Lo que no nos dicen del amor

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Capítulo cinco:

 

Auch

 

Fue lo primero que vino a mi mente luego de que Samay se fuera, no la entendía ¿cómo podía pasar rápidamente de estar llorando a sonreír como si nada?

El guardia de seguridad llegó a donde me encontraba ­–Estaba claro que no me había ido aún– Y con una amabilidad irreconocible para los gruñones que siempre están por aquí, me pidió que me retirara.

Me levanté y camine fuera del parque.

 

Llegué al departamento y me tiré en la cama. Era una chica extraña, pero me agradaba, sentía que había algo en ella parecido a mí, que había una conexión. Y no, no lo digo en forma amorosa, sé con claridad que si llego a tener algo con ella no será más que una gran amistad.

 

Estando recostado recordé sus ojos color verdes que se encontraban levemente hinchados por el llanto, su nariz y mejillas rojas, se veía angelical. Y entonces me acordé de mi hermana menor Caroline. En cierta parte tenían algunos rasgos parecidos, solo que Caroline tiene diecisiete…

 

Entonces se me ocurrió llamar a Caro, al cuarto timbre contestó

–Hola Coni, tiempo sin saber de ti

–Hola pequeña… ¿cómo están todos por allá? –Pregunté lentamente, con un poco de miedo a la respuesta

–Lo mismo de siempre, deberías graduarte rápido aquí te extrañamos. –La voz de Caro sonó melancólica, y un dolor punzante se instaló en mi pecho

–Y yo las extraño más, dile a Camryn que la adoro –Camryn es mi otra hermana pequeña, viene después de Caroline y tiene quince que recién los cumplió el mes pasado.

–Te estoy escuchando Conall, también te adoro –La voz de Camryn se escucha lejana, así que supongo Caroline debe tener el altavoz.

–Traviesa, ¿por qué no hablaste antes? –Pregunto riendo

–Esperaba a que preguntaras por mí –Entonces escucho un cristal rompiéndose al otro lado de la línea, Caroline y Camryn comienzan a discutir y yo me rio por las cosas que se dicen

–Hablamos mañana niñas, las adoro –Y aunque sé que no me escucharon cuelgo y les envío un mensaje a cada una como acostumbro a hacer todas las noches.

 

Me levanto y voy a la cocina, el teléfono suena al recibir un mensaje. Tomo el vaso con agua y me recuesto para leer el mensaje:

 

Número desconocido: Gracias por hacerme reír aunque sea unos segundos, lo necesitaba…

 

Sonreí al saber de quien era el número y antes de contestarle, la agregue a mis contactos

 

Conall: Sabía que algún momento te sería útil mi número

 

Pequeña Samay: Es cierto, pero no te emociones no te voy a escribir siempre

 

Conall: Pero me escribirás de todas maneras

 

Pequeña Samay: Tienes el ego muy alto

 

Conall: Y tú eres una llorona

 

Pequeña Samay: Al menos no soy una idiota

 

Conall: Uh, digamos que me dolió

 

Pequeña Samay: Buenas noches Conall.

 

Me decepcionó un poco que se despidiera tan rápido, pero no le tomé demasiada importancia y le respondí mandándole “buenas noches”.

 

***

Samay White.

 

Me recosté en la cama del cuarto de visitas de la casa de mi padrino y suspiré recordando los acontecimientos del día de ayer

 

Mi madre me odia, mi padre no es mi padre biológico, resulta que soy producto de una violación, me decidí por ir de la casa de mis padres y Luka me ofreció su casa mientras encuentro algo propio.

Necesitaba un momento de soledad y decidí salir al parque más cercano. Y me encontré con Conall, al final el idiota me hizo reír y acepto que lo necesitaba, cuando llegue a casa de Luka preferí no cenar ya que no tenía hambre y lo primero que me vino a la mente cuando me recosté fue la mirada preocupada de Conall cuando me vio llorando.

Pasó un buen rato hasta que recordé el papel que Conall me había dado, lo busqué entre mis cosas y decidí darle las gracias por sacarme de mi estado de ánimo fatal.

 

Al día siguiente mi padrino Luka me animó para salir a desayunar con él, lo cual acepte ya que no quería cocinar. Luego del desayuno con Luka, él me llevó al trabajo y ahora que vuelvo a llegar a casa siento como el peso de la carga del día de ayer regresan a mí. Estuve todo el día ocupada, no me permití pensar en nada… Pero al final del día, todo vuelve.




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