Prólogo

• - Mamá, mamá llama una pequeña con el cabello rubio, ojos tan azules como el mismo cielo y una boca tan rojas como las cerezas, corriendo por toda la casa.
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• -Aquí Angela marie dice una señora igual de hermosa. cuantas veces tengo que decirte que no corras la reprende su madre.
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• -es cierto que la abuelita se va a ir al cielo pregunta la pequeña ignorando la reprimenda de su madre, ya que ella ama mucho a su abuela. Es que yo no quiero que la abuela se muera dice Angela con lágrimas en los ojos.
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• - quién te dijo eso pregunta suspirando su madre, sabía que este momento llegaría pero ella ubiera querido darle la noticia a su pequeña.
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• - es.. que.. escuche a papá... hablar con el tío Erick...
• que ellos van a extrañar a la abuelita cuando ella se muera dice Angela comenzando a llorar.

Tendria que hablar con Frédéric para que tenga más cuidado con lo que habla. 

-ven dijo sentando a Angela en sus piernas, tu sabes que la abuela ya es una persona mayor, verdad? 

-si dejó la pequeña cabizbaja 

-bueno la abuela ya esta muy cansada y ella ya cumplió su función en este mundo, tu sabes que primero nacemos, crecemos y luego morimos, y la abuela ya ha vivido una vida feliz en donde pudo disfrutar de sus hijos y de sus nietos le dijo dándole un pequeño golpecito en la nariz con el dedo, es hora que la abu pueda descansar. 

-pero yo le puedo prestar mi camita  para que duerma, no hay necesidad de que se tenga que ir. 

Que difícil es tener que explicar a un niño algo que hasta mi me cuesta en tender. 

-que gran corazón tienes, nunca cambies mi pequeña, pero quiero que entiendas algo aun cuando ya no nos puedas ver y sentir, nosotros siempre estaremos ahí, la abuelita siempre va a cuidarte no importa donde esté, y nunca dejes de mirar las cosas como lo haces  no importa lo que suceda nunca dejes de sonreír.