Lo que nunca dije

Viernes 18

-¿Cómo estás? me preguntó.

Repleta de miedos, al mirar que todo es diferente, queriendo comenzar de cero, pero no sin ti, abrumada por escuchar cada tarde el silencio ensordecedor de la habitación, aún estando los dos con tanto que decir y a punto de estallar, mirando las fotos, queriendo regresar y reparar todo lo que ahora está roto, con ganas de salir corriendo, con ganas de olvidarte, pero sin fuerzas para soltarte, llorando cada noche, pensando si ser quien diga la primera palabra, para que empiece el estallido, o solo sigo apoyando tu silencio, sin saber si irme o quedarme, sin fuerzas para nada, pero con ganas de que todo siga siendo contigo.

-¡Muy bien! Le respondí.




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