?
-Él no necesita eso- Hablo más de lo que debería, ayy Melodí, cierra esa boca- Luego te explico- Le dijo.
-Oye- Volvió a dirigirce a mí.
-Cristal?- Dije en apenas un susurro
-Si soy yo.
-Por favor no te vallas- Estaba desesperado, no quería morir, ni quería estar lejos de ella.
-Esta bien, no lo haré- Sentí alivio al escucharla decir eso.
-Quedate por favor- Dije sosteniendo su brazo, ya me sentí un poco mejor gracias a la asercania
-Aqui estoy Haret, no me iré.
En un movimiento desdeperado la atrapé en mis brazos y escondí mi cabeza en su cuello. La fibre había desaparecido. Era tan confuso, era super extraño para ella, los personas de la superficie no se enferman de amor, sin embargo ella no dudo ni un segundo y se quedó a mi lado.
-Luego te explico, pero por favor no te vallas, el te necesita, no sabes cuánto- Hablo Melodí
-Ya lo dije, no me iré- Dijo ella- No te dejaré, Haret- Sentí una gran calma en lo más profundo de mi alma, ella no tenía ni idea pero esas palabras se podría decir que salvaron mi vida, al menos esa noche.
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(Mis pensamientos)
Para nosotros el amor es una enfermedad mortal pero hermosa si el sentimiento es correspondido.
Ella era mi perdición, mi hermosa perdición. No me importaba si moría por amarla, prefería eso a seguir con vida sin siquiera averla conocido.